Aumento de los sin techo y del miedo en Estados Unidos
Mirko C. Trudeau
La población homeless (sin techo) en Estados Unidos aumentó un 18,1% en 2024, alcanzando más de 770.000 personas, impulsada por la falta de viviendas asequibles, desastres naturales y un incremento en la migración. La cifra supone un récord, informó el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. El año pasado aumentaron 12 por ciento.
Un total de 771 mil 480 personas –aproximadamente 23 de cada 10 mil habitantes de Estados Unidos– experimentaron la falta de hogar en un refugio de emergencia, un lugar seguro, un programa de alojamiento transitorio o en lugares no protegidos Los altos costos de alquiler y el fin de ayudas relacionadas con la pandemia han agravado la situación, dejando a muchas familias sin alternativas habitacionales.
“Sopa caliente sobre una fogata bajo el puente / La cola para el albergue da toda la vuelta / Bienvenidos al nuevo orden mundial / Familias durmiendo en sus coches en el suroeste / Sin casa, sin empleos, sin paz, sin descanso”, cantaba Bruce Springsteen en The Ghost of Tom Joad.
En EEUU, más de 47 millones enfrentan hambre, incluyendo uno de cada cinco niños. Más de 100 mil mueren por sobredosis de drogas cada 12 meses. Se registraron más de 16 mil 500 fallecimientos por bala en este año incluyendo 498 tiroteos masivos. Estados Unidos ha enviado bombas, misiles y otros artículos de guerra a Israel por más de 22 mil millones, y a Ucrania por 61.4 mil millones, entre otros países, y desde el inicio de la guerra en Afganistán en 2001, el Pentágono ha gastado más de 14 mil millones de dólares.
Al concluir el año, el miedo sigue como el factor más esencial de la nación más poderoso del mundo y de la historia. Todo parece ser amenaza en este país, tanto enemigos dentro de Estados Unidos, como alrededor del orbe. Dentro hay una población civil que está armada con más de 400 millones de rifles y pistolas –más armas que personas en el país– y casi todos dicen que es para su seguridad.
¿Quiénes los están amenazando? En el ámbito exterior, todo es calificado como asunto de seguridad nacional, y no hay país que gaste más en el rubro militar que éste, pero aparentemente nunca es suficiente para proclamar seguro al país.Al concluir el año, el miedo sigue como el factor más esencial de la nación más poderoso del mundo y de la historia.
Todo parece ser amenaza en este país, tanto enemigos dentro de EEUU, como alrededor del orbe. Dentro hay una población armada con más de 400 millones de rifles y pistolas –más armas que personas en el país– y casi todos dicen que es para su seguridad. ¿Quiénes los están amenazando? En el ámbito exterior, todo es calificado como asunto de seguridad nacional, y no hay país que gaste más en el rubro militar, pero aparentemente nunca es suficiente para proclamar seguro al país, señala David Brooks.
En 2022, la población de personas sin hogar era de alrededor de 580 mil y en 2023 653.104 personas vivían en las calles de Estados Unidos, 20 de cada 10.000 habitantes.
El 28 de junio el Trubunal Supremo de Justicia, que votó siguiendo líneas ideológicas claras —los seis jueces conservadores, tres nombrados por Donald Trump, contra las tres juezas progresistas—, dictaminó que las administraciones locales podían imponer leyes que prohíban dormir en la calle, en tiendas de campaña o a la intemperie, y multar o hasta arrestar a personas que no acataran.
El dictamen fue resultado de una petición impuesta por la ciudad de Grants Pass (Oregon) para que se revisara una sentencia de 2018 de una corte más baja que limitaba la capacidad de las ciudades para responder con desalojos forzados al creciente problema de las personas sin techo.
El juez Neil M. Gorsuch, en nombre de la mayoría conservadora del tribunal, dijo que la ordenanza local de Grants Pass, que penaliza dormir o acampar en espacios públicos, y que había sido paralizada, no violaba la Constitución. Según su lectura, no se criminaliza el hecho de no tener casa, sino el de acampar en ciertos lugares.
El número de familias sin techo creció un 40%, especialmente en grandes ciudades como Denver, Chicago y Nueva York, afectadas por la llegada de migrantes. Cerca de 150.000 niños estuvieron sin hogar en una sola noche en 2024, lo que representa un incremento del 33% respecto al año anterior.
A pesar de la tendencia general, la población de veteranos en situación de calle disminuyó un 8%, mostrando avances en políticas dirigidas a este grupo. Ciudades como Dallas y Los Ángeles lograron reducir sus cifras de personas sin techo mediante reformas en sus sistemas de vivienda y políticas locales.
El número de personas sin hogar se debe a factores como la vivienda inasequible, la elevada inflación, el racismo sistémico, las catástrofes naturales y el aumento de la inmigración, explicó el informe.
Entre 2023 y 2024, los menores de 18 años fueron el grupo de edad que experimentó el mayor aumento de personas sin hogar. Casi 150 mil niños experimentaron falta de vivienda en 2024, lo que refleja un aumento de 33 por ciento (o 32 mil 618 niños más) respecto a 2023.
Las personas de raza negra, que representa 12 por ciento de la población total de Estados Unidos y 21 por ciento de la población estadounidense que vivía en la pobreza, representan 32 por ciento de todas las personas sin hogar.
El problema de las personas sin hogar se ha agravado en Estados Unidos, donde es habitual ver en muchas ciudades a indigentes viviendo a la intemperie, con tiendas de campaña instaladas en las aceras. Los gobiernos federal y estatales han impulsado diversas estrategias para hacer frente a la crisis.
El empeoramiento de nuestra crisis nacional de vivienda asequible, el aumento de la inflación, el estancamiento de los salarios entre los hogares de ingresos medios y bajos, y los efectos persistentes del racismo sistémico han llevado al límite los sistemas de servicios para personas sin hogar, declaró el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.
Señaló que el número de personas sin hogar disminuyó en urbes como Dallas y Los Ángeles, y el condado de Chelsey, en Pensilvania.
Según el gobierno, eventos como el devastador incendio de Maui, el más mortífero en más de un siglo en Estados Unidos, dejaron a más de 5.200 personas en refugios de emergencia en Hawái. Este tipo de desastres contribuyó significativamente al aumento de personas sin techo.
Grandes ciudades como Nueva York, Denver y Chicago experimentaron aumentos drásticos en la cantidad de familias sin techo, en gran parte debido a la llegada de migrantes. En estas áreas, la falta de recursos adecuados para atender a la población migrante duplicó las cifras de familias sin hogar. California, el estado más poblado del país, sigue siendo el que tiene mayores cifras de homeless, seguido de Nueva York, Washington, Florida y Massachusetts.
Tras una década de progresos, donde la población en situación de calle disminuyó de 637.000 en 2010 a 554.000 en 2017, las cifras comenzaron a incrementarse nuevamente a partir de 2020. Esto coincide con el fin de las medidas de asistencia introducidas durante la pandemia de covid-19.
Algunas ciudades han adoptado enfoques estrictos, como prohibir campamentos al aire libre, tras el fallo de la Corte Suprema que las permitió. Sin embargo, estas medidas han generado debate, ya que los defensores argumentan que criminalizan la falta de vivienda en lugar de abordar sus causas subyacentes. Otras grandes ciudades adoptaron diversas políticas para proteger a esta población y registraron una reducción de los sin techo.
Las ciudades que han mostrado avances, como Dallas y Los Ángeles, ofrecen un modelo basado en la expansión de viviendas asequibles y la reforma de sistemas de atención. Sin embargo, expertos advierten que sin inversiones federales significativas y políticas sostenibles, es probable que la crisis persista.
Para los specialistas, el gobierno debería equilibrar medidas inmediatas, como refugios de emergencia y programas de asistencia, con soluciones a largo plazo, incluida la construcción de viviendas asequibles y el fortalecimiento de redes de apoyo para migrantes y comunidades afectadas por desastres naturales.
El gobierno Biden-Harris, a punto e finalizar, había enfatizado su compromiso con soluciones basadas en evidencia para prevenir y acabar con la falta de vivienda. Ningún estadounidense debería enfrentarse a la falta de vivienda, y la Administración Biden-Harris se ha comprometido a garantizar que todas las familias tengan acceso a la vivienda asequible, segura y de calidad que merecen”, señaló la secretaria de Vivienda, Adrianne Todma, en un comunicado.
Pero poco se hizo al respecto en los cuatro años de gobierno y aún no se sabe qué políticas adoptará el nuevo gobierno de Donald Trump, a días de entrar en la Casa Blñanca.
*Politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)