Bolivia: Luis Arce y Evo Morales se disputan el liderazgo del modelo

Álvaro Verzi Rangel

El intento de golpe de Estado del general Juan José Zúñiga revive el debate sobre la inestabilidad y fragilidad institucional regional, a partir de una crisis política en Bolivia que viene desarrollándose al tiempo en que se acercan las elecciones presidenciales de agosto de 2025. Lejos de buscar acuerdos, los dos sectores dominantes del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) se desgastan en una pelea  entre dos hombres con proyectos personales diferentes.

Más allá de reconocer la fuerza del argumento más simple, que explica estos actos como una aventura individual de un militar, y que descarta otras explicaciones como la teoría del autogolpe de Luis Arce y la de las tentativas de Lucho Arce niega de manera tajante la hipótesis del autogolpe. (Fuente: EFE)intervención estadounidense en procura del control del litio boliviano, el fallido golpe de Estado en Bolivia permite vislumbrar un  gobierno progresista debilitado, la sucesión indefinida dentro del MAS, y militares descontentos y buscando participar en las decisiones,

Si el progresismo del MAS está en crisis y dividido,  ni la Media Luna, ni la derecha tradicional o republicana tienen respuestas para la crisis y tampoco tienen un buen candidato para oponerse al oficialismo. La extrema derecha racista, religiosa y violenta, que apareció en Bolivia con una década de antelación en relación a países como Brasil y Argentina, tampoco está controlando la situación política.

La incertidumbre en torno a las elecciones de 2025 generara situaciones de tensión política. No se sabemos quién encabezará el próximo gobierno, mientras que el litio será explotado sin importar el impacto ambiental, ni el sector político que lo autorice.

El golpista

El general Juan José Zúñiga Macías,  integraba un grupo denominado Pachajcho, muchas veces declaró su «odio a Evo Morales». El lunes, el expresidente acusó al militar de comandar un plan para eliminarlo físicamente. El martes, el comandante respondió por TV: «Morales no puede volver a ser más el presidente de este país. El Ejército va a dar fiel cumplimiento al mandato del pueblo. Lo digo: la voz del pueblo es la voz de Dios”.

Los analistas ven una coincidencia entre el tanquetazo que derrocó a Salvador Allende en Chile y lo ocurrido ahora en Bolivia. Un elemento en común es la participación de los Estados Unidos: en el Chile de 1973 dirigida por el presidente Richard Nixon y su secretario de Estado, Henry Kissinger, quienes influyeron decisivamente en grupos opositores a Allende, y de quienes  apoyaron y financiaron el golpe de Estado.

En Bolivia,  esta participación parece tener un nombre: Debra Hevia, Encargada de Negocios que llegó a Bolivia generando susceptibilidad por su apoyo a la oposición y su eventual contribución en la gestación de un golpe. Coincidentemente,  el atentado a la democracia se dio poco después de una reunión sostenida entre Luis Arce y su par ruso, Vladímir Putin, en la que se trataron temas referidos a la cooperación internacional y el litio boliviano -un recurso muy apetecido por EEUU-, entre otros.

Bolivia alertó en varias ocasiones de las intenciones que tiene Washington de hacerse cargo de la explotación e industrialización del litio. En esta línea, en julio de 2022, la comandante del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, expresó públicamente su preocupación por una supuesta injerencia de China y Rusia en Latinoamérica, particularmente en lo que se conoce como el “Triángulo del litio”.

Uno de los aspectos más cuestionados en el frustrado golpe boliviano fue que tanto Luis Arce como el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, se atrevieran a salir a hablar y encarar al general Zúñiga. Igual hizo el general Carlos Prats, que logró aplacar el “Tanquetazo” chileno: salió a hablar con los comandantes de los tanques en un valiente acto que casi le cuesta la vida .

Los bloqueos y el regreso de Evo

Tras la asonada quedaba vigente la amenaza de bloqueo de caminos de parte de dos sectores orgánicamente compactos y con capacidad de hacer daño: los productores de la hoja de coca del Chapare y el transporte pesado internacional, ambos con motivos aparentes para llevar adelante la medida y que buscan encubrir la intencionalidad política de sus protestas. La causa supuesta para los productores de coca del trópico cochabambino tiene que ver con el hecho de que las leyes aprobadas en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) no se han promulgado tras la decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de declarar nula la sesión del 6 de junio.

De las cuatro leyes sancionadas, dos están referidas al tema judicial, particularmente a la cesación de funciones de los magistrados del Órgano Judicial, quienes ampliaron sus funciones el último día de diciembre pasado luego que no se llevaran a cabo las elecciones judiciales.

Pero la causa real del bloqueo es la táctica política del expresidente Evo Morales de contar con una nueva composición del TCP que le garantice su inscripción como candidato a la Presidencia para las elecciones generales previstas para mediados de 2025, pero que algunos actores intentan adelantar.

Evo Morales insiste, a través de las redes sociales y su programa radial dominical, en que hay un plan para inhabilitarlo y toma como base una resolución constitucional sobre la libertad de expresión y que en uno de sus considerandos se refiere al fallo emitido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos que establece que la reelección indefinida no es un derecho humano.

Cabe destacar que los productores de coca son ciertamente los mejores organizados del movimiento campesino, cuya capacidad de movilización y de lucha data desde la década del 90, cuando se resistió los planes de erradicación de la hoja de coca impulsados por los gobiernos neoliberales por mandato de los Estados Unidos. Durante el gobierno de Arce, sus medidas de presión han dejado de reflejar un sentido general para la población y se han concentrado en el respaldo a los intereses particulares y electorales de su máximo dirigente.

En el caso del transporte pesado el motivo aparente del anuncio de bloqueo tiene relación con el lanzamiento de un video por parte del Ministro de Obras Públicas, interpretado como una afrenta al sector por sus dirigentes, luego de una reunión exitosa del domingo 16 con el presidente Arce, con quien acordaron un paréntesis de 90 días para evaluar el cumplimiento de sus demandas.

El papel de García Linera

El exvicepresidente de Bolivia entre 2006 y 2019, Álvaro García Linera repudió el intento de golpe y aseguró que los poderes de facto están siempre latentes y “sacan la cabeza” cuando los proyectos progresistas se muestran débiles. Lejos de suscribir a la idea de que hubo un autogolpe de Estado, dijo “En todo el mundo, en todas las democracias, hay poderes fácticos que escapan al voto. Las oligarquías empresariales, las fuerzas armadas y, en el caso de América, la Embajada norteamericana”, añadió,

“Esas son las fracturas internas que nos muestran débiles. Y peleas internas nos hacen olvidar enemigos mayores. Que como ayer, sacan la cabeza, asoman las orejas”, señaló, tras indicar que “las fuerzas progresistas tienen siempre contradicciones. Pero cuando se convierten en fundamentales, dejamos de ver al verdadero adversario que está agazapado”. “En Bolivia viene actuando desde principio de año con la corrida bancaria. Hay empresarios que no entregan sus dólares de exportaciones y prefieren dejarlos en sus cuentas norteamericanas. Y ahora este intento de golpe de Estado”.

García Linera expresó: “dentro del bloque nacional popular hay una pérdida del horizonte estratégico, de los adversarios reales a enfrentar y un enfrascamiento en pugnas personalizadas y muy mezquinas”. Gabriel Campero Nava señala que existe un paternalismo penoso de García Linera sobre el rol del bloque nacional popular, cegado por una negación a aceptar los errores de su gestión con Evo. Ese bloque popular continua siendo el mismo,  fue el que recuperó la democracia ante la renuncia y salida del país de él y de Evo, dijo.

*Sociólogo  y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista seniordel Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)