Argentina: No es pa´cualquiera la bota e´potro

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Juan Guahán – Question Latinoamérica

Gobernar no es broma. Lo está comprobando un Mauricio Macri sin “tiempo de gracia”. Asumió con un conflicto y los problemas siguen. Algunos tienen que ver con el país heredado y otros son de cosecha propia. Asomémonos a unos y otros. Nueva política para el campo y economías regionales: ganadores y perdedores.

Mauricio Macri asumió hace apenas dos semanas y prácticamente no ha tenido el “período de gracia”, en el cual los gobernantes gozan de una cierta carta de confianza de la mayoría del pueblo. De todas maneras, aprovechó ese tiempo para mostrar su mejor cara. Ejerció sus dones para los buenos modales, gestos de diálogo y simpatía, pero para esta realidad compleja esa caballerosidad no es suficiente. La declarada “resistencia” del núcleo duro del cristinismo sumado a su voluntad por demostrar una fortaleza, que muchos de los hechos desmintieron, dio por fruto un par de semanas repletas de decisiones, algunas necesarias y otras bastante difíciles de entender.

El marco para todas ellas ya ha sido descripto en otras oportunidades. Muchas medidas están originadas en lo que puede considerarse como la herencia cristinista. En los últimos 4 años, mantuvo su política sin querer dar cuenta de los cambios producidos en el marco internacional. El final del “viento de cola”, que había sostenido los 8 años primeros años de la administración kirchnerista, no es un dato que pueda ignorarse. Con la economía estancada, sin divisas y con una alta inflación, el nuevo gobierno intenta imponer los cambios políticos y económicos que se han mencionado en otras reflexiones.ven agro

Analizar brevemente el conflicto de la empresa avícola Cresta Roja permite penetrar en los problemas que encierran el desarrollo de esas variadas y contrapuestas lógicas. Se trata de la segunda empresa avícola del país, tenía pretensiones de seguir avanzando y ser la hegemónica. Estableció fuertes vínculos con el gobierno kirchnerista. Eso le permitió recibir importantes subsidios -para vender pollo barato en el mercado interno- y exportar –con subsidios- a Venezuela.

Según el expediente judicial recibió subsidios por unos 26 mil millones de pesos. Todo funcionaba a las mil maravillas y el crecimiento –por encima de sus propias necesidades y posibilidades- parecía incontenible. La baja de los precios de las exportaciones primarias afectó a Venezuela y también a la Argentina. Los mencionados subsidios se fueron achicando o cortando y la empresa quedó sobre dimensionada. Intentaron despedir personal pero no pudieron, por la resistencia sindical. La crisis se ahondó, sin solución a la vista. Los cheques sin fondo eran lo habitual y la crisis estalló. El gobierno hizo promesas pero no arrimó soluciones. Llegó el cambio de gobierno, las Fiestas y los trabajadores sin cobrar.

Vinieron las duras movilizaciones y la fuerte represión en las proximidades de Ezeiza. El macrismo hizo lo que parece será su “Manual”. Primero, trató de deslindar responsabilidades y que el problema se limitara a la relación existente entre trabajadores y empresarios. A poco de andar eso se demostró inviable y la movilización se hizo aún más dura. El gobierno puso en marcha el segundo capítulo de su “Manual”: el disciplinamiento social, es decir la represión, con características poco comunes en estos últimos años. Ese fue un mensaje para todos. Pero simultáneamente, vino el tercer capítulo, se metió de lleno para “enderezar” el conflicto. Ayuda a los trabajadores (en dinero y bolsones de comida), declaración de quiebra (por la Justicia) y búsqueda de inversores, con diferentes opciones empresariales, para retomar la actividad. Cuando ello se produzca, muy posiblemente algunos queden afuera y las condiciones (salariales y laborales) sean inferiores a las anteriores. Todo lo ocurrido en Cresta Roja parece ser un adelanto de lo que se viene ante la situación económica heredada y la forma de responderle.

Pero junto a esta medida hubo otras, en todas ellas prefirió omitir al Parlamento y demostrar su autoridad. No siempre lo logró. Lo que sí consiguió es amortiguar la interna entre pejotistas y cristinistas. El Presidente todavía no encontró el punto de equilibrio entre consenso y autoridad.

 Nueva política para el campo y economías regionalesbrasil agronegócio

Las primeras medidas tomadas por el nuevo gobierno ofrecen importantes cambios para las economías regionales y la producción agropecuaria en general.

Las dos medidas centrales giran en torno al nuevo régimen de cambios y la política respecto a los subsidios. Con una fuerte liberación del mercado cambiario, el dólar está rondando los 13 pesos por unidad, eso equivale a que nuestras exportaciones valen aproximadamente un 35% más que hace dos semanas atrás. Pero, además, fueron eliminadas las retenciones, salvo la correspondiente a la soja que solo bajó del 35 al 30%.

Ahora veamos a quiénes benefician o perjudican estas políticas.

Resulta más que claro que el nuevo régimen cambiario y la eliminación de retenciones benefician a lo que suele conocerse como las producciones de las economías regionales: Naranjas, vinos, limones, manzanas, peras, algodón, tabaco, yerba mate y otras tantas producciones locales se estaban hundiendo a la par de las economías en las que se desarrollaban. Las medidas adoptadas permiten que esas economías puedan volver a respirar. Ahora habrá que ver si los frutos de ese renacer se reparten con justicia al interior de esas economías.

Mucho más compleja es la situación respecto a las producciones base de nuestra pampa húmeda, aunque esa realidad contempla –a su vez- dos situaciones diferenciadas. Una está referida al trigo, maíz, girasol y carnes. Esas producciones, que estaban disminuyendo anualmente, ahora tienen la oportunidad de volver sobre sus pasos y recuperar fuerzas, eso se verá en la próxima siembra y una posible retención de vientres que incremente el stock ganadero. Pero…en este caso hay un problema. Las dificultades para exportar mantenían bajo control los precios internos, es decir lo que pagábamos los argentinos por esos productos y sus derivados. La liberación de dichas exportaciones, con mejores condiciones para las mismas, pueden llevar sinsabores a la mesa nuestra de cada día. Ese tema no está resuelto y no es una cuestión menor.

De todas maneras la “frutilla del postre” está en el tema de la soja. Es sabido que había varios miles de millones de dólares en los silobolsas que brotaron como hongos al costado de los más diversos caminos del área pampeana. En este tema son interesantes las reflexiones de Pedro Peretti, un veterano y conocido dirigente de la Federación Agraria. En primer lugar reivindica la política de las retenciones pero en forma segmentada, es decir que los grandes productores aporten una mayor retención. Ese error, no comprendido desde los tiempos de Néstor Kirchner, está en el origen del famoso conflicto con el campo en el 2008. Sostiene que el profundo proceso de concentración agraria que se está viviendo se va agudizar con la medida adoptada.

Afirma que hay 59 mil productores que tenían retenida la venta de soja. Pero el 50% de toda la soja sin comercializar está en manos de solo 1700 titulares (personas o grupos económicos) que van a ser los grandes beneficiarios de esta medida. Pensemos que ahora, ese sector va a cobrar un 40% más de lo que hubiera recibido hace 15 días atrás. Peretti termina sus reflexiones diciendo que “esa es la agricultura que se viene; el enemigo subrepticio que se va comiendo a los productores de rostro humano (pequeños productores que trabajan familiarmente su tierra) para transformar la producción de alimentos en cadenas concentradas desde la producción hasta la terminación de los alimentos en muy pocas manos”. Esta actual transferencia de ingresos hará aún más poderosos a los grandes productores de la zona pampeana. Grandes empresas que manejarán la producción, comercialización e industrialización de las producciones agropecuarias.