Argentina: la educación cuesta abajo
JUAN GUAHÁN| Quién no recuerda el inicio de clases. Los preparativos, el guardapolvo blanco, la alegría de los reencuentros o la emoción de nuevos amigos, los discursos que le ponían esa cuota de formalidad ignorada. Todo eso está cambiando. Ahora lo más importante de la vuelta a la escuela es la gran duda: ¿habrá clases?, ¿irán los maestros o estarán de huelga?, ¿cuándo se normalizará la situación?
Detrás de éstas y otras preguntas aparece el único elemento común a éstos y aquellos inicios de clase: La incertidumbre. Antes lo era ante lo desconocido que traía cada comienzo del año escolar. Ahora esas dudas tienen otra razón ¿qué hago con los chicos? ¿cómo acomodo mis horarios de trabajo?
Después del feriado largo de los Carnavales, el miércoles debían iniciarse las clases. Lo menos que puede decirse es que fue caótico. Con paros oficialmente declarados en 19 provincias. En la mayor parte de los casos por no haber llegado a acuerdos, en otros por solidaridad con los que estaban en huelga (más allá de lo que digan los comunicados oficiales de esos gremios). Nerviosas reuniones, movilizaciones, represiones y disputas televisivas, fueron el marco de estos días. Pero… ¿qué pasó? En la Paritaria Nacional que debe fijar el salario mínimo al que se deben ajustar las provincias no hubo acuerdo. El problema, no resuelto nacionalmente, se trasladó a cada una de las provincias. Todo esto se estaba discutiendo en las horas previas al inicio de las clases. Sobre esto caben dos reflexiones. Una referida a la importancia de esta Paritaria Nacional y la otra a la oportunidad de la misma. Sobre la primera cuestión es sabido que la Paritaria docente establece una pauta para el resto de las paritarias, sobre todo para los estatales. De allí que el gobierno nacional sea muy conservador a la hora de proponer el monto mínimo. Obviamente los gremios no lo aceptan y estallan los conflictos. El otro tema tiene que ver con la oportunidad del debate, que se produce días u horas antes del inicio de las clases. Muchos docentes ven en ese hecho una forma de extorsión. En efecto, la proximidad de los cursos lectivos genera una presión social de los padres sobre los docentes para que no apelen al paro, su principal arma en esas negociaciones. En este marco todos dicen defender la “escuela pública”, pero esta sigue perdiendo peso respecto de la privada.
Nuevo Código Penal y los problemas que trae
La Presidenta en su discurso al inaugurar las sesiones parlamentarias lo presentó como un modelo de diálogo político por la participación en la Comisión que lo redactó de miembros de la Corte, reconocidos juristas y representantes de la oposición (radicales, del PRO y socialistas).
Dicha Comisión presidida por el miembro de la Corte Eugenio Raúl Zaffaroni, produjo un material de tono garantista (básicamente reducción de penas y menor peso a los antecedentes penales), tal como lo viene propugnando las políticas centrales del gobierno nacional. Esta tendencia, en el marco de las campañas sobre inseguridad, provocó fuertes reacciones. Esta semana Sergio Massa se puso al frente de la oposición al mismo. Radicales y el PRO terminaron sumándose a la misma, aunque desacrediten al que diera el puntapié inicial y den como argumento que “no es el momento” de dar ese debate. Ahora la suerte de nuevo Código Penal entra en un cono de sombra.
Drogas: ambiguas relaciones con EEUU
Desde hace mucho tiempo, tal vez podríamos decir que “desde siempre”, la relaciones de la región en general, de nuestro país en particular, con los Estados Unidos ha sido una cuestión compleja y polémica. No hace falta entrar en el entramado de las relaciones económico-financieras, basta recordar los innumerables casos de intervención norteamericana en nuestros países. La instalación de sus bases militares, el Plan Colombia, las denuncias sobre la injerencia que en la actualidad está realizando para incentivar las protestas que se están desarrollando en Venezuela.
Mucho más cercana y también reciente es la denuncia de un Ingeniero graduado en el Instituto Latinoamericano de Agroecología Paulo Freire (IALA) que hace saber que en Santa Rosa de Aguaray, Departamento San Pedro (Paraguay) se ha instalado un Centro de Operación para Emergencia del norteamericano Comando Sur. En esa zona, una de las conflictivas de Paraguay, se está acelerando la deforestación para facilitar el cultivo de soja con la consecuente expulsión de trabajadores y campesinos.
Volviendo a nuestro país digamos que el tema del narcotráfico ha sido una constante para la presencia norteamericana en relación a nuestras fuerzas de seguridad. Esto fue así en los lejanos y trágicos sucesos de la década de los 70, donde encubrieron su participación en los crímenes de la paraestatal “Triple A”, junto al Ministro José López Rega, mediante un Convenio sobre el “Combate a las drogas”. Mucho más acá el actual Canciller Héctor Timerman frenó –hace tres años- el ingreso al país de material no declarado y destinado, según oficiales norteamericanos, a capacitar a la Policía Federal en la lucha contra las drogas.
Pero ahora no son pocos los elementos que van asomando y que indican que hay espacios en los que comienza a despuntar un nuevo tipo de relación con los Estados Unidos, particularmente en el tema drogas.
Esta novedad ha trascendido en los últimos días a raíz de los acuerdos de varias provincias que están recurriendo a agencias estadounidenses para “capacitar” a nuestras fuerzas de seguridad en la lucha contra el narcotráfico.
En estos meses los gobiernos de cinco provincias (Buenos Aires, Chubut, Mendoza, Salta y Santa Fe) han reconocido la firma de Convenios de Cooperación para que la conocida DEA y el FBI norteamericanos capaciten a nuestras policías e intercambien información reservada sobre el tema. Estas tareas se realizan tanto en nuestro país como en territorio norteamericano e incluyen materiales para desarrollar más eficazmente las tareas.
Todo ello está en línea con el Informe estadounidense sobre el crecimiento del consumo y elaboración en nuestro país. Pero choca no solo con aquella acción del Canciller, sino con alguna de sus recientes declaraciones dejando sentado el concepto –absolutamente sabido- que los principales consumidores son norteamericanos. Naturalmente que ello despierta sospechas sobre el rol que tiene la oficina norteamericana encargada del tema como es la DEA y le da fuerza a las palabras de nuestro Canciller cuando afirma que Estados Unidos no tienen autoridad para andar calificando a los demás. Más allá de estas palabras el Secretario de Seguridad, Sergio Berni, ha manifestado que la colaboración con Estados Unidos es “necesaria y clave”.