Campeonato de homofobia
ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA | Pierre Bourdieu decía que «somos hablados por el lenguaje». Este contiene fórmulas atávicas que producen y reproducen prejuicios, irreflexiones y ligerezas racistas, sexistas, homófobas, etc. De ahí expresiones automáticas del idioma como «merienda de negros», «negrear», «mujer tenía que ser», «aaay, era hembra», «deja la mariquera», «no seas marico», «sea marico nadie», «¡aaay!», etc. (ver «¡Aaay!» http://www.analitica.com/bitblioteca/roberto/aaay.asp)
Todas hablan por quienes las profieren. Hay que hacer un esfuerzo bien consciente y disciplinado para erradicarlas de nuestra habla y aun así en cualquier momento se te desliza una sin querer. Porque ese es el problema: que es peor decirlas sin querer que decirlas conscientemente, porque si las dices sin querer estás en la trampa automática de los peores prejuicios.
J. Edgar Hoover, el perpetuo director del FBI, persiguió toda la vida a los homosexuales. Tenía una legión de espías homosexuales que fotografiaban a los políticos en situaciones íntimas con otros varones para luego chantajearlos. Pues bien, bastante después de su muerte se descubrió que Hoover fue homosexual. Igual pasó con los jefes de las machísimas S.A. nazis, a las que Hitler exterminó porque muchos eran homosexuales, lo que ofendía el finísimo olfato nazi contra la diversidad. Prohibido olvidar que el fascismo nos asesinó a Federico García Lorca.
Ahora nos encontramos con una competencia de nuestro mundo político para ver quién es más homófobo y machista, acusándose mutuamente de no tener bolas, por ejemplo. Unos denuncian unas fiestas, de esas que llamaban otrora ballets rosados, y el lenguaje los habla cuando implican que lo escandaloso es que allí había expresiones interpretables como homosexuales. ¿Y? ¿Cuál es el problema? Como dice la dirigencia opositora corrupta, esta vez con razón: ¿Cuál es el delito? Ya es lo suficientemente grave que se acuse a alguien solo por ser homosexual, como si esa condición fuese un delito en sí misma, sino que esa acusación encubre lo que sí es verdaderamente delito: los fondos oscuros de donde sale el financiamiento de unas dispendiosas fiestas rave de varones que se aman. Allá ellos con su vida sexual, pero aclaren de quién sabe qué albañal de narcolavado y/o injerencia gringa salen esos cuantiosos gastos. Porque no será del sueldito, como diría la simpática Liliana Hernández.
Entonces se da pie para que la oposición farisea desvíe la discusión hacia la homofobia. La oposición es diabólica y por tanto astuta y experta en desviar las discusiones hacia los terrenos que le son propicios. El problema no es que ellos son golpistas, sino que el diputado bolivariano Zutano usa corbatas «de marca». Por ejemplo. Tienen una obsesión con eso. Pero ¿has visto que la oposición siempre acusa sin pruebas? Siempre. Si conoces una excepción, avisa. Vieron a Fulana en un espectáculo de Madonna en París y la «prueba» es una foto de Fulana en un lugar inidentificable ni con París ni con ningún otro lugar y de una persona difícilmente reconocible como Fulana. El diputado Perencejo estuvo de compras en Miami, y blanden una foto del diputado en una tienda que es uno de esos tantos no-lugares que hay en el mundo, que no permite saber si es Miami o el aeropuerto Sheremétievo de Moscú, donde estuvo Edward Snowden, o Yaguaraparo, pues casi todas las tiendas de ropa son idénticas desde Nueva Casarapa hasta Vladivostok y sus alrededores, pasando por las Islas Mauricio (ver «Contra la cultura insípida» http://www.aporrea.org/actualidad/a171075.html).
Ahora bien, los fariseos siempre despliegan cortinas de humo para ocultar el fondo de los asuntos. Y el fondo de este asunto es que Gerardo Blyde lleva ya tres años seguidos negando el permiso de la así autollamada Marcha de Orgullo Gay en Baruta. Por ejemplo. ¿Está dispuesta la dirigencia opositora a respaldar una ley de matrimonio de personas del mismo sexo? El fondo es que Hugo Chávez fue el primer político, desde Diego de Losada, que se reunió con la comunidad sexodiversa y desde su gobierno respaldó abiertamente sus manifestaciones públicas y sus derechos. El fondo es que la comunidad sexodiversa forma abiertamente parte del Polo Patriótico. El fondo es que las policías de municipios o gobernaciones fascistas siguen hostigando a jóvenes, varones melenudos, gente tatuada, quienes andan en patineta, gente sexodiversa. Los numerarios y numerarias golpistas del reprimido Opus Dei ¿qué dicen de los derechos sexodiversos, incluyendo el matrimonio? Eso es lo esencial, no si tal o cual político es sexodiverso o no, porque homosexuales hay en todas partes y no importa. Repito, a ver si se entiende: SER HO-MO-SE-XUAL NO IM-POR-TA.
En fin, a mí no me perjudica que un político sea sexodiverso; lo que sí me perjudica es que sea fascista y golpista (ver «¿Es revolucionario el prejuicio?» http://www.aporrea.org/ideologia/a114799.html).