Blair, los globalistas de Davos y su gran reset digitálico post-Trump: el gobierno mundial

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Alfredo Jalife-Rahme|

 

El ex primer ministro británico, Tony Blair, un socialista travesti y simultáneamente neoliberal “ofertista ( supply-side economics)”, divide al mundo entre globalizadores y no-globalizadores –no se atreve a pronunciar el epíteto de nacionalistas y/o soberanistas– y no oculta su reclamo por un Gobierno Mundial. Desde su Instituto para el Cambio Global (ICG), Blair pregona una mayor vigilancia (sic) tecnológica cuyo precio vale la pena pagar. ¡Uf!

Lo más ominoso es la confesión de Blair, destructor con Baby Bush de Irak, de que su ICG se encuentra incrustado (sic) en los gobiernos de todo el mundo.

Los globalistas de Davos que mal gobernaron al mundo no se dan por derrotados y han pasado a una feroz contraofensiva para posicionarse en la fase post-Trump, a quien dan por liquidado.

Y cinco meses antes de las elecciones en EU, el príncipe de Gales y el suizo Klaus Schwab –miembro del siniestro Grupo Bilderberg, muy vinculado a los intereses de Israel, y a quien le fue otorgada la Orden del Águila Azteca por el expresidengte mexicano Álvaro Calderón– anunciaron una cumbre gemela presencial y virtual en el Foro Económico Mundial (FEM) en enero de 2021 bautizada el Gran Reset

  1. Se trata de un compromiso para construir los fundamentos del sistema económico y social para un futuro más justo, sustentable y resiliente. Baste señalar que el FEM viene repitiendo la misma letanía desde hace medio siglo y ahora lo disfraza con un lenguaje ciber-fármaco-ambientalista de su muy controvertida Cuarta Revolución Industrial
  2. Requiere un nuevo contrato social centrado en la dignidad humana (sic), la justicia (sic) social y donde el progreso de la sociedad no venga detrás del desarrollo económico. ¡Esto equivale al suicidio del caníbal neoliberalismo global reseteado!EL GRAN RESET - La nueva normalidad - YouTube
  3. La crisis de la salud global desnudó las rupturas en nuestras economías y sociedades y creó una crisis social que requiere urgentemente (sic) trabajos decentes (sic) y significativos. Además de constituir una aburrida perogrullada, incurre en graves contradicciones con su digitalización/robotización/automatización laboral.

El FEM se enfoca(rá) al cambio climático y a su objetivo de descarbonizar la economía. ¡Todo un tema para el debate!

El Gran Reset de los globalistas de Davos manejará una gran escenografía hollywoodense con todos los recursos digitálicos y la participación de una red global de 400 (sic) ciudades en el mundo, al unísono de hacedores globales de las comunidades –proyecto de Klaus Schwab que lleva nueve años sin fructificar– para entablar un diálogo encabezado (sic) por generaciones más jóvenes.

Aquí existe un grave problema de colisión transgeneracional cuando los globalistas de Davos ostentan un promedio de la tercera edad –George Soros con 89 años y Klaus Schwab con 82–, frente al promedio de 29 años de México que es un “país millennial”, uno de los participantes.

El connotado politólogo Samuel Huntington acuñó el término El Hombre de Davos: tienen poca necesidad para la lealtad (sic) nacional, vislumbran las fronteras nacionales (sic) como obstáculos que se están desvaneciendo, y ven a los gobiernos nacionales como residuos del pasado, cuya única función útil es facilitar las operaciones de la élite global.

Samuel Huntington arguyó hace 16 años –“Las almas muertas: La desnacionalización de la élite estadounidense- que la perspectiva globalista es una postura de la minoría elitista no compartida por la mayoría nacionalista. Normal: la plutocracia globalista hoy representa uno por ciento de EU.

A propósito, prosigue la guerra civil larvada en EU, mientras que, en medio de 40 millones de desempleados por el C-19, continua la orgía de riqueza cuando los multimillonarios de EU han ganado 584 mil millones de dólares más en los pasados tres meses.

¿Y que pasará con el Gran Reset en un escenario de relección de Trump, aunque hoy parezca descabellado?

*Médico, profesor, conferencista, periodista y analista político mexicano de ascendencia libanesa, especializado en relaciones internacionales, economía, geopolítica y globalización. Analista de La Jornada