Caos en los hospitales de Gaza
JEREMY LAURANCE | Las autoridades sanitarias de Gaza alertaron que podrían quedarse sin insumos de drogas y medicinas, mientras las víctimas aumentaban, amenazando con superar la capacidad del principal hospital de la ciudad, Al Shifa. La Organización Mundial de la Salud dijo estar “profundamente preocupada” por la escalada de violencia y su impacto en la salud y la vida de las poblaciones civiles de la región, y solicitó diez millones de dólares para garantizar el suministro de medicamentos para los próximos tres meses.
The Independent
El hospital Al Shifa cuenta con 700 camas y es llevado allí el 80 por ciento de los heridos, algunos con quemaduras severas y otros con heridas causadas por el derrumbe de edificios y traumatismos de cráneo. Todos los centros de salud cancelaron sus rutinas de cirugía y ayer enviaron en ambulancia a los pacientes menos urgentes a otros hospitales afuera de Gaza, incluso a Egipto.
Hubo escenas de caos en el hospital Al Shifa, en momentos en que se trasladaba a niños bañados en sangre, algunos de ellos muertos. “Se oyen gritos, llantos y alboroto. Una enfermera se quebró y comenzó a llorar en una esquina, mientras que sus compañeros trataban de calmarla. Las imágenes son escalofriantes aquí”, escribió el corresponsal de la BBC, Paul Danahar.
El Ministerio de Salud en Gaza dijo que se terminaron 192 drogas esenciales -el 40 por ciento de la lista de medicamentos esenciales- y que no tienen stock de materiales descartables -como gasas y jeringas-, incluidos en el 65 por ciento de la lista necesaria. Tony Laurance, el jefe de las oficinas en Gaza y Cisjordania de la Organización Mundial de la Salud, dijo que la Autoridad Palestina se había excedido en el gasto y había faltante de equipos médicos y drogas en la región. La situación era peor para Gaza. “Lo que más nos preocupa es la escasez de insumos”, dijo, pidiendo por donaciones que permitan cubrir los medicamentos más urgentes, incluyendo los antibióticos cefazolina y ciprofloxacina, solución salina y drenajes para heridas.
Durante la ofensiva contra Gaza en 2009, los cientos de toneladas de medicamentos que fueron donados no se pudieron usar, agregó Laurance. “La gente vació los contenidos de sus botiquines y los donó. Fue una actitud generosa y bien intencionada. Pero al final de la guerra teníamos 30 depósitos llenos de drogas que no necesitábamos. La escasez afecta a los pacientes de rutina también. Muchos con problemas de corazón o enfermos de cáncer. Necesitamos ranitidina para úlceras y solución de bicarbonato para tratamientos de diálisis. Esos pacientes enfrentan un doble problema: tienen que dejarles lugar a los heridos y no consiguen sus medicamentos”.
De las 21 clínicas de la Organización Mundial de la Salud que hay en Gaza, 11 están cerradas, porque están ubicadas en áreas que fueron blanco de ataques aéreos. El jefe de la oficina de la OMS en la Franja, Mahmud Daher, contó que las ventanas y el interior del edificio fueron destruidos por una explosión y él y su familia buscaron refugio en un sótano.
A todo esto, los ataques generan traumas psicológicos. El programa de salud mental en Gaza constató que durante la guerra de 2009 los chicos sufrían desórdenes de conducta, pesadillas, se orinaban en la cama y tenían insomnio. El estrés post-traumático aumentó y dejó un legado de aumento de depresiones. “El estrés puede ser tratado, la depresión persiste”, afirmó Laurance.