Asume Hollande en medio de la crisis: La Unión Europea se resquebraja
EDUARDO FEBBRO| Europa está encajonada en una crisis de pulpo, mientras los mercados siguen moviendo los hilos para no perder un céntimo de sus ya abismales beneficios. La Unión Europea se resquebraja en torno del hermano menor. Grecia parece estar casi a las puertas de la salida del euro. Las crisis simultáneas que azotan a Grecia y España han provocado un profundo temblor en los cimientos de la Unión Europea en momentos en que el socialista François Hollande se apresta a asumir la presidencia de la República de Francia.
Europa está encajonada en una crisis de pulpo, mientras los mercados siguen moviendo los hilos para no perder un céntimo de sus ya abismales beneficios: Grecia continúa sin formar un gobierno que acepte someter al pueblo a la sangría de la austeridad impuesta por los mismos que fueron cómplices de la debacle: las bolsas europeas –París, Londres, Milán, Francfort, Atenas– vuelven a cerrar con porcentajes negativos mientras España, arrastrada por el remolino de la especulación y los recortes, acusa a Grecia de ser responsable de la situación: “La inestabilidad política griega es el principal elemento de incertidumbre y ahí es donde tenemos que actuar. Tenemos que tomar decisiones”, dijo en Bruselas el ministro español de Economía, Luis de Guindos.
La Unión Europea se resquebraja en torno del hermano menor. Responsables de la Comisión Europea, ministros, analistas y medios de prensa ya contemplan sin escandalizarse el futuro de Europa con Grecia fuera del euro. Los responsables europeos pusieron a Atenas ante una disyuntiva con final similar: morir dentro del euro o morir fuera de él. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo que “si los acuerdos no se respetan, eso significa que las condiciones no están reunidas para continuar con un país que no los respeta”.
En realidad, son los mercados los que anticipan la hecatombe. Asustados por la eventualidad de un atraso o una suspensión de las ayudas financieras prometidas a Atenas para que haga frente a sus vencimientos, los inversores se refugian allí donde sus capitales están a salvo, en este caso en las obligaciones alemanas de referencia. La prima de riesgo país española alcanzó un máximo histórico al tiempo que las obligaciones alemanas, los Band, recorrieron el camino contrario: llegaron a su piso más bajo de la historia gracias a que los inversores se refugiaron en ese producto seguro. La crisis griega se aunó con los desarreglos de la banca española oriundos de años anteriores.
El incendio ya está en los cofres de los bancos y se expande con las chispas del pasado. La reforma bancaria planteada por el ejecutivo conservador de Mariano Rajoy obliga a los bancos a aportar provisiones por unos 30 mil millones de euros para sostener sus cuentas maltrechas por los préstamos inmobiliarios de alto riesgo. Cinco de los principales bancos del país –Bankia, CaixaBank, Popular, Santander y BBVA– necesitan 16.000 millones de euros para sanearse. Las entidades bancarias de España arrastran una sombra de 238.000 millones de dólares de activos inmobiliarios cuyo valor es aleatorio.
Como si fuera poco, el socialista François Hollande asume este martes la presidencia en plena confrontación con Alemania, a propósito del manto de austeridad con que Berlín cubrió Europa. El presidente francés se empeñó en renegociar el pacto fiscal adoptado en marzo pasado por 25 de los 27 países de la Unión Europea con la meta de superar la crisis. Pero ese pacto implica severas políticas de austeridad y Hollande ha dicho que la austeridad sin crecimiento es un sinsentido. El jefe del Estado busca renegociar el tratado incluyéndole medidas a favor del crecimiento, algo a lo cual Alemania se niega. Sin embargo, los analistas juzgan que la fortaleza de la crisis griega los obligará a un consenso en momentos en que la idea de que Grecia salga del euro ha dejado de ser una metáfora. El tabú sobre la unidad en torno al euro se hizo añicos. La Unión Europea integra cada vez más la posibilidad de que Grecia deje la moneda única.
El semanario británico The Observer llegó hasta publicar una nota sobre “cómo Grecia podría dejar el euro en cinco etapas difíciles”. En Atenas, el jefe del partido de extrema izquierda Syriza, Alexis Tsipras, se negó a formar un gobierno con mandato para aplicar un programa de austeridad que él mismo calificó de “criminal”. Sin gobierno en Grecia, la única alternativa estaría en celebrar nuevas elecciones de aquí a un mes. Marcus Huber, miembro de la empresa de consejos financieros ETX capital, señaló a la prensa que “esas elecciones no sólo conducirían a un nuevo rechazo de las medidas de austeridad, sino que, además, supondrían un verdadero referéndum sobre la permanencia o no del país en la Zona Euro”. Antes impensable, esa eventualidad se vuelve tangible y las capitales europeas ya empezaron a hacer cuentas. En Francia, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, declaró que ningún grupo financiero, banco o compañía de seguro atravesaría por dificultades serias en caso de “un escenario extremo en Grecia”. El pasivo de Grecia con los bancos franceses se eleva a 13 mil millones de euros.
Atenas debe cumplir con el plan de ajuste o partir. El escenario de un euro sin Grecia es menos optimista que las declaraciones oficiales. Si ello ocurriera, muchas empresas caerían en cesación de pagos. Según la agencia de evaluación financiera Fitch, las repercusiones de Grecia fuera del euro se harían sentir en las notas de países como Italia o España. François Hollande accede este martes a la presidencia francesa en medio de una tormenta provocada por más de una década de políticas neoliberales. Hollande propuso otra Europa donde “la austeridad” no sea el único “horizonte”. Le toca navegar hacia otro puerto en un clima de derrumbe y con pocos barcos aliados.