Aviones y bases militares para detener a migrantes, plantean Trump y Hofman
Mirko C. Trudeau
El equipo de gobierno del próximo presidente estadounidense Donald Trump está considerando usar bases y aviones militares para detener migrantes e impulsar las deportaciones, afirmó Thomas Homan, el nuevo zar fronterizo, y agregó que aún no se han elaborado planes específicos: estamos esperando a ver qué financiamiento nos va a dar el Congreso”, añadió.
En el primer gobierno de Trump, Homan fue el artífice de la política de separación de familias y de meter a niños en jaulas como si se tratase de animales, extremos de crueldad que el propio Trump presumió como mecanismos disuasorios contra la llegada de buscadores de asilo.
Ahora, Homan insiste en que estas violaciones a los derechos humanos serán puestas otra vez en marcha a una escala masiva. Y culpó de ellas a los migrantes por tener hijos dentro de Estados Unidos a sabiendas de que su estatus migratorio era irregular y aseguró que él no desea separar a las familias, pero no tiene otra opción porque su deber es cumplir la ley.
Pero la campaña xenofóbica de Trump y sus seguidores se basa en el quebrantamiento sistemático de las leyes de su propio país, de las normas internacionales y de los derechos humanos universales.
Homan enfatizó que las fuerzas armadas son un multiplicador de fuerza que podría ayudar con el transporte, las tareas administrativas, el análisis de inteligencia y la construcción de infraestructura, con grandes carpas que podrían servir como centros de detención a corto plazo.
A la pregunta sobre si el financiamiento del muro fronterizo seguía siendo necesario, incluso si interfiere en el presupuesto destinado a la deportación masiva anunciada reiteradamente por Trump, Homan respondió que ambos temas deben funcionar como una mezcla, ya que el muro fronterizo ayudará a frenar la llegada de migrantes.
“Hay que tapar los agujeros para evitar que entre agua en el barco. Así que todo funciona en conjunto”, añadió. En relación a que si los dreamers deberían preocuparse por ser deportados, Homan señaló que la prioridad son los extranjeros criminales. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) deportó a más de 270 mil personas este año, la cifra anual más alta en una década.
Si el interés de Trump fuera la aplicación de la ley, tendrían que comenzar por desautorizar al gobernador de Texas, Greg Abbott, quien ha usado al menos 11 mil millones de dólares para militarizar la frontera, detener migrantes, instalar barreras sobre el río Bravo y empujar personas al mismo; todo ello de modo completamente ilegal, puesto que la política migratoria es potestad exclusiva del gobierno nacional.
“Se verían obligados a denunciarse a sí mismos por la separación de familias y la desaparición forzada de niños, las cuales califican como actos de tortura por constituir formas de dolor o sufrimiento severo infligidas para un propósito inapropiado por un agente de un estado”, señala un editorial del diario mexicano La Jornada, reseñado por las agencias de noticias.
Tendrían que impugnar a su líder si concreta su amenaza de negar la ciudadanía a los hijos de migrantes indocumentados nacidos en territorio estadunidense, forma de discriminación que contradice la enmienda 14 constitucional. Deberían, también proceder contra Trump, Homan y todos los funcionarios de la primera presidencia trumpista o de la que está por iniciar, que promuevan la embestida militar contra civiles y la suspensión del derecho a la petición de asilo, añade el diario mexicano.
Trumpismo dividido
Por otra parte, una disputa entre facciones de partidarios de Trump sobre la migración y la industria tecnológica puso de manifiesto las divisiones internas de su movimiento político, anticipando las fisuras y las opiniones contradictorias que su coalición podría llevar a la Casa Blanca.
La grieta dejó al descubierto las tensiones entre el flanco más nuevo del movimiento de Trump –los miembros ricos del mundo tecnológico, incluido el multimillonario Elon Musk y su colega empresario Vivek Ramaswamy– y la gente de la base Make America Great Again (MAGA) de Trump, que defendió sus políticas migratorias de línea dura.
El debate estalló cuando Laura Loomer, agitadora de derecha con historial de comentarios racistas y conspirativos, criticó la nominación de Sriram Krishnan como asesor en política de inteligencia artificial en la próxima administración de Trump, pues Krishnan es partidario de traer más migrantes calificados al país. Loomer dijo que dicha postura no es una política de Estados Unidos primero y acusó a los ejecutivos tecnológicos de haberse alineado con Trump para enriquecerse.
Musk, nacido en Sudáfrica, tuvo una vez una visa H-1B y defendió la necesidad de la industria de traer trabajadores extranjeros, pues hay escasez permanente de talentos excelentes en ingenierías, hecho que calificó del factor limitante fundamental en Silicon Valley. La controversia se amplificó cuando figuras de extrema derecha opinaron sobre la necesidad de contratar trabajadores estadounidenses porque, aseguran, tienen a los mejores ingenieros.
En tanto, Trump solicitó a la Corte Suprema que pause la posible prohibición de TikTok hasta que su gobierno pueda hallar una resolución política al problema. La empresa de redes sociales y la administración de Joe Biden presentaron informes contrapuestos ante la corte, según los cuales la compañía argumentó que el máximo tribunal debería anular una ley que prohíbe la plataforma a partir del 19 de enero, mientras el gobierno defendió que la norma es necesaria para eliminar un riesgo de seguridad nacional.
*Politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)