Argentina: Los espías, el submundo de la política y la economía y la Marcha Federal

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Juan Guahán-Question latinoamérica

Ha sido una semana pródiga en novedades sobre la actuación de lo que no vemos en la superficie: el oscuro trabajo del submundo que se mueve en torno al poder. También la semana trajo otras importantes novedades: La marcha federal; Macri en China y la reunión del G-20

La suspensión en el cargo de Juan José Gómez Centurión, Jefe de la Aduana, fue el detonante de una serie de situaciones que ponen en evidencia algunos movimientos, del oscuro mundo de la economía y la política. Se ha denunciado que solo en este negocio –una especie de Aduana paralela- el Estado habría dejado de percibir, entre 2012 y 2015, la suma de 14.173 millones de dólares. Una cifra que escapa a lo que pueda imaginar una persona común. Es el triple de lo que le pagamos a los españoles de Repsol por la expropiación del 51% de YPF.  ar juan jose gomez centurion

No vamos a penetrar aquí en esta madeja de entuertos, ni muchos menos pretender determinar -en esta danza de denuncias- quién tiene o no razón.

Lo que aparece en superficie es el juego de algo parecido a las marionetas que son manejados por otros, estos sí poderosos señores.

Elisa Carrió, defiende a Gómez Centurión y planteó –en las 30 páginas que presentó ante la Justicia- que algunos de los protagonistas de variadas ilegalidades, en torno a este tema, son: Jaime Stiuso quien durante largos años manejara la SIDE en estrecha relación –según propia confesión- con la CIA norteamericana y el Mosad, israelí. También involucra al presidente de Boca Daniel Angelici, amigo de Mauricio Macri, vinculado al juego y al inefable Enrique “Coti” Nosiglia, veterano de lo que fuera la juvenil “Coordinadora” de la época de Raúl Alfonsín y reiterado protagonista de episodios donde se mezclan poder y “servicios”. Otras personas mencionadas en dicha acusación son Alfredo “Freddy” Lijo, hermano del juez federal del mismo apellido y Ricardo Etchegaray, quien estuviera al frente de la AFIP, en tiempos del kirchnerismo.

Sobre las intervenciones de estos personajes, seguramente habrá algo de verdad y otro tanto de mentira, el tema es acerca de ¿a quién sirven? De lo que se puede estar seguro que los beneficiarios, no son el pueblo llano, sino que benefician a grandes mafias, que tienen el visto bueno de otras que se mueven a nivel internacional. Todos ellos forman parte del entramado mediante el cual se debilita a los Estados para imponer el poder de los grandes conglomerados trasnacionales. Éstos aprovechan las intervenciones de unos y otros, dejando a quienes aparecen públicamente algunas migajas de estos negocios.

En estos días no faltaron comentarios acerca del hecho que no estamos ante una “aduana paralela” sino ante un “estado paralelo”.

En efecto, cómo desconocer que la idea de “zona liberada” en la Aduana no es muy diferente a la “zonas liberadas” para el manejo de la droga u otras acciones notoriamente ilegales. En todos estos casos es inimaginable que tales actividades, ejecutadas por las fuerzas de seguridad nacionales o provinciales, puedan prosperar sin la acción u omisión de los políticos que ejercen el poder estatal. Éstos terminan (o empiezan) negociando con estos poderes y luego son rehenes de los mismos y algunos son públicamente presentados como los “grandes responsables” de la corrupción. Son los que van presos, para tranquilizar a la “opinión pública”, permitiendo la continuidad del sistema. Pero éste no se manifiesta abiertamente, lo hace a través de un submundo al que contribuyen –del modo lo más oculto y encubierto que puedan- policías, funcionarios y delincuentes.

Los grandes beneficios, que este mecanismo otorga, permiten que sus protagonistas se vayan adueñando de los sistemas de seguridad y del poder judicial, que –cada día más- aparece como el escenario donde se dirimen estos intereses.

Frente a esta situación es bueno recordar que el peronismo reconoce en su origen también un “subsuelo”. Aquél era –según Raúl Scalabrini Ortiz, “el subsuelo de la patria sublevada”, en referencia a los “descamisados” que fueron los protagonistas del 17 de octubre de 1945. Hoy se trata de otra cosa, del “subsuelo de la patria extraviada” por diferentes gobiernos que se burlan del aquel subsuelo del 17 de octubre al servicio de otros intereses claramente distintos.

Macri en la reunión del G-20 en China

La presencia de Macri en la reunión del G-20, que reúne a 19 países (industrializados y emergentes) y la Unión Europea, encierra la pretensión del gobierno de buscar inversiones asiáticas que cubran las expectativas que los países y organismos de crédito occidentales no están cubriendo. Cuando Macri asumió imaginaba que los millones provenientes de Estados Unidos y Europa lloverían sobre el país. Estos 9 meses de gobierno han probado ese error de apreciación. Desde hace algunas semanas se lo están diciendo con todas las letras la prensa del sistema de Argentina y otros países. Por eso, con bastante demora, mientras trata de fortalecer su alianza política con Estados Unidos, procura que China y Rusia aporten esas inversiones.

Mientras espera el resultado de esas gestiones. El Presidente padeció su primera bronca cuando encontró –en un folleto oficial chino sobre el Encuentro del G 20- la fotografía de su padre Franco Macri, al lado de la inscripción: Presidente de la Argentina. Error o picardía poco importa, el hecho es que Franco tiene fuertes vínculos económicos con China.

La Marcha Federal ar marcha federal1 

El viernes terminó exitosamente la Marcha Federal, el eje de cuya organización estuvo en las dos CTA. Unas 200 mil personas –según los organizadores- confluyeron a la Plaza de Mayo. Cinco columnas habían arrancado -el miércoles-  desde Mendoza, Jujuy, Misiones, Comodoro Rivadavia y Esquel. También estuvieron presentes dirigentes de varios gremios que forman parte de la CGT (bancarios, gráficos, UOCRA, camioneros) y dirigentes políticos de izquierda y del kirchnerismo. (Algunos de los convocantes cuestionaron la presencia de Amado Boudou en el palco). Lo principal de los ejes planteados fue: el fin de la política de ajuste, fundamentalmente de los tarifazos y terminar con los despidos. En lo concreto fue el pedido de reapertura de las paritarias. La unidad de todos los sectores gremiales fue otra de las claves del acto. Ambas Se anuncian nuevas movilizaciones para el día que se celebren las audiencias por el tarifazo y ambas CTA proponen un paro nacional consensuado con la CGT.

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“Es un nuevo momento en el movimiento sindical”

 Victoria Ginzberg-Página12|“Unidad, de los trabajadores”, coreaban desde la Plaza de Mayo. Hugo Yasky, secretario general de la CTA de los Trabajadores, recogió el guante desde el escenario. “Este acto solo fue posible con esa unidad. No hubiera sido igual sin los compañeros de la CGT. Este acto marca un nuevo momento de la confluencia del movimiento sindical con los movimientos sociales, con el movimiento estudiantil, con los organismos de derechos humanos, los pequeños productores, los trabajadores informales. Unidad con organizaciones de izquierda, con los cooperativistas. Este es el mapa del campo popular que el neoliberalismo quiere roto, dividido. Pero si construimos unidad para la lucha, por la justicia social y la emancipación, somos invencibles. Y hoy es ese día. Somos protagonistas de un cambio profundo porque este pueblo no se arrodilla ante el poder económico y la represión”.

Le hablaba a una plaza llena, que rebalsaba, con gente que había marchado tres días desde distintos lugares del país y que, efectivamente, pertenecía a agrupaciones con distinta identidad pero que, tras ocho meses de gobierno de Mauricio Macri, había coincidido en rechazar las políticas económicas aplicadas por el PRO. Las 120 organizaciones convocantes propusieron que todas las centrales sindicales confluyan en un paro nacional contra el ajuste, el tarifazo y el desempleo y llamaron a movilizarse el 16 de septiembre, cuando se realice la audiencia pública por la suba de tarifas.

Desde la mañana, la ciudad de Buenos Aires se había ido poblando con las columnas que llegaban de todo el país. Habían salido el miércoles desde Jujuy, Posadas y Formosa, Mendoza, Esquel y Comodoro Rivadavia. Y se habían agrupado ayer en La Matanza y Avellandea. A esta Marcha Federal se le fueron sumando durante la jornada organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles, políticas y de derechos humanos. También Pymes, cooperativas, fábricas recuperadas, trabajadores de la economía popular. Todos se agruparon bajo la consigna de “un pueblo movilizado para terminar con el tarifazo, los ajustes y los despidos”. Caminaban mujeres y hombres, jóvenes y viejos y niños pequeños iban en cochecito. Con pecheras y sin ellas. Con mochilas, termos, bombos y hasta trompetas. Los organizadores calcularon que participaron 200 mil personas.

Convocada por las dos CTA (la de los Trabajadores, que encabeza Yasky y la Autónoma, de Pablo Micheli) la movilización logró la adhesión de varios gremios de la CGT. En la esquina de 9 de julio y Bernardo de Irigoyen se congregaron los trabajadores de Comercio de capital, los de Dragado y Balizamiento, de Juan Carlos Schmid, la Unión del Personal Superior de Empresas Aerocomerciales, los Trabajadores de la Manufactura del Cuero y afines y –entre otros– los Trabajadores del Peaje, con sus camperas con la leyenda “Facundo Moyano conducción”. Las banderas verdes se mezclaban con las celestes de Suteba, La Cámpora y el Movimiento Evita, que llegaban por la avenida desde Constitución. También había una roja de MILES, una amarilla del Movimiento de Unidad Popular y muchas, muchísimas más. Nuevo Encuentro, Kolina, Martín Fierro, La Corriente de la Militancia, La Bancaria, UOCRA, CTERA, Suterh, ATE, MST, la Asociación de Mujeres Meretrices, centros de estudiantes de todo tipo y de todos lados. La lista de las agrupaciones era enorme. Además de banderas, había una infinidad de pequeños carteles caseros, hechos con cartulina y marcador, en los que se leían frases variadas. “Macri pará la mano”. “Mercado libre = gente encerrada”. “Libertad a Milagro Sala”.

El escenario fue otra muestra de esa unidad en la diversidad. También estaba lleno. Además de Yasky y Micheli, estuvieron, entre otros, Facundo y Pablo Moyano, Omar Plaini, de los Canillitas, Juan Pablo Brey, de Aeronavegantes, Roberto Baradel, de Suteba, Víctor Santa María, del Suterh, Eduardo López, de UTE, Sergio Palazzo, de La Bancaria, el diputado Edgardo Depetri y el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Un lugar destacado fue para las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo como Estela Carlotto, Taty Amleida, Lita Boitano, Laura Conte y Alba Lanzilotto, que fueron saludadas con el tradicional “el pueblo las abraza”.

Daniel Catalano, de ATE Capital, fue el primer orador. Con una campera con la bandera venezolana y una pechera de su gremio, leyó una carta enviada por la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, que está presa desde enero en Jujuy. Catalano le contestó a quienes criticaron la movilización por “destituyente”: “Los que estamos desestabilizados somos los laburantes, nos desestabilizaron la vida. No hay nada más democrático que los trabajadores peleando por sus derechos”.

Entre los dirigentes gremiales del palco las mujeres eran franca minoría, pero cinco militantes, una por cada columna del interior, fueron las encargadas de leer el documento elaborado en conjunto por las organizaciones convocantes. Allí se hizo un diagnostico de la situación del país (aumento del desempleo, baja del poder adquisitivo de los trabajadores, aumento de la represión) y se habló de la “unidad de articulación popular” y “confluencia” contra la restauración neoliberal que representa el macrismo. “Por cada minuto de tregua habrá un desocupado más”, afirmaron antes de pedir que todas las centrales sindicales convoquen a un paro.

“Más temprano que tarde vamos a construir el paro nacional”, dijo a su tuno Micheli. El dirigente de la CTA Autónoma también hizo un llamado a la unidad: “Hay que dejarnos de joder con el sectarismo. Sin perder la identidad, porque cada uno tiene su historia. Las discusiones hay que darlas en la calle codo a codo. O hay unidad y vencemos o nos desunimos y nos derrotan”. Durante su discurso, Michelli le respondió al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien había dicho que la movilización tenía “tintes políticos e ideológicos”. “Sí, los trabajadores tenemos ideología, pensamos, sentimos y luchamos por una patria liberada, no queremos ajustes, esa es nuestra ideología. El equipo económico debate si ajuste violento o gradual: ajuste las pelotas”.ar marcha federal3

El llamado a un paro estuvo presente en todos los discursos y también en la plaza, donde se coreaba “paro general”. Los dirigentes dejaron claro que está en el horizonte, pero también dieron a entender que no lo acelerarán, porque en este momento privilegian la construcción colectiva y la posibilidad de sumar a todas las centrales. Pablo Moyano, que no estuvo entre los oradores pero habló con la prensa, afirmó que en el próximo confederal de la CGT, que se realizará el 23 de septiembre, varios gremios, incluido el suyo, van a reclamar el inicio de un plan de lucha.

Yasky dijo que “por abajo está creciendo cada vez más la unidad entre la CGT y la CTA”, lo que hace que estén en camino de construir un sujeto colectivo para enfrentar al gobierno. Y que las dos CTA deben reunificarse como hizo la CGT. “Hay que seguir el ejemplo, hay que buscar ese momento”, señaló. También le retrucó al Presidente, que aludió a que los trabajadores ponen “palos en la rueda”. “Nosotros queremos sacar los palos de la rueda que pusieron en nuestros salarios”, afirmó y llamó a reabrir las partitarias.

“El mercado interno se está retrayendo. Hay recesión, no tenemos plata para ir a comprar, compramos lo mínimo, las empresas cierran, los empresarios echan a trabajadores, no tenemos plata para comprar y al final cierran la persiana. Ellos creen que a largo plazo los precios van a bajar si bajan los salarios, pero eso es querer curar la presión metiendo a una persona en el freezer: la presión baja, pero la persona se muere. No queremos eso para el mercado interno”, afirmó. Cerró entre aplausos y papelitos celestes y blancos. Enseguida se escuchó por los parlantes una canción de Attaque 77: “Podrán pasar mil años, verás muchos caer, pero si nos juntamos no nos van a detener”.