Argentina: ganancias, salarios e inflación en el escenario
JUAN GUAHÁN| Sobre estas tres cuestiones hubo decisiones, nuevas perspectivas e ideas que serán temas para todo el año. En materia electoral, hay hechos que lastiman, nombres (Scioli y Massa) que dudan, mientras Cristina se estabiliza. Los acuerdos Argentina e Irán: ¿Cambio de estrategia o juegos coyunturales?
En los tres temas señalados en el título hubo novedades durante la semana. Fueron de diferente carácter, pero no podemos olvidar que estas cuestiones están estrechamente vinculadas entre sí. Estos tres puntos, junto con la evolución del empleo y la producción son las claves de la economía, desde el punto de vista cotidiano de los millones de compatriotas y sobre ellos girarán los principales debates y preocupaciones de este año. Otros problemas, consideraciones y puntos de vista absorberán el análisis de los especialistas, pero las necesidades diarias de los millones estarán mirando estas cuestiones.
La inflación afecta a los 40 millones de argentinos, el salario tiene que ver con todos los que trabajan y el impuesto a las ganancias (aplicado a salarios) con los trabajadores y jubilados de mayores ingresos.
El anuncio que movió toda la estantería fue la suba, en un 20%, del mínimo no imponible para el pago de ganancias y el anuncio de un incremento del 15,18% en las jubilaciones (en esta última cuestión es uno de los dos anuncios que, por ley, se hacen cada año). Con ello el haber mínimo de los jubilados subiría –muy probablemente- más del 25% en el año, ahora quedó en $ 2.165. Este incremento, que superaría a la inflación, beneficia a 7,2 millones de personas, entre jubilados y pensionados.
Se estima que antes del último anuncio presidencial, uno de cada cuatro (25%) trabajadores en blanco estaban sujetos a estos descuentos por “ganancias”. Con esta suba del “mínimo” esa cifra se reduciría al 18% (uno por cada 5 y medio) del total de trabajadores en blanco. Cerca de 800 mil trabajadores dejarían de tener descuento por “ganancias”. No faltaron los que hicieron recordar que todavía no se han fijado los incrementos salariales por vía de las paritarias. Si éstas aprueban aumentos que superan el 20%, los que venían pagando “ganancias”, volverán a hacerlo.
Como dicho “mínimo” fue fijado en el año 2011, la estimación existente es que para volver a una situación semejante, dos años después, el incremento tendría que haber rondado el 50%, la CGT oficialista lo había estimado en un 57%. Pero ello hubiera afectado los ingresos estatales. La Presidenta solicitó que se lo deje de llamar “impuesto al salario” y se diga “impuesto a los altos ingresos”.
Fue por esta y otras razones que las cinco centrales sindicales manifestaron, con diferentes críticas, sus disconformidades con esta decisión. Hugo Yasky de la CTA oficialista fue el más benévolo, lo considero positivo aunque insuficiente, hubiera preferido que la suba de este mínimo no imponible fuera del 25%. En el otro extremo Hugo Barrionuevo, gastronómico, de la CGT Azul y Blanca, fue rotundo: propone un paro de 36 horas. La semana próxima se reuniría con Hugo Moyano (CGT) y Pablo Micheli, (CTA, opositora) para definir si será paro o movilización. La fecha: el mes de marzo. La CGT oficialista, también manifestó su disgusto y espera el regreso de Antonio Caló para definir su actitud.
Con esta novedad los gremios traen bajo el brazo, para el próximo debate salarial, un reclamo que no baja de un incremento del 25%. Empresarios y gobierno aspiran que los aumentos no superen el 20%. Los dos convenios cerrados hasta ahora han sido por el 25%. La demanda sindical podría reducirse en el caso que se acepte el criterio sostenido por algunos gremios en el sentido que haya otra paritaria a mediados de año. La CTA oficialista lo rechaza, por las expectativas inflacionarias que ello podría generar. El Ministerio de Trabajo expresó que no convalidará convenios que no sean anuales. En ese sentido no avaló un acuerdo parcial que habían hecho los bancarios hace un par de semana. No obstante ello los bancos empezaron a cumplir lo pactado.
Sobre el tema inflacionario, la Presidenta volvió a mencionarlo. Colocó la responsabilidad en el sector empresarial y pidió a los consumidores que se hagan valer y les hagan “el vacío” a los que aplican aumentos excesivos, solicitó que caminen en busca de precios. Todos saben que el sector empresario utiliza los aumentos salariales como argumento recurrente para dar otra vuelta de rosca a los precios.
Elecciones: las dudas de Scioli y Massa… y Cristina mejora
Hablando de la próxima coyuntura electoral se siguen acumulando novedades. Colocar un nombre en la cartelera presidencial y mantenerlo no es tarea sencilla. Ese es un problema que afecta a oficialismo y oposición. Sacando los que ya están instalados (Cristina, Scioli, Macri, Binner y por ahí anda De la Sota procurando abrirse espacio), al resto le resulta difícil colocar el propio.
Por cada paso adelante que dan aparece algo que, debidamente explotado, los manda para atrás. Eso ya le pasó al gobernador del Chaco, que –después de algunos aprontes- decidió guardar –por ahora- su sueño presidencial. Cuando lo intentó aparecieron cuestiones que hicieron que la mejor campaña fuera no hacerla. Ahora le tocó el turno a su colega salteño, Juan Manuel Urtubey, a pesar de sus silencios se sabe de su vocación presidencial. Un escándalo, vinculado a inversiones de gente relacionada con el actual gobierno de la decadente Madre Patria, lo obliga a dar explicaciones que no lo favorecen. De todas maneras cada uno va diseñando su campaña.
A Hermes Binner lo siguen erosionando con el “narco-socialismo” denunciado por el jefe de La Cámpora en la Cámara de Diputados.
Sobre Daniel Scioli hay fuego nutrido, algún disparo se sale de libreto como el del vice-presidente acusándolo de “cobarde”. Scioli sabe que la Presidenta, si aspira a una reforma constitucional, lo necesita para juntar votos en octubre. También sabe que él quiere ser pero solo no puede. Entonces… muy sencillo. Allá va: Como un “oficialista diferente”. Mal no le va. Su mayor problema es cómo gobernar, sin ayuda de la Nación a la Provincia de Buenos Aires. De allí su propuesta de debatir un nuevo régimen de coparticipación Federal.
Sus aspiraciones, para octubre son: quedarse con la mayoría de legisladores provinciales y una buena parte de los nacionales, a elegir por la provincia de Buenos Aires. Si no lo consigue en un acuerdo con Cristina es probable que lo dispute en la interna.
La gran incógnita es Sergio Massa. Puede ser candidatos testimonial, prepararse para ser Gobernador o Presidente, es capaz de aliarse con la Presidenta, es capaz de enfrentarla, es capaz de… “ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario”.
El niño mimado de los grandes empresarios y del sistema de poder, tiene muchas opciones -tal vez demasiadas- cuando deba elegir, se le achicarán las perspectivas. Pero por ahora todo marcha sobre ruedas. Ya tiene bloque propio en la legislatura bonaerensae, le está “garroneando” legisladores nacionales a Francisco de Narváez. Ahora se va al exterior por varias semanas, justamente para eludir la presión de una decisión que todavía no quiere tomar.
Respecto de Mauricio Macri, un rumor recorre los cenáculos partidarios. El cristinismo si no logra la candidatura de la señora, lo preferiría ver a Macri en el “sillón de Rivadavia”, sería –según esta apreciación- el camino más corto para volver. De allí que se insista en confrontar con él y colocarlo como Jefe de la oposición.
Mientras tanto la Presidenta parece haber estabilizado el vuelo de la nave que tiene que pilotear, por lo menos en términos electorales. Parece haberse detenido la baja de los últimos meses del año pasado y se insinúan algunos repuntes. La evolución de la situación económica será el termómetro para medir el rumbo del futuro.
Desde el punto de vista propagandístico, la mejor inversión y la que produce mejores resultados, está por empezar y es ¡Fútbol para todos! Recientes encuestas dan un pormenorizado detalle sobre esa situación. La imagen presidencial sube enormemente entre los que ven fútbol. Eso se repite, con pocas diferencias y sin excepciones, en todo el país, todas las edades y sectores sociales. Ello justifica, desde el punto de vista oficial, el costo que significa, desde su iniciación en el 2009, trasmitir cada partido de fútbol: 2,6 millones de pesos por partido.
Argentina-Irán: ¿Nueva estretagia o mera coyuntura?
Se ha concretado el acuerdo ente Argentina e Irán para investigar sobre los dos atentados ocurridos en nuestro y por el cual fueron acusados y citados por la justicia argentina 8 iraníes, entre los cuales hay un actual Ministro y un candidato a Presidente. El anuncio sobre el inicio de las conversaciones fue hecho hace meses, con motivo de la realización de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La investigación estará a cargo de una Comisión de la Verdad, integrada por 5 miembros, ninguno de ellos perteneciente a los países involucrados. Dos serán propuestos por Argentina, dos por Irán y un tercero de común acuerdo. Esta Comisión emitirá “recomendaciones”, no vinculantes, para las partes.
Para el gobierno es un “hecho histórico” que ahora la Justicia Argentina pueda “interrogar” a los acusados, lo que se hará en Teherán. Las organizaciones judías asentadas en la Argentina tienen posiciones distintas. AMIA se opone y señala dos riesgos: que pierdan efecto las “circulares rojas” de INTERPOL que obligan a detener a los 8 acusados, si salen de su país. También dudan que ese “interrogatorio”, pueda ser considerado como “indagatoria”, según nuestras normas procesales. Esas demandas motivaron un “cruce” de declaraciones con el Canciller, molesto por la forma en que fueron dadas a publicidad. DAIA, está deliberando, en los próximos días dará su opinión y Memoria Activa, aunque tiene objeciones, apoya el Acuerdo.
Algunos critican este Acuerdo desde el punto de vista que hay “cesión de soberanía”, lo que fue rotundamente negado por el juez de la Suprema Corte Eugenio Zaffaroni. Por su lado, Human Rights Watch, un organismo internacional de derechos humanos de cuyo directorio formara parte el Canciller Héctor Timerman, próximo a las posiciones del gobierno de los Estados Unidos, manifestó “sorpresa”. El mismo Departamento de Estado norteamericano dejó ver su “escepticismo” respecto a los resultados de esta “investigación”. En ambos casos destacaron que el camino más lógico hubiera sido fortalecer la justicia local para profundizar la investigación judicial que se ha venido haciendo.
En Argentina hay dudas sobre el sentido de este acuerdo, que deberá ser aprobado por el Congreso. No está claro si su destino es una “declaración final” sin mayor trascendencia. Algo así como una cuestión de coyuntura que pueda durar un par de años y sirva a ambos gobiernos. O si, por el contrario, hay una investigación que abrirá una “Caja de Pandora” que nadie sabe donde puede terminar. En este último caso sería un notable cambio de estrategia. La diplomacia norteamericana, a la que nuestro país ayudó con sus denuncias anteriores ante las Naciones Unidas incriminando a Irán, está preocupada por esta posibilidad.