Camille Chalmers: En Haití la Minustah ha fracasado todos los objetivos

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MARIA FELISA LEMOS Y AN NALISA MELANDRI| Camille Chalmers, economista y activista haitiano leader di PAPDA (Haitian Platform for an Alternative Development) habla desde Tocoa (Honduras), en la región del Bajo Aguán,  en ocasión del Encuentro Internacional de Derechos Humanos en Solidaridad con Honduras, sobre la situación de Haití, justo ahora cuando se van definiendo los planes internacionales de reconstrucción del país.

Un cuadro penoso, sobre todo respecto a las responsabilidades de la Minustah, La Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití, responsable en muchos casos de graves violaciones de los derechos humanos cometidas en contra de la población haitiana.

-¿Camille, nos puedes hacer una síntesis de la situación política actual de Haití?

El pueblo de Haití está viviendo una situación muy difícil como consecuencia de múltiples factores y especialmente por una crisis económica de producción, agravada por la aplicación de medidas neoliberales a partir de 1984 que han contribuido a destruir gran parte de la capacidad productiva del país.

Haití en el año 1972  era un país autosuficiente,  ahora está importando el 82 % de su producción nacional de arroz y nos hemos convertido  en el tercer importador más importante del mundo de arroz norteamericano después de México y Japón. Estas políticas han causado una brecha terrible, una polarización terrible en términos de concentración de recursos en manos de la oligarquía y una gran miseria que afecta sobre todo al campesinado. Se ha creado incluso  una situación de dependencia económica y  alimentaria que ha destruido no solamente las instituciones nacionales, sino también  las  instituciones sociales del país.

Este proceso culmina con la llegada en Haití desde 2004,  de la Minustah, la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, que bajo el paraguas de las Naciones Unidas,  instala una fuerza de ocupación militar que ha fracasado totalmente en términos de los objetivos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ya que las resoluciones adoptadas desde junio 2004 hasta la actualidad son las que  fijan los objetivos de la Minustah.

El primer objetivo era la implementación de un clima de seguridad y de estabilidad; el segundo objetivo era la defensa de los derechos humanos; el tercer objetivo, la realización de elecciones democráticas; el cuarto objetivo, el crecimiento económico y el último, añadido recientemente, el control de la frontera y del narcotráfico.

Todos estos objetivos han fracasado. La presencia de la Minustah no ha instalado un clima de seguridad y estabilidad, al contrario,  se ha desarrollado una nueva ola de inseguridad e incluso un fenómeno nuevo que no se conocía anteriormente, que es el de  los secuestros, que ahora se dan de manera recurrente. Sabemos que la cuestión de la seguridad está muy ligada a la cuestión del narcotráfico. Los  flujos del tráfico de drogas hacia Estados Unidos han aumentado desde 2004 hasta 2012, según los informes del Departamento de Estado y esto, a pesar de la sofisticación de la tecnología  y  de los recursos  económicos que tiene la Minustah para controlar el territorio. Si calculamos que  el 12 y el 13 % de la cocaína que entra en Estados Unidos proviene de Haití, nos damos  cuenta que el volumen es enorme y esto genera todo tipo de tráfico, tráfico de personas, tráfico de niños, pandillas en los barrios populares y de hecho la frontera hacia la República Dominicana  es totalmente monopolizada por bandidos y traficantes de droga. La  Minustah no ha tenido ningún impacto sobre este tipo de fenómeno.

– ¿Y respecto a las violaciones de los derechos humanos de los trabajadores migrantes en la República Dominicana?

Si consideramos la cuestión de los derechos humanos, el balance es todavía más negativo. La Minustah se  calla totalmente contra las violaciones diarias que se cometen contra los migrantes haitianos  en la frontera, en violación de todas  las resoluciones de los tratados internacionales respecto a los trabajadores migrantes, y también en violación de los convenios binacionales firmados por los dos países. La gestión de la repatriación de los migrantes haitianos, manejada  directamente por el ejército dominicano, es en total violación de los trabajadores haitianos, incluso les roban  el dinero acumulado durante su trabajo en la República Dominicana; hay atropellos de todo tipo, golpes, destrucciones de bienes y, a veces, incluso golpes físicos.

En el tiempo se ha producido un empeoramiento de la condición de los migrantes haitianos en República Dominicana y eso se debe a varios factores tales como la presencia masiva de trabajadores haitianos en sectores diferentes del azucarero, como la mano de obra agrícola en otros sectores ya sea en la producción de café y de arroz, e incluso en las zonas francas. Pero también al factor ideológico de la utilización mediática y política que se hace de la presencia de los haitianos a favor del juego político interno en la República Dominicana.

Esto para mostrar que la Minustah está presente en la frontera, que hay violaciones evidentes de los convenios internacionales y los de los dos países y que nunca se pronuncia  ni una sola palabra sobre las violaciones de los derechos de los haitianos migrantes que son violados constantemente.

La Minustah se ha transformado en el tiempo en violador directo de los derechos de los haitianos. Cuando llegaron en el país las tropas brasileras, ocuparon el campus universitario durante más de cuatro años, por lo  cual hay estudiantes que no han podido seguir sus estudios. Esto sucede en un país en el que hay bastante escasez de capacidad para acoger la demanda de jóvenes universitarios.

Uno de los elementos más importantes son las violaciones sistemáticas de los derechos de las mujeres, niños y niñas, y la explotación sexual bajo diversas fórmulas. Estos casos han sido documentados y hasta reconocidos por la dirección de la Minustah y nunca ha habido ningún  juicio para castigar los culpables. El caso más importante fue la repatriación de 104 miembros de Sri Lanka  que habían hecho violaciones sistemáticas durante meses contra las mujeres, lo que por supuesto es un elemento totalmente opuesto a la retórica oficial de los derechos humanos en la Naciones Unidas.

Y un último ejemplo de lo que es la violación de los derechos humanos: la Minustah introdujo en el país el cólera y esto está comprobado por varias investigaciones de laboratorio de Estados Unidos, Francia y otros países, y ni siquiera han reconocido  sus responsabilidades. Cuando llegaron los nepaleses, no se tomó ninguna precaución para comprobar que estas personas no tenían ninguna enfermedad que pudiera difundirse en el país y tampoco se preocuparon de encontrar recursos adecuados para luchar contra la enfermedad.

El presupuesto global de la Minustah es de más de 680 millones de dólares al año y durante más de seis meses no han invertido  más de 175 millones de dólares para curar la enfermedad. Cuando hablamos de esto hablamos de más de 7 mil muertos y 500 mil afectados Nos encontramos entonces en una situación aún peor de la que había a  la llegada de la Minustah. Las últimas elecciones del 2009– 2010 han sido las peores del ciclo electoral democrático donde no se ha respetado ningún valor democrático y donde el pueblo haitiano hasta la fecha no conoce los resultados en los detalles.

No solamente una falta total de respeto sino el manejo del espacio electoral donde una vez más el pueblo haitiano está perdiendo su soberanía y su capacidad de decidir.

– ¿Cuál es la estrategia económica para Haití?

Hay un proyecto de recolonización del país. El  proyecto real para la reconstrucción de Haití es representado por la implementación de zonas francas, o sea  una plataforma de zonas francas que prevé acuerdos para exportaciones con Estados Unidos y la utilización de mano de obra barata. Ya se ha firmado un acuerdo preferencial con Haití desde 2007 que permite la entrada de productos textiles de Haití, a bajo costo, hacia los mercados de Estados Unidos. No es ninguna novedad, es el mismo proyecto de los años `70 que ahora se está implementando a la fuerza, pero acompañado también por una llegada masiva de inversiones en el oro, en el cobre, en el turismo. Incluso se han utilizado parte de los recursos implementados para asistir a los damnificados del terremoto  en la construcción del parque industrial en la parte nordeste del país.

Una empresa coreana ya está preparada para construir una planta textil. En lo que concierne el sector turístico, ahora hay muy poca posibilidad de desarrollarlo por la  presencia invasiva de la Minustah.

La Minustah es un invasor que asusta porque esta figura está por debajo del capítulo 7 de la Carta Magna de las Naciones Unidas,  para ser implementada en casos de conflictos internos o guerras civiles. En Haití la última guerra civil sucedió hace cien años. Incluso se habla sobre la llegada de los inversores extranjeros, pero en realidad no se han ejecutado muchos proyectos, en la zona franca lo único que se está implementando es la construcción de 5 parques industriales para la producción textil, con escaso valor agregado y que van a utilizar mano de obra muy barata, incluso por debajo de  los derechos incluidos en los convenios de trabajo, que llevan sobreexplotación y destrucción de la vida de las mujeres.

¿El regreso reciente de Duvalier qué finalidad tiene en este panorama?

Se trata de una planificación para  recomponer la derecha de Haití frente al fracaso del gobierno de Preval; aprovechar este momento y el descontento popular frente al gobierno de Martelly  para recomponer las fuerzas de derecha. Esto está muy relacionado con las elecciones de Martelly, quien formó parte directamente del golpe de estado del  `91 y por cierto gran parte de los ministros de Martelly  vienen de este mismo  ámbito político.

-¿Qué podemos hacer por Haití a nivel personal, a nivel de la solidaridad internacional, para denunciar o tratar de aliviar la situación?

Aprovecho de esta pregunta para informar sobre un aspecto importante acerca de la reconstrucción y del fondo prometido por la conferencia de donantes de Nueva York, el 31 de marzo de 2010, donde prometieron 8 millones de dólares. Puedo  aclarar que menos de 50 % de esto ha sido desembolsado; y que de la plata desembolsada muy poca ha sido invertida realmente en Haití.

Las cifras son elocuentes, apenas el 1% de los fondos ha llegado al Estado de Haití, incluso los Estados Unidos han recibido más que Haití.

Ha habido una exclusión total del pueblo haitiano, tanto del  Estado, de  las ONG  haitianas, o de  las empresas haitianas que han  sido totalmente marginalizadas.

El 99 por ciento de los contratos han sido firmados por empresas norteamericanas, incluso para las tareas más sencillas como remover escombros.

Hasta a ahora, dos anos después del sismo,  se han removido apenas el 50 por ciento de los escombros, y eso es muy importante aclararlo.

Si es cierto que hubo un despertar muy bonito de la solidaridad con Haití después del terremoto y sobre todo entre el mismo pueblo haitiano, cuando los  habitantes de la ciudad huyeron a las montañas donde  fueron nutridos y acogidos por los campesinos.

Yo conozco una región haitiana  que tenía  8 mil habitantes y dos semanas después tenía 18 mil. Tú  caminabas  y no veías nadie  tirado en la calle  porque casi todos habían sido alojados por campesinos.

También a nivel internacional se despertó  una ola impresionante de solidaridad. Los franceses han hecho llegar en una semana mucha más plata que todas las inversiones del gobierno francés en un año. Sin embargo mucha de esta plata ha sido instrumentalizada por proyectos imperialistas y hasta el mismo gobierno de Estados Unidos ha recibido mucha de esta plata, incluso para pagarse el gasto militar.

Además de todo esto hay que decir que la historia y la realidad de Haití son completamente desconocidas por el resto de los países del mundo y que sobre nuestro país hay muchos prejuicios.

Es  necesario construir mecanismos concretos de   solidaridad directa de pueblo a pueblo, como las brigadas de solidaridad hechas por Nicaragua y por Cuba, intervenir en forma concreta para implementar salud y educación publicas, un sistema de riego de aguas potables, encontrar elementos que puedan ser aceleradores del sistema de desarrollo para salir de la crisis de Haití, respetando los actores haitianos y no con las  ayudas prepotentes, arrogantes que quieren imponernos.

No respetan ni la historia y ni la cultura por eso estamos organizando una misión de solidaridad con Haití  la última semana de julio de 2012, es ya la segunda edición, coordinada por Adolfo Pérez Esquivel, y Nora Cortiñas, que agrupa a más de 20 organizaciones. En esta segunda misión queremos  invitar más de treinta organizaciones. La misión va a trabajar sobre tres temas: el primero es la indemnización de víctimas del cólera, hay una instancia jurídica en Naciones Unidas que determina la obligación de indemnizar a las víctimas cuando hay una responsabilidad verificada de las tropas. También se exigirá que la Minustah invierta para mejorar la infraestructura del país en términos de distribución de agua potable. Por otro lado hay que impulsar la campaña anti Minustah por el retiro de las tropas. Otro tema que trataremos es respecto a  Duvalier y esto es sumamente importante para hacer un trabajo de memoria sobre lo que han sido los 29 años de dictadura, colectar las pruebas y exigir su enjuiciamiento  por crímenes contra la humanidad, torturas, masacres, y robo.

Pero sobre todo la  reconstrucción, que sea un  proceso a largo a plazo que permita salir del modelo actual y permita  hacer propuestas concretas  para que las  fuerzas sociales puedan intervenir. En este momento en el proyecto de reconstrucción lamentablemente  solo están presentes los gobiernos.