Argentina: pobreza, justicia, fútbol y gobierno
Juan Guahán- Question Latinoamérica|
Mientras el futuro -en el mediano y largo plazo-, sigue inmerso en medio de un mar de dudas, los hechos de la última semana vincularon al gobierno con un trípode de temas que causaron una conmoción que seguirá viva, al menos en las próximas semanas. Uno de esos temas es el índice de pobreza que hizo público el INDEC. Una sustancial mejora en los índices reconforta al gobierno, pero hay otras variadas consideraciones que ponen en un lugar más preciso esos datos.
Los vaivenes de, la poco justa, Justicia fueron un tema clave. Polémicas detenciones previas abrieron el camino a libertades, apelaciones, nuevas acusaciones que llegan hasta el propio Presidente. Ellas son el condimento de una situación límite que tiene más que ver con la política y el oportunismo que con códigos y leyes.
Por último, el tema de la categórica derrota de Argentina con España. Sabemos cómo viven al fútbol los argentinos, mucho más un argentino particular: el Presidente Mauricio Macri, que tiene depositado en ese deporte y particularmente en el próximo Mundial de Rusia una pata de su estrategia electoral, con vistas al 2019.
Los datos de la pobreza le dan un respiro al gobierno, pero…
El miércoles, cuando terminaban los días laborales de esta corta semana, el gobierno mostró una carta que tenía en la manga. Ella le serviría para superar algunos malos tragos. También vendría en su ayuda para que los argentinos pudieran pasar este largo fin de semana pensando en algo menos angustioso y que compensara tanta malaria cotidiana.
El dato oficial del INDEC, medido en los 31 aglomerados urbanos más importantes del país, indica que la pobreza alcanza, para el segundo semestre del año 2017, al 25,7% de la población. En el primer semestre de ese mismo año esa cifra se elevaba al 28,6% y a fines de la segunda mitad del año anterior (2016) ascendía al 30,3%. La indigencia, acompañando la baja de la pobreza, también se redujo para dar un 4,8%, en la segunda mitad del año pasado, frente al 6,1% de igual período del 2016.
Si se analiza cada uno de los aglomerados incluidos en la medición encontraremos que los mejores datos corresponden a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, seguida por Ushuaia, Comodoro Rivadavia y Bahía Blanca, en el otro extremo la mayor pobreza se observa en el Gran Resistencia, Corrientes, Santiago del Estero y Concordia. Tomado por regiones los mejores índices corresponden a la zona Patagónica y los peores a la Mesopotamia.
Las razones que avalan esta tendencia tienen que ver con la situación existente hacia mediados de año pasado que fue la que determinó los índices que ahora aparecen. Ellos se fundan en que, en ese momento, hubo una desaceleración de la inflación, una cierta reactivación de la economía y un mayor empleo.
En cuanto a los “peros” sobre estos datos aparecen varios elementos, entre ellos se destaca el hecho de no haberse producido un cambio de la pobreza estructural, de modo que las variaciones periódicas siguen siendo coyunturales y de corto plazo. De hecho en el último trimestre del año pasado se comenzó a producir una recaída que se notará en la próxima medición, cuando se lo haga sobre el primer semestre de 2018, que estamos atravesando, donde aparecerán –además- los actuales aumentos de tarifas, combustibles, transportes y alimentos.
Por otro lado se trata de mediciones sobre los ingresos que no computan los detalles más estructurales (vivienda, salud, educación, cloacas, agua potable) que llevan décadas de deterioro y que son los que utiliza la encuesta de la Universidad Católica, que coincide con las tendencias señaladas por el INDEC, aunque no con sus números.
Los vaivenes de la justicia preocupan al gobierno
La semana estuvo poblada de informaciones sobre el tema de la Justicia. Es muy difícil no considerar que había razones políticas detrás del inusual fallo que le dio la libertad –desde su lugar de detención-, a las 4 de la mañana del mismísimo 24 de marzo, a Carlos Zannini y Luis D´Elía. Ello había sido precedido, algunos meses atrás, con una detención aún más arbitraria, sin que mediaran argumentos –ni sólida jurisprudencia- para ordenarla, motivada en el Memorándum con Irán.
Horas antes de esta libertad también fueron beneficiados el empresario Cristóbal López y su socio, protagonistas de la denunciada defraudación por no depositar, la “bicoca” de unos 17 mil millones de pesos (más de un millón de dólares entonces), por impuestos retenidos vinculados al combustible que despachó Oil Combustibles.
Ahora, para mantener viva la causa por el remanido y poco judiciable Memorándum con Irán (en el cual está procesada la expresidenta Cristina Fern´ndez), un Fiscal –amigo del gobierno- como Germán Moldes apeló el sobreseimiento a Macri por otro Memorándum, éste con Qatar. ¡Cosas de la Justicia!
Una Justicia que hace su juego corporativo propio y mira más al poder político y sus intereses que a los códigos y leyes que debería aplicar. El gobierno teme. Sabe que varios de sus miembros (Luis Caputo, Gustavo Arribas, Juan José Aranguren, Mario Quintana, entre otros) pueden caer, en cualquier momento en las redes tribunalicias.
El tema de fondo que hoy está en discusión, no son tal o cual causa, sino el poder del sistema penal federal. Desde los Tribunales Federales defienden su inmenso poder y desde el gobierno pretenden subordinarlos, de alguna manera. En el medio, una guerra de todos contra todos. El Intento de Macri para designar una Procuradora General, que viene de afuera del actual sistema federal, desató la última tormenta. Por delante hay una negociación global o… muchos, pero muchos heridos.
Fútbol: derrota ante España hace peligrar estrategia electoral
El seleccionado de fútbol, que se prepara para el Mundial de Rusia, estuvo de gira. Le ganó a Italia (2 a 0) y perdió con España por 5 goles (6 a 1) ¡Catástrofe futbolera! Sí, pero algo más también. No olvidemos que el origen político de Macri, se remonta a la empresa de su padre y al fútbol.
Por eso no extraña que su estrategia electoral del 2019 tiene en ese deporte uno de sus pilares. Aspira que un buen resultado en el Mundial sea una adecuada transición anímica del actual estado de insatisfacción a otro ánimo mejor, para el segundo semestre. Así quiere llegar a un 2019 cargado de obras públicas, si consigue las calificaciones internacionales y los recursos para el Plan Nacional de Infraestructura. Con ello pretende revertir la “mala onda” que hoy lo envuelve.
Por eso lo de España lo pone de mal humor. Ya no hay tiempo para probar jugadores, menos aún para cambiar al técnico. Las cartas están echadas. Nunca le gustó Jorge Sampaoli, por sus posiciones políticas e ideológicas. Lionel Messi lo propuso y allí está. Macri coincide -aunque no lo diga- con jugadores y gran parte del periodismo, que el Director Técnico, a quien no le gustaba jugar con España, fue ganado por el entusiasmo y se imaginó que podía jugarle abierto -de igual a igual- a un equipo consolidado como el español. Lo pagó caro. Ahora tiene que reconstituir la moral, la confianza, en los jugadores y en su conducción. Sabe que el Presidente y millones de argentinos lo están observando.