Chile encara un frenético año electoral, tras otra frustración

(Xinhua/Jorge Villegas)

Cecilia Vergara Mattei

Para que el progresismo pueda salir airoso en las próximas elecciones presidenciales y legislativas del 16 de noviembre, es imprescindible evitar fracturas entre las tres vertientes de la coalición, mientras se suman llamados a constituir alianzas electorales y de gobierno, a la luz de que los resultados del gobierno de Gabriel Boric son percibidos como frustrantes en diversos ámbitos.

Chile vive un año electoral que podría redefinir profundamente el equilibrio político. Mientras los espacios de la derecha ya tienen figuras consolidadas como Evelyn Matthei y José Antonio Kast, el oficialismo “progresista” enfrenta demasiadas divisiones internas y aún no logra posicionar un candidato fuerte. La seguridad, la migración y la economía se perfilan como los temas clave en una campaña que será intensa.Chile: la incertidumbre es reina - LatFem

En caso de que ningún candidato supere el 50% más uno de los votos tendrá lugar una segunda vuelta el domingo 14 de diciembre. El 16 de noviembre la Cámara de Diputados se renueva completa (155 diputados) y se eligen 23 de los 50 escaños del Senado. Y las primarias internas para elegir candidaturas están programadas para el 29 de junio.

Aunque inicialmente se barajó la posibilidad de realizar primarias amplias, sumando partidos desde la izquierda al centro, desde el Partido Comunista Chileno (PC) a la Democracia Cristiana (DC), pasando por el Frente Amplio (FA), finalmente la DC definió que impulsará una primaria presidencial y listas parlamentarias propias con partidos de la exConcertación y la Federación Regionalista Verde Social (FVRS). Es decir, la DC excluye explícitamente participar en una primaria junto al comunismo.

Estas elecciones, tanto presidenciales como legislativas, serán las primeras desde la reintroducción del voto universal obligatorio, un mecanismo establecido en 2022 tras 10 años de voto voluntario.

Brillan por su ausencia propuestas audaces hacia el futuro en materia de empleo y crecimiento integrador y sostenible, de reforma a la salud, a las relaciones laborales, a la protección social, al cuidado, a las políticas de vivienda y urbanismo, entre otros temas en los que el actual gobierno no logró avanzar.

Y desde los medios, se sigue exacerbando el descontento que hoy recoge la extrema derecha, a la que le bastan las banderas del miedo a la delincuencia y a la inmigración en las que, por lo demás, no tiene competencia viable.

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Los candidatos independientes que buscan firmas para las elecciones presidenciales

A siete meses de la primera vuelta dos expostulantes de procesos electorales anteriores, un senador, un dirigente deportivo, un polémico empresario y una tarotista figuran entre los más de 300 nombres —muchos de ellos personas sin reconocimiento público— que buscan el respaldo ciudadano para competir el 16 de noviembre. Es que los candidatos sin respaldo de algún partido político legalizado pueden juntar las firmas necesarias para llegar a la papeleta de votación: reunir 35.361 patrocinios.

La irrupción de las mujeres en la política llama la atención, sobre todo en el exterior: ya gobernó el país en dos oportunidades una mujer y ahora, cuando se ha iniciado una nueva puja electoral, hasta aquí las que parecen mejor aspectadas para cruzarse la banda presidencial son las candidatas, tanto en la derecha como de la centroizquierda, señala Juan Pablo Cárdenas.

 El llamado progresismo

Hoy cohabitan en el progresismo chileno un centro pragmático que tiende a adaptarse al poder económico, aunque está dispuesto a diversos cambios democráticos y equitativos; una izquierda que promueve cambios estructurales que hagan reales los derechos fundamentales y la desmercantilización de esos derechos; y  una izquierda que mantiene concepciones estatistas.

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Las tres vertientes se necesitan para obtener mayorías electorales y, sobre todo, una participación popular suficiente en los procesos políticos. Por ello deben pactar sus diferencias, si el objetivo común es hacer avanzar procesos de cambio, que sean una alternativa visible y convocante ante la derecha conservadora –y la ultraderecha- y su defensa de los privilegios oligárquicos.

En los papeles, la división de la derecha favorece las aspiraciones de los sectores progresistas de proyectarse a futuro, pero no han logrado articular una mayoría en torno a un programa de gobierno realista y responsable que le haga sentido al país, ofrecer un liderazgo que está a la altura de esos desafíos y construir una unidad en la diversidad del (quizá demasiado) ancho campo progresista.

Nuevamente, para los analistas políticos, los independientes parecen ser la clave de esta elección. Lo dicen los analistas políticos y lo mismo piensan los liberales. Y la preocupación de poder alcanzar consensos preocupa a derecha e izquierda.

Recordemos que la expresidenta Michelle Bachelet convocó a la sede de la Fundación Horizonte Ciudadano a los candidatos del oficialismo a las primarias. A la cita llegaron Paulina Vodanovic (Partido Socialista), Carolina Tohá (PPD), Jeannette Jara (Partido Comunista ), Gonzalo Winter (Frente Amplio),  Jaime Mulet (FRVS) y Vlado Mirosevic (Partido Liberal) para discutir sobre la necesaria unidad y el apoyo al candidato o candidata que tenga mayores opciones de frenar a la derecha.

La fragmentación actual del progresismo chileno se explica por la creciente falta de apego en tiempos de individualismo, de defensas corporativas estrechas y de clientelismo. Además, se está lejos del ideal de combinar en la selección y renovación de liderazgos y equipos dirigentes a distintas generaciones en base a su competencia, racionalidad, diversidad social, de género y territorial.

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Esto no beneficia a las mayorías pero se traduce, a la postre, en consolidar el poder económico y a las minorías oligárquicas, que suelen promover esa dispersión para limitar la fortaleza de la democracia y de la acción pública para regularlos y someterlos al interés general.

Buscan fortalecer la institucionalidad del orden y del statu quo para mantener y ampliar su poder, en detrimento de los intereses de los que viven de su trabajo y de la capacidad social de actuar contra la desigualdad y la inequidad de género y en favor de las minorías discriminadas y de las actuales y nuevas generaciones amenazadas por la depredación ambiental, analiza Gonzalo Martner.

En el oficialismo, la necesidad de realizar primarias amplias y sin exclusiones, es aún más evidente que en la derecha, porque n o existe un liderazgo capaz de unir al conjunto que no sea legitimado por el mecanismo de primarias. Y al contrario de lo que sucede en la derechista Chile Vamos, su resultado no está predeterminado, por más que Carolina Tohá –la candidata de Gabriel Boric-  aparezca como la figura oficialista mejor posicionada en las encuestas.

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Carolina Tohá, ministra del Interior de Boric

Si la dispersión del voto de la coalición en la primarias del oficialismo es un problema para algún grupo, hay que sincerarlo. Si no, no se entiende por qué vamos a primarias, señaló la senadora Paulina Vodanovic, del Partido Socialista. Dos abandonados de ese sector, la exministra del Interior, Carolina Tohá (PPD) y el diputado Vlado Mirosevic (PL competirán en los comicios del oficialismo contra la exministra del Trabajo Jeannette Jara (PC) y los diputados Gonzalo Winter (FA) y Jaime Mulet (FRVS). La posibilidad de que participe la Democracia Cristiana en esos comicios no está zanjada.

Pero en donde se registran mayores tensiones es al interior del Partido Comunista, donde sectores identificados con la línea más dura, que tienen mayoría en el recientemente electo nuevo comité central, apoyan al exalcalde Daniel Jadue, pese a los problemas judiciales que enfrenta que, si bien no le impiden postular, le imposibilita desplegar una campaña. Por estas razones, es muy improbable que la comisión política proponga formalmente su nombre.

El temor a la candidatura de Jadue

Sin embargo, en vista de las fuertes polémicas que cruzan su debate interno, como la calificación de Jeannette Jara de “socialdemócrata, parece igualmente improbable la proclamación de la actual ministra del Trabajo, que sería vetada por los sectores más ortodoxos.

Tener a Jara, una figura que logró hitos importantes como la reforma al sistema de pensiones llegando a acuerdos incluso con la derecha, pero que es comunista, genera dudas en los electores que no se decantan por ningún partido, pero que no votan por los que consideran extremos, como el Partido Comunista o Republicanos.

Mientras, la derecha

Tanto la derecha de Chile Vamos como el oficialismo, requieren realizar unas elecciones primarias lo más amplias y participativas posibles. Chile Vamos, para incorporar a la centroderecha, representada por los marginales Demócratas y Amarillos, además de poner freno a la sangría de militantes del sector que se pasan a la ultraderecha, y legitimar la designación de Evelyn Matthei como la candidata del sector.

En Chile Vamos reina la preocupación, no sólo porque es evidente que deberán enfrentar en solitario la próxima elección presidencial, con la posibilidad cierta que republicanos, libertarios y socialcristianos unan sus fuerzas en torno a un candidato presidencial, que sería José Antonio Kast (Johannes Kaiser, aunque elude reconocerlo, postularía al senado), y una sola lista parlamentaria, para competir con Chile Vamos.

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Los derechistas Evelyn Matthei y José Antonio Kast

Los dirigentes de Chile Vamos –coalición formada en 2015 por la Unión Demócrata Independiente, Renovación Nacional y Evolución Política- saben de que es mucho lo que arriesgan en las próximas elecciones: no sólo la presidencia, que hasta hace muy poco daban por descontada, sino también la hegemonía del sector.

Ya en la elección presidencial anterior quedaron fuera de la segunda vuelta y se vieron obligados a apoyar al ultraderechista José Antonio Kast. La historia pudiera repetirse lo que sería el principio del fin para Chile Vamos. La preocupación se extiende a la errática campaña desplegada, hasta ahora, por Evelyn Matthei, la candidata mejor posicionada del sector.

*Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)