Argentina: se largó el proceso electoral para las legislativas de octubre
Juan Guahán-Question latinoamérica|
Finalmente llegó la fecha indicada y el proceso electoral, para las próximas elecciones legislativas de octubre en Argentina está en marcha. Las novedades no son pocas, la mayor parte de ellas proviene del peronismo. Si bien todo es muy reciente y todavía falta ponerle nombre a las candidaturas, cosa que ocurrirá el próximo 24 de junio, ya hay varias conclusiones por sacar.
En octubre serán las elecciones “por los puntos”, como dirían los futboleros, pero estos aprontes nos dan una idea sobre la preparación de las distintas fuerzas. Junio y agosto son los tiempos donde esa preparación va perfilando lo que pueda acontecer en octubre. El 14 de Junio venció la fecha para la presentación de las alianzas y el 24 será el momento tope para poner los nombres en las diferentes listas. En agosto serán las elecciones internas (PASO).
Aquí le echaremos una mirada a las principales presentaciones partidarias del macrismo, kirchnerismo y massismo, dejando aparte –como un tema específico- la situación de la Provincia de Buenos Aires. Todo ello más algunas otras informaciones adicionales es lo que encontrarán en lo que sigue.
El macrismo se llama “Cambiemos”
Las fuerzas oficialistas aglutinadas en torno a lo que se conoce como macrismo han decidido participar nacionalmente bajo la denominación “Cambiemos”. De ese modo no quieren que se diluya su expresión política. Esa reafirmación del nombre partidario como denominación de las alianzas presentadas tiene un par de excepciones, una será ni más ni menos que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Ese es el lugar dónde precisamente nació y gobierna desde hace varios años esa fuerza.
¿Qué pasó? Simplemente que no quieren saber nada con Martín Lousteau, “el niño terrible”, que le diera una dura pelea en las últimas elecciones a Horacio Rodríguez Larreta, actual Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Durante un buen tiempo lo tuvieron tranquilo allá lejos en la Embajada de los Estados Unidos. Renunció, volvió y quiere participar, pero prefirieron evitar riesgos y dejaron afuera a este joven rebelde, quien irá a elecciones en alianza con la Unión Cívica Radical, bajo el nombre “Evolución Ciudadana”. El macrismo espera mantener su caudal electoral, con Elisa “Lilita” Carrió como nave insignia, bajo el nombre “Vamos juntos”.
Dentro de Cambiemos la situación con la UCR es muy tensa. Más allá que en Capital van separados, en la mayor parte de las provincias hay un fuerte debate por la participación de los radicales en la integración de las listas. Como un aspecto positivo, para el macrismo, es que en Santa Fe logró quebrar la alianza histórica de radicales y socialistas, llevándose una parte sustancial del radicalismo.
En cuanto a las perspectivas electorales, luego de este cierre de alianzas, los macristas confían en pelearle el triunfo a Cristina en la Provincia de Buenos Aires. Aceptan que tendrán una notable pérdida de votos en Córdoba, donde el 71,51% alcanzado en el ballotaje, lo que le permitiera colocarlo a Mauricio Macri en la presidencia, se puede reducir a la mitad o menos. Allí repetirán el nombre utilizado en las últimas elecciones “Juntos por Córdoba”. El “batacazo” más esperado por el macrismo es ganar en Santa Cruz, la patria chica de los Kirchner.
El peronismo/kirchnerismo y sus distintas denominaciones
Después de muchos dimes y diretes el peronismo, incluido el kirchnerismo, se presentarán juntos en varios distritos. En la mayor parte de los mismos la estructura base será el Partido Justicialista (PJ) y los frentes propuestos llevan diferentes nombres.
En 4 distritos el peronismo ha optado por mantener la denominación Frente para la Victoria (FpV). Ellos son: Corrientes, donde irá dividido; Chubut; Río Negro y Santa Cruz.
En otras 5 provincias el peronismo usará el nombre de “Unidad Ciudadana” impuesto por Cristina para la Provincia de Buenos Aires. Además de Buenos Aires, esos lugares son: Catamarca; Misiones; Neuquén y Salta, donde también concurrirá dividido.
Peronismo y kirchnerismo también por irán por frentes distintos en Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán.
Habrá diversas tendencias peronistas, mezcladas con otras corrientes políticas, disputando las PASO, en Ciudad de Buenos Aires, Chaco, Mendoza y Santa Fe.
En los 5 distritos restantes habrá diferentes respuestas: En Córdoba, habrá un peronismo oficialista muy ligado al PJ y otros sectores se agruparán en torno al kirchnerismo; en Formosa, el tradicional PJ expresará al conjunto; en La Pampa, habrá una alianza que incluye al PJ y La Cámpora; en San Luis, los Rodríguez Sáa asumirán la representación de la mayor parte del peronismo, la disidencia estará representada por Claudio Poggi, el ex gobernador peronista, que será candidato de Cambiemos; en Santiago del Estero, el conjunto del peronismo se alineará detrás del Frente Cívico, que gobierna esa Provincia.
Como se podrá observar el panorama del peronismo, kirchnerismo y cristinismo ofrece un variado menú de ofertas. Ello, más las diferentes alianzas que se están estableciendo, hacen muy difícil determinar el número exacto de los votos que recogerá el peronismo en su conjunto y cada una de sus fracciones.
El massismo, las dificultades de la “ancha franja del medio”
Si el peronismo es un mosaico difícil de armonizar, la situación del massismo es mucho más compleja. Con un potencial electoral menor y una historia inmensamente inferior al peronismo, el massismo procura sobrevivir transitando por lo que imaginaba que sería la “ancha franja del medio”. Ésta, en medio de la “grieta” abierta y alimentada por macrismo y cristinismo, en realidad se ha transformado en una delgada cuerda floja sobre la que camina el massismo encima de monstruos que, con las fauces abiertas y los colmillos afilados, esperan su desbarranque final.
Sergio Massa trató de volver a perfilar su imagen buscando mostrarse como un progresista moderado. La alianza desarrollada con Margarita Stolbizer es parte de ese movimiento. Mantiene una fuerza expectable, con eje en la Provincia de Buenos Aires y variadas alianzas que –más allá de los números- difícilmente le dejen un saldo muy positivo.
El massismo encabeza una alianza de la que –genéricamente- forman parte el GEN de Stolbizer y Libres del Sur, donde aporta la diputada Victoria Donda.
Además de la Provincia de Buenos Aires, se presentan como Frente Renovador 1 País (FR 1 País) en la Ciudad de Buenos Aires, Corrientes, Jujuy, San Juan y Santiago del Estero. Entre las alianzas más importantes son destacables las alcanzadas con el peronismo en Córdoba, Entre Ríos y Tucumán.
La supervivencia política del massismo, con una expectativa nacional, parece estar estrechamente ligada a los resultados que pueda exhibir en la provincia de Buenos Aires, donde –en el 2013 y aliado a Macri- derrotó a la ex Presidenta e hizo trizas su perspectiva de lograr una modificación constitucional que la habilitara para un nuevo período en el 2015.
Cierre listas en Buenos Aires: “la madre de todas las batallas”
La provincia de Buenos Aires representa el 37,01% del total de votantes del padrón electoral nacional. A ese dato relevante hay que agregarle que –en este caso- las elecciones bonaerenses van a ser una de las pocas posibilidades de tener una cifra veraz sobre la orientación del voto de octubre. Eso se vuelve aun más importante si tenemos en cuenta que allí ha decidido jugar, de un modo activo, la propia ex Presidenta.
Antes del cierre de listas las presunciones generales estimaban que macrismo y peronismo –encabezado por Cristina- estarían por encima del 30% cada fuerza, con alguna ventaja para Cristina, seguidos a varios puntos de distancia por el massismo. El macrismo venía apostando por lograr que el voto peronista, además de la sangría que representó el massismo, tuviera alguna otra fractura interna. Desde hace tiempo el peronismo venía atravesando dos dudas. Si Cristina participaría directamente de la elección y cómo se resolvería la situación con Florencio Randazzo que quería participar de una interna.
El primer tema no está resuelto, aunque todo indica que –finalmente- Cristina anunciará su candidatura el próximo martes. Respecto a Randazzo la cuestión parece definida. Ante la negativa de éste para integrar una Lista Única subordinada a Cristina, ésta no aceptó competir en la interna con su ex ministro y eligió el camino que había insinuado meses atrás, a la salida de una de sus “visitas” a los Tribunales Federales, es decir construir una fuerza por fuera del viejo PJ.
Llegaron los tiempos de las definiciones y Cristina, finalmente, se decidió por encabezar una alianza con sus fuerzas más cercanas. El Kolina, creado por su cuñada Alicia; Nuevo Encuentro encabezado por Martín Sabatella; Partido de la Victoria fundado por Aldo San Pedro, un dirigente bonaerense; Compromiso Federal que responde al gobernador puntano Alberto Rodríguez Sáa y el Frente Grande, una fuerza conducida Mario Secco, Intendente de Ensenada.
Ante esas fuerzas y algo más de una treintena de intendentes, Cristina anunció el miércoles pasado que irían a elecciones con el Frente Unidad Ciudadana. Eso lo dejó a Randazzo con el PJ, pero un PJ donde las autoridades y la Junta Electoral responden al kirchnerismo, de modo que ese futuro está más que vidrioso. Por otro lado también competirán, dentro de ese PJ, el Intendente de José C. Paz, Mario Ishii y está en duda la participación de militantes vinculados al inefable Guillermo Moreno.
Por ahora Randazzo ha solicitado que le liberen la Junta Electoral y el local del PJ. Esa es una batalla que recién se inicia. Mientras tanto Cristina sigue con su Frente que también ha sido cuestionado en la Justicia Electoral por el nombre semejante a otra fuerza local de La Plata.
Más allá de estas peripecias se estima que el voto a favor de Cristina está rondando el 30% y con el aporte de aquellos que en la interna votarían a Randazzo superaría tranquilamente ese número, con lo cual se podría asegurar el triunfo en la Provincia. Randazzo, que cuenta con un caudal que oscila entre el 5 y 8%, aportaría aproximadamente un 40% de sus votos a Cristina y el resto -en la elección definitiva se repartiría entre otras fuerzas, particularmente emigrarían al massismo.
Sin tal aporte de Randazzo el éxito de Cristina podría correr algunos riesgos. Dentro del cristinismo estiman que para la segunda vuelta, de todos modos, una porción de los votos que Randazzo saque en las PASO se volcará a su candidatura, para mantener el carácter de “voto útil”. Recién en octubre se sabrá quién tuvo razón.
Estos son los datos formales sobre el proceso electoral en marcha. En próximas entregas iremos viendo lo que hay detrás de estos detalles y qué significan los mismos para los millones de argentinos que cotidianamente ven cómo las cosas empeoran y sin perspectivas de mejoras a la vista.