Argentina: Para Scioli, buenas y no tan buenas
Juan Guahán – Question Latinoamérica
Para el candidato oficialista -Daniel Scioli- quien aparece con las mayores posibilidades de ponerse la próxima banda presidencial, esta semana estuvo cargada de novedades algunas fueron buenas y otras no tanto.
Cuando faltan exactamente 4 semanas la cuestión electoral entra en su recta final. El que aparece como mejor posicionado es el candidato oficialista, Daniel Scioli. La situación parece evolucionar en dirección a depositarlo el 10 de diciembre en el sillón de Rivadavia. De todas maneras hay una serie de situaciones que producen bastante ruido y que no permiten pensar que todo está dicho. Scioli vivió una semana intensa y es bueno repasar la suerte diversa que tuvo durante estos días.
Denuncias de fraude: cierre del capítulo Tucumán
Para satisfacción del candidato oficialista el capítulo tucumano, las denuncias de fraude, parece encaminado en el rumbo que le conviene a la actual hegemonía del gobierno. La Suprema Corte tucumana dijo lo esperado, consideró que no había elementos suficientes que acreditaran tal fraude y restableció el triunfo del candidato del Frente para la Victoria (FpV). Si bien la instancia no quedó agotada parece difícil que el triunfo del FpV, proclamado por la Corte tucumana, pueda ser modificado. El tema irá abandonando los comentarios periodísticos y eso es un punto a favor de Scioli.
Tucumán, Chaco y Córdoba
Desde las PASO (9 de agosto) hubo tres procesos electorales de peso, fueron las elecciones provinciales de Tucumán y Chaco y las municipales de la ciudad de Córdoba. La importancia de estas elecciones radica en el hecho que se trata de situaciones en las cuales se votaba “por los porotos” es decir se elegía a funcionarios del Ejecutivo, algo semejante a lo que nos espera –en el máximo nivel- para el 25 de octubre. No hablamos de encuestas, ni vaticinios, sino de votos puestos en las urnas. En algunos casos medio cuestionados, pero votos y resultados al fin.
Es interesante comparar los resultados de las recientes PASO, con los más recientes aún de estas elecciones. En Tucumán esa comparación nos da algunas pistas. En las PASO el FpV obtuvo el 57,14% y la suma de las dos principales fuerzas de oposición 36,39%, es decir una diferencia fue de 20,75 puntos. Ahora, en las elecciones realizadas el 23 de agosto para elegir autoridades provinciales y después del recuento de votos, las cifras oficiales indican que el oficialismo obtuvo el 51,64% y la oposición unida el 39,94%, la diferencia se redujo a 11,70 puntos (9,05 puntos menos).
En Chaco los datos también son significativos. En las PASO el oficialismo recogió el 59,81% de los votos, contra el 37,32% de la oposición, con una diferencia de 22,49 puntos. En las recientes elecciones del 20 de setiembre el oficialismo obtuvo el 55,28% de los votos y la oposición el 42,41%, con una diferencia de 12,87 puntos (9,62 puntos menos).
Por último, otra elección reciente y significativa es la realizada en el Mini cipio de Córdoba (13 de setiembre).Allí los datos son llamativos y la comparación se hace más difícil. En las PASO el FpV obtuvo el 12,74% de los votos y en la reciente elección municipal solo alcanzó el 2,4%. Pero en estas elecciones municipales hubo un candidato independiente que reunió el 23,05% de los votos, allí tienen que haber ido a parar buena parte de los votos kirchneristas y de otras corrientes. De todas maneras la disminución es muy notable a pesar que el sciolismo hizo campaña por el candidato del FpV.
Los datos de estas recientes elecciones, todas ellas celebradas después de las PASO, no concuerdan con la imagen que el oficialismo haya crecido como –después veremos- trasuntan las diferentes encuestas de opinión. Este no es detalle que se pueda considerar favorable a Scioli.
Encuestas, tendencias y explicaciones
Las encuestas, si bien tienen diferencias entre sí, coinciden en que el oficialismo habría crecido en las expectativas electorales. Solo un par de ellas acuerda con los datos electorales de las recientes elecciones provinciales, señaladas en el punto anterior.
Hay varios observadores que consideran que el mentado 40 (Scioli), 30 (Macri), 20 (Massa) eje de la mayor parte de los datos que se ofrecen, es un “dibujo” que no representa la realidad actual y que las encuestas definitivas reales se conocerán en la última semana, donde cada empresa encuestadora pondrá números más próximos a la realidad para no comprometer el prestigio de sus hacedores. De todas maneras leyendo entre líneas las actuales encuestas hay dos temas recurrentes que aún no tienen respuesta: Uno, es si habrá o no segunda vuelta y dos, si el crecimiento de Sergio Massa es real o solo se trata de una campaña fogoneada desde los medios oficiales.
El oficialismo ha descartado la posibilidad de ganar en primera vuelta con el 45% de los votos y juega a la posibilidad de llegar al 40% y sacar 10 puntos de diferencia respecto de Mauricio Macri, para ello necesita que Massa le arranque algunos votos, además de escándalos como el que tuvo con Fernando Niembro.
Evolución económica y financiera
El gobierno y todo el oficialismo electoral está atravesado por dos detalles de la realidad social y económica que contribuyen a su fuerza y debilidad. Ellos ayudan a explicar el mantenimiento de su fortaleza electoral y también dan cuenta de una relativa pérdida de fuerza respecto de la oposición.
Explican la fortaleza del gobierno la vastedad de los planes sociales, la ampliación de los regímenes jubilatorios, el temor a la liquidación de la compleja red de subsidios y un imaginario colectivo, avalado en diversos hechos de la realidad, según el cual en los momentos más críticos el gobierno va en ayuda de los más desfavorecidos. El núcleo duro de los adherentes al oficialismo está asentado sobre esos apoyos.
La mayor debilidad está en la continuidad del proceso inflacionario que afecta a todos aquellos que dependen de un ingreso fijo, ya sea de origen salarial o social; el prolongado estancamiento económico y las dificultades para acceder o mantener una relativa estabilidad laboral. Estas debilidades comienzan a perforar al núcleo duro de apoyo al gobierno y allí radican las mayores dudas sobre el resultado electoral.
La escasez de dólares sigue siendo la mayor preocupación actual del gobierno y también lo es de su candidato oficial. Sin que sea la cuestión central, ello se manifiesta masivamente en la búsqueda del refugio en las divisas verdes, lo que hace que el mercado negro, paralelo o blue, sea una variable de la economía a la que mira gran parte de la población. Ello es así para muchos, desde el kioskero que vende pilas y quien -antes de decirnos el precio- se pregunta cuánto le costará reponerlas, hasta el pequeño ahorrista que no consigue dólares para guardar.
En el aspecto macroeconómico ello se observa en que un tercio de nuestras reservas son los famosos swaps con yuanes chinos que ya se han incorporado casi totalmente a nuestras reservas y ahora -agotada esa fuente de recursos- habrá que ver cómo sigue ese partido y la evolución de nuestras reservas. Esa falta de divisas también se comprueba en la crisis de nuestras exportaciones, las que están hundiendo a las economías regionales.
Scioli anunció un Programa económico, sustentado en el ingreso de 30 mil millones de dólares. Más allá de las condiciones que puedan imponer esos eventuales inversores, no queda claro quienes estarían dispuestos a hacerlo bajo estas condiciones y la de un nuevo gobierno que se presenta como continuador del presente.
Scioli, candidato con liderazgo o mera transición
Scioli -como candidato- se encuentra aprisionado entre la necesidad de proclamar la continuidad de las actuales políticas, para mantener la adhesión del centro del poder cristinista, o asumir nuevas políticas que confirmen su pretensión de un liderazgo diferenciado al actual de Cristina.
En medio de esas cavilaciones pasaron algunos hechos que seguramente no serán de su agrado. Primero fue Estela Carlotto la que señaló que el gobierno de Scioli sería de transición hacia otro de Cristina en el 2019. El candidato tragó saliva, puso su mejor cara y se abrazó con Estela una pocas horas después de ese estropicio que no solo afectó a Scioli, sino también a Guido “Kibo” Carlotto –hijo de Estela-, quien está armando el equipo para ponerse al frente de los Derechos Humanos en el futuro gabinete de Scioli. Pero cuando el candidato todavía estaba asumiendo los costos de esa frase, tuvo que escuchar de boca de la diputada Diana Conti otra afirmación de igual contenido al pronunciado por la señora Carlotto.
Ante esa avalancha de frases “inconvenientes” para el futuro de Scioli, aparecieron las voces del sindicalismo sosteniendo que van a apoyar a Scioli, para que gobierne 8 años. “Cartón lleno”, ahora en el oficialismo sciolista, ante la idea de una “transición”, ya están lanzando la reelección.