Argentina no está para jugar al truco con la deuda

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Juan Guahán

No quedan dudas que todo lo que rodea a la reclamada deuda es grave. Ella es odiosa, ilegítima, insoportable e impagable. El gobierno ha transformado esta cuestión en el principal y –junto al hambre- prioritario tema de su agenda cotidiana. Cualquiera que recorra los despachos oficiales lo puede percibir. Todos los planes, programas y definiciones importantes aparecen condicionados a la resolución de este tema.

El monto total de la pretendida deuda gira en torno a los 100 mil millones de dólares, repartidos –en partes parecidas- entre la deuda con organismos internacionales y con privados. En ese marco el gobierno quiere pagar aspirando a lograr beneficios en tres niveles: los intereses (más bajos), los plazos (de gracia) y las quitas (sobre el monto). Eso es lo que considera “pagar creciendo”.

Para no perderse en los vericuetos de estas múltiples temas hay que tener presente que, en este escenario, hay cuatro cuestiones que se debe tener presente: Los plazos de este debate; las fintas en medio de las negociaciones; las diferentes contradicciones que van asomando y el rumbo que el gobierno y los acontecimientos van tomando.

Si bien estos temas están íntimamente relacionados es conveniente distinguirlos, para tener una guía en la consideración de lo que vaya ocurriendo con y dentro del gobierno en estas próximas semanas.

Los plazos

El propio gobierno ha señalado los límites temporales dentro de los cuales debe estar resuelta esta cuestión. El último día del mes de marzo constituye ese límite. Por ende, estamos transitando un período que no debería ir más allá de los próximos 60 días. La razón de ese plazo está puesto en que –a partir de esa fecha- hay vencimientos de la “deuda” que son imposibles de cumplir para nuestra situación financiera.

El gobierno da por supuesto que, con el cierre de estas negociaciones, estará claro el panorama futuro. Allí, según la expectativa oficial, sabremos las condiciones en las cuales la “deuda” fue renegociada. Si el debate no ha terminado, se conocerá con mayor detalle las circunstancias a las que habrá que ajustarse para seguir negociando.

Por último, si ninguna de las dos condiciones anteriores se ha concretado habrá que ver las características y perspectivas del default que transitaremos y los efectos del mismo sobre la vida cotidiana y el desarrollo económico del país.

Para la lógica gubernamental recién en abril se iniciará la puesta en marcha del proyecto económico del gobierno. Ya veremos que esta lógica tiene algunos problemas, porque hay demandas por respuestas más inmediatas y porque hay decisiones que van marcando tendencias.

Las fintas en torno a estas negociaciones 

El engaño, la simulación, la finta, es algo típico del truco (jugo de cartas típico del Río de la Plata) y lo estamos viendo en este tema, por eso no es fácil saber el estado real y actual de las negociaciones y sus posibilidades. Los diversos protagonistas en este tema, tan importante para millones de argentinos y para el futuro de todos, están jugando al truco para ver qué ventajas sacan de esta situación.

Cabe recordar que el pueblo, alejado de la inmensa mayoría de sus “representantes” que dieron su opinión, comienza a manifestarse sobre este tema. Es como si hubiera un escenario donde los protagonistas simulan, prometen, amenazan y otro donde el pueblo solo conserva el derecho al pataleo.

En lo inmediato lo más probable es que el escenario donde las diferentes estructuras estatales -además de la mayoría de las fuerzas políticas tradicionales- están negociando con nuestros presuntos acreedores sea el que determine los resultados, probablemente, poco favorables al interés colectivo.

Pero no se debe olvidar que –en otro lugar- está el pueblo llano, que tiene pocas voces en los lugares de decisión, pero suficiente memoria de lucha. En este sentido cabe recordar las palabras de Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, ex figura prominente del Banco Mundial y padrino de Martín Guzmán, actual Ministro de Economía y cabeza de las negociaciones por parte de la Argentina.

Hablando de las recientes movilizaciones populares en Ecuador, Colombia y particularmente Chile sostuvo que “la sorpresa fue que el malestar en América Latina tardara tanto en manifestarse”, es bueno que el gobierno de su discípulo lo tenga en cuenta en las negociaciones en marcha.

Las contradicciones que van asomando

Hasta ahora la “cintura política” de AlResultado de imagen para sergio massaberto Fernández y las cuidadosas actitudes de Cristina evitaron que los presagios sobre los conflictos internos adquirieran un nivel superior a los “normales” en cualquier administración surgida de un frente político.

Sin embargo el tema de la deuda parece estar logrando quebrar ese difícil equilibrio. Algunos hechos recientes, con eje en esta cuestión, dan cuenta que aparezcan como menores las diferencias con las fuerzas opositoras que las existentes al interior de la fuerza oficialista.

Esta perspectiva comenzó a vislumbrarse hace unos días cuando fue colocado en la agenda parlamentaria el debate sobre la norma legal que se refiere a la “Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa”. La votación en Diputados tuvo una notable coincidencia: 224 votos afirmativos, con 2 negativos y 1 abstención.

No parece casual  que esa tendencia haya aparecido en un tema tan sensible y con un particular protagonismo del Sergio Massa, Presidente de la Cámara de Diputados, adalid de un acuerdo con la oposición. Lograr ese acuerdo y el voto casi  unánime que le da a esta gira de Alberto un aval indudable era impensable hace unos días atrás.

Eso fue posible mediante una Sesión Especial de la Cámara de Diputados que aprobó un Proyecto de Resolución por el cual se crea una Mesa de Trabajo para  atender la sostenibilidad de la deuda de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires, tema requerido por los gobernadores opositores.

Mientras esto ocurría con la oposición, en el oficialismo despuntaban algunas diferencias, que no habían aparecido. Ellas tuvieron como protagonista al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien se puso el traje de rebeldía y adelantó que –sin el negado apoyo nacional- su provincia no estaría en condiciones de cumplir compromisos que vencían el pasado 26 de enero.Resultado de imagen para axel kicillof y la deuda

Adelantó que ampliando el plazo al 31 de ese mes intentaría lograr el apoyo del 75% de los tenedores de bono, para posponer su pago para el 1° de mayo. El pasado viernes venció ese plazo y esa cifra de tenedores de bono no se logró. Ante esa situación Kicillof extendió hasta esta semana el plazo para lograr el apoyo suficiente para diferir el pago hasta el 1° de mayo.

Desde el entorno de Economía y Presidencia procuran restarle importancia a este tema e insinúan que podría tratarse de una estrategia acordada. No obstante crece la impresión que la provincia de Buenos Aires sigue una modalidad distinta para abordar el tema de la deuda. Recordemos que es la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner la principal persona a la que reporta Kicillof.

En la misma dirección crecen las soterradas críticas del cristinismo y otros sectores peronistas al viaje de Alberto a Israel y su cena con Benjamín ​Netanyahul, primer Ministro de ese país. No son pocos los observadores internacionales que ven a ese viaje en el marco de buscar la solidaridad israelí ante los EEUU para las negociaciones con el FMI y los tenedores privados de bonos.

Sin reparar en la estrategia de Israel y EEUU de hacer público su objetivo de lograr indirectos avales a su “Acuerdo del Siglo” pretendiendo imponer a Palestina su sometimiento a una nueva división territorial.

Rumbos del gobierno y de los acontecimientos

El FMI parece aceptar o formar parte del “juego” que Argentina propone y acaba de avisar que el país fue exceptuado -hasta el mes de abril- del Informe de expectativas para América Latina y el Caribe, dadas las “incertidumbres” existentes. Dentro de esa “incertidumbre” el gobierno va dando algunos pasos que indican aspectos del rumbo futuro.

Lo más importante a señalar es su alineamiento con los países de occidente, encabezados por EEUU. Si bien puede pensarse que ello forma parte de su estrategia respecto al FMI y la “deuda”, hay hechos que trascienden ese carácter y comprometen lo que vendrá.

Respecto a la deuda está la ya mencionada votación de la Cámara de Diputados que ratifica la dirección de pagar sin ninguna investigación previa sobre la legitimidad de lo reclamado y con la posibilidad que los diferendos se resuelvan en tribunales extranjeros.

En este caso llamó la atención el ruidoso silencio de buena parte de las organizaciones sociales que imaginan que se puede desvincular el drama de la deuda, que seguirá sobre nuestras espaldas, de los beneficios que le pueda acarrear las cercanías con el gobierno.

En la misma dirección fue aprobada, con una mayoría semejante a la votación de la deuda, una autorización para la presencia de tropas extranjeras y salida de fuerzas nacionales para participar en los ejercicios contemplados en el programa de ejercitaciones combinadas a realizarse hasta el 31 de agosto de 2020. Según el bloque radical se trata de 18 ejercicios militares ya planificados.

Cualquier persona que quiera enterarse puede saber de las estrechas relaciones entre estos operativos y los golpes de Estado promovidos desde el poder de EEUU. No está fuera de estos planes un operativo conjunto con los marines estadounidenses en aguas del Atlántico Sur donde están las argentinas Islas Malvinas que siguen en manos de los británicos asociadas a los estadounidenses en las fuerzas de las OTAN. En este marco es difícil pensar que los objetivos actuales apunten a proteger los soberanos intereses de nuestros pueblos y de la región.

 *Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)