CELAC propone adopción de acuerdo jurídicamente vinculante para frenar cambio climático. La posición africana

Carla Zambrano- ALAI

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) insistirá en la adopción de un acuerdo jurídicamente vinculante para frenar el cambio climático, en la vigésima primera Conferencia de las Partes (COP21), a celebrarse en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015.

La información la dio a conocer el canciller de la República del Ecuador, Ricardo Patiño, durante la reunión conjunta de Cancilleres y Ministros de Ambiente con competencia sobre cambio climático de la Celac, celebrada el pasado viernes en la sede de la Unasur, ubicada en la ciudad de Quito.

“Queremos un nuevo Kioto”, aseveró el jefe de la diplomacia ecuatoriana al recordar que el llamado Protocolo de Kioto, firmado en 1997, solo buscaba reducir hasta 2012 el cinco por ciento de las emisiones relativas al año 1990, y fracasó rotundamente. “Después negociamos un segundo periodo de reducciones hasta 2020, acordado en Suráfrica (en 2011), y que hasta el día de hoy no ha entrado en vigencia”, refirió.

Ante estas circunstancias, Patiño destacó el compromiso de los países miembros de la Celac de llevar a la COP21 “una propuesta fuerte que ratifique el compromiso de los pueblos de la región de defender la plena aplicación de la Convención  Naciones Unidas sobre Cambio Climático”.cop21

“Nuestra obligación moral y ética es construir una plataforma de acuerdos que nos permita que en la capital francesa se escuchen y se valoren los argumentos y denuncias de una de las regiones con mayor diversidad natural y cultural del mundo”, manifestó Patiño.

El canciller ecuatoriano, cuyo gobierno ocupa actualmente la presidencia pro tempore de la organización integracionista, recalcó que en América Latina y el Caribe se producen servicios ambientales de enorme valor estratégico, y se provoca apenas el nueve por ciento del total de emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera planetaria.

En ese sentido, llamó a la Celac a enfrentar también el problema del cambio climático como una de las aristas de la “crisis del modelo global que nos ha sido impuesto” y cuestionó la postura de los principales causantes históricos de la depredación ambiental, quienes “pretendan endosarle su responsabilidad al mundo en vía de desarrollo, sobre todo cuando ello implica atentar contra la necesidad de avanzar en la erradicación de la pobreza”.

“Nosotros que representamos a gobiernos que luchan por cambiar la vieja y perversa correlación de fuerzas políticas en nuestros países, debemos afrontar la gigantesca tarea de reducir la crisis ambiental denunciando la responsabilidad del que contamina”, puntualizó Patiño.

Por su parte, la ministra de Ambiente de Ecuador, Lorena Tapia, resaltó la importancia de lograr una propuesta regional que tome en cuenta el concepto de urgencia que reviste el tema, y la necesidad de que se haga justicia climática para que los países desarrollados compensen los esfuerzos que realiza el mundo subdesarrollado para reducir las emisiones de los llamados gases de efecto invernadero.

La ministra para Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, igualmente avaló la propuesta de que la Celac llegue a Paris con una posición uniforme. “Nos estamos jugando el futuro de la especie humana, el futuro del planeta”, aseguró la canciller tras denunciar que el modelo desarrollista impulsado por el capitalismo ha comprometido la existencia de la humanidad.

África reclama contribuciones justas contra el cambio climáticocambio climatico11
Isaiah Esipisu-IPS
Organizaciones africanas, que abogan por la justicia climática, criticaron las Contribuciones Previstas y Determinadas a nivel Nacional (INDC), presentadas por países del Norte y el Sur para controlar el aumento de las temperaturas, al considerarlas “débiles, inadecuadas y poco ambiciosas”.
“Si estudia con cuidado lo que enviaron países industriales como Rusia, Estados Unidos o la Unión Europea, en comparación con las naciones pobres, verá claramente que los objetivos máximos se movieron para que África soporte el costo de la mitigación y de la adaptación”, subrayó Sam Ogallah, gerente de programa de la Alianza Panafricana por la Justicia Climática.
Eso “atenta contra el principio de responsabilidad común, pero diferenciada y la capacidad respectiva de la CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático)”, precisó Ogallah, de la institución que reagrupa a más de 1.000 organizaciones africanas que comparten el mismo objetivo de justicia climática.
En las anteriores negociaciones de la CMNUCC, los países acordaron hacer públicas las contribuciones nacionales para mitigar y adaptarse a la variabilidad climática, conocidas como las INDC, por su sigla en inglés.
Poco después de vencido el plazo para enviar las INDC, organizaciones africanas expresaron su preocupación de que los países ricos, responsables del recalentamiento de la atmósfera, se aprovechan de las naciones más pobres que ya sufren las consecuencias del fenómeno.
Según el informe “Distribución justa: Revisión de las INDC de la sociedad civil”, a cargo de Oxfam Internacional, de la Alianza y otros colaboradores, hay una brecha enorme entre lo que se necesita para evitar el cambio climático y las propuestas entregadas por los países.
Las ambiciones de los países más ricos no alcanzan a cubrir su cuota parte, que no solo incluye acciones locales, sino también aportes económicos a terceros.
La evaluación del reparto justo utilizó un “rango de equidad”, tomando en cuenta las responsabilidades históricas y considerando la incidencia de los países en el cambio climático en términos de emisiones acumuladas desde una fecha elegida.
También tomó en cuenta la capacidad de las naciones para implementar acciones climáticas, utilizando la renta nacional en relación con lo necesario para asegurar estándares de vida básicos, como principal indicador.
Según la evaluación, las INDC de Rusia representan cero aporte al reparto justo; las de Japón, una décima parte, mientras las de Estados Unidos y la Unión Europea, alrededor de una quinta parte.
“No es una tendencia justa, niega la equidad y la justicia, pero no nos olvidemos de que estamos todos en este mismo barco del cambio climático, sean países ricos o en desarrollo, y que cuando se hunda, nos hundimos juntos”, subrayó Ogallah.
La mayoría de las naciones en desarrollo se comprometieron con acciones de mitigación que cubren o superan su cuota parte, pero también tienen un potencial que excede sus compromisos y la distribución justa.
Entre ellos destacan, Kenia, Islas Marshall, China, Indonesia e India. Las INDC de Brasil representan poco más de dos terceras partes de su reparto justo.
Kenia, por ejemplo, se comprometió a ampliar sus fuentes de energía con alternativas como la geotérmica, solar y eólica, entre otras opciones renovables y limpias, como forma de mitigar el recalentamiento planetario.
En menos de un año, luego de que el presidente Uhuru Kenyatta ordenara la construcción de dos grandes plantas geotérmicas con una capacidad total de 280 megavatios, Kenia se volvió el octavo proveedor de esa fuente de energía con una capacidad total instalada de 585 megavatios, lo que representa cinco por ciento de la producción geotérmica global, según el Consejo Mundial de Energía Geotérmica
Ese país también procura ampliar su cobertura de árboles en 10 por ciento y fomentar la agricultura climáticamente inteligente, como lo estipula su Marco Nacional de Agricultura Climáticamente Inteligente.cambio climatico1
India e Indonesia también superaron su cuota parte al comprometerse a mitigar los efectos del recalentamiento planetario mediante la producción de energía limpia, de medidas de conservación de la naturaleza y de una efectiva eliminación de los residuos.
El acuerdo que se alcanzará en la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la CMNUCC, que se realizará del 30 de este mes al 11 de diciembre, en París, se juzgará según tres criterios principales, explicó Ed Pomfret, director mundial de la campaña GROW, de Oxfam.
Primero, deben haber añadidos a las INDC y una creciente disposición de los gobiernos a reconocer la deficiencia e injusticia de los esfuerzos colectivos e individuales.
También se necesitan compromisos con los mecanismos del nuevo acuerdo que aseguren que los gobiernos eleven su ambición de acuerdo con los principios claros de igualdad en los próximos años.
Pomfret señaló también la necesidad de suministrar más recursos económicos, tecnología y crear capacidades para apoyar a los países en desarrollo a mitigar y adaptarse al cambio climático, así como atender las pérdidas y los daños.
Mientras organizaciones africanas redoblan sus aspiraciones, algunos gobiernos rechazaron la noción de “reparto justo”, criticando la singularidad de sus “circunstancias nacionales” particulares y su “derecho” a determinar su propio nivel de ambiciones climáticas.
Pero según la Alianza, “la justicia, la imparcialidad y la equidad en las próximas negociaciones en París no son negociables”, precisó Ogallah. “La supervivencia de las actuales y futuras generaciones depende ampliamente de su resultado, nunca nos perdonarán si no lo hacemos bien”, dijo a IPS.
Las organizaciones de la sociedad civil africanas planean redoblar la presión sobre los países ricos durante las negociaciones en la capital francesa para asegurarse de que asuman la responsabilidad por sus acciones y se hagan cargo de las injusticias históricas.
“No tenemos más opción que trabajar para salvar el planeta”, remarcó Ogallah.