Argentina: El gobierno no sabe… crece pobreza, desempleo e indigna eventual compra de armas

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Juan Guahán-Question Latinoamérica|

Se conocieron datos oficiales sobre índices de pobreza, actividad económica y evolución del empleo. El gobierno no sabe si respirar alivianado o preocuparse aún más por esos datos. La grieta política, macrismo-kirchnerismo, se incrementó y el gobierno tampoco sabe si eso lo favorece o lo perjudica. Además, la denuncia sobre una compra secreta de armas agita fantasmas.

Durante la semana se difundieron los últimos datos sobre la actividad económica, la pobreza y la evolución del  empleo. En todos los casos se trata de información oficial, procedente del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en materia de  pobreza y actividad económica y del Ministerio de Trabajo y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) sobre empleo. Conviene analizar esos datos para entender porqué el gobierno no sabe si alegrarse o preocuparse por los mismos.Resultado de imagen para argentina desempleo

El INDEC difundió los resultados hechos por el Estimador Mensual de la Actividad Económica. La información proporcionada da para todos los gustos. Termina definiendo que el año 2016 concluyó con una caída económica del 2,3%. Esa cifra, por sí sola, explica las broncas y reclamos cotidianos de diferentes sectores sociales. Además completa esa información con los datos de lo ocurrido en enero del actual 2017, año donde el gobierno espera un crecimiento anual del 3,5%, cifra que parece difícil de alcanzar.

Volviendo a los resultados de enero, la economía se redujo en un 0,5% respecto al anterior mes de diciembre, pero tuvo un aumento del 1,1% si lo comparamos con el mes de enero del año pasado. Lo más interesante es que ese crecimiento responde fundamentalmente a “gastos del gobierno”, porque la actividad industrial sigue retrocediendo no obstante los avances en el sector automotriz.

El mayor respiro al gobierno vino con la publicación de los datos sobre pobreza, del segundo semestre del año pasado. Éstos son mucho mejores a los producidos por el INDEC para el primer trimestre del mismo año y los proporcionados por el Observatorio de la Universidad Católica.

Habrá que ver si estos datos son convalidados por otros estudios, en cuyo caso el “respiro” del gobierno es legítimo, o si se trata de un maquillaje de la realidad. Según la información entregada por el INDEC, la pobreza -medida por los ingresos- es del 30,3% y la indigencia del 6,1%. Al cierre del primer trimestre de 2016 –según el propio INDEC- las cifras de pobreza e indigencia trepaban al 32,2 y 6,3%, respectivamente.

De acuerdo a esos datos los pobres suman -para fines del año pasado- 12,5 millones, unos 750 mil (1,9%) menos que para fines de marzo del mismo año. Los indigentes sumarían 2,5 millones de personas, apenas un 0,2% menos que la medición anterior. La mayor parte de la pobreza se concentra en los menores de 14 años. Uno de cada tres pobres está en esa franja de edad y casi 2 de cada 3 son menores de 29 años. Aquí vemos de qué modo la pobreza en los sectores de menor edad tiende a crecer hipotecando, cada vez más, el futuro.

Resultado de imagen para argentina indigentesCuando se habla del nivel de empleo, a pesar de los datos que -desde el Palacio de Hacienda- proporciona el Ministro Nicolás Dujovne, la información oficial del Ministerio de Trabajo y el ANSES no permiten que el gobierno sonría con la información que le proporcionan. A pesar de la ambigüedad de lo que dicen, esos organismos, se puede sintetizar que -en materia de empleo- hubo una caída en los meses de enero y febrero. Esta caída se produjo básicamente en el sector estatal. El gobierno acomoda los números sosteniendo que se trata de fenómenos estacionales.

La “grieta” macrismo-cristinismo

Que el gobierno macrista está ante serias dificultades: ¿qué dudas caben? Ya no alcanza con agitar el temor al cristinismo. Desde la calle y también desde sus propias filas le están demandando otras respuestas. En ese sentido todavía se escuchan los ecos del ya famoso reportaje entre la diva Mirtha Legrand y el Presidente, el mismo es suficientemente ilustrativo. No solo fue un error de montaje. Esa equivocación encierra algo mucho más grave.

Pensaban que todavía vivían el “período de gracia” y que una persona “del palo” como Mirtha les haría el “caldo gordo”. Creían que bastaba con mostrar un salón de la residencia, con la gala de la primera dama, la pautada presencia de la hija y que lo demás sería un paseo. Pero no, no fue así. No lo fue porque alguien que es un “bicho de los medios” sabe que debe responderle al público y Mirtha no está en ese lugar por casualidad. Los funcionarios pensaban –hasta ahora- que bastaba con algunos gestos, la profundización de la grieta sobe la “herencia recibida” y la corrupción kirchnerista, siendo que lo demás era “pan comido”.

Resultado de imagen para macri cristinaPero las cosas no son tan sencillas. A medida que pasa el tiempo pierden fuerza los aspectos de “la grieta” que perjudican al cristinismo y –por el contrario- la continuidad de la crisis social profundiza aquellas cuestiones que no favorecen al macrismo.

Dentro de esa lógica hay una cuestión que presiona fuertemente sobre el macrismo. Éste hizo del tema ético y la corrupción una de sus banderas fundamentales contra el cristinismo. Pero diversas denuncias que involucran al macrismo en causas de corrupción, mellan la credibilidad del gobierno. Cuando se extiende la idea que “son todos iguales”, el macrismo observa cómo se deshilacha su principal carta política.

Esa táctica oficialista operó en un sentido inverso al querido. Al no dar las soluciones económico-sociales esperadas está produciendo dos fenómenos que el macrismo no tenía en su cabeza. Por una parte contribuye a unir a la mayoría del peronismo, sin que éste pueda separarse del cristinismo. Por el otro se va reproduciendo aquel principio del peronismo que popularizara el viejo líder expulsado del gobierno en 1955 cuando decía, durante la larga resistencia que le permitió regresar al país y al gobierno 18 años después, “no es que nosotros fuimos buenos, sino que los que nos sucedieron son peores”.

El aumento en las tarifas de gas, que acaba de anunciar el Ministro Juan José Aranguren, en medio de fuertes discusiones salariales no resueltas, es otro golpe a la confianza, credibilidad y perspectivas del gobierno. Todo ello confluye en el hecho que evidentemente la memoria de los acontecimientos más cercanos se impone sobre los pensamientos más antiguos.

Esta idea le pone los pelos de punta al macrismo, sobre todo por la cercanía de las próximas elecciones. Por si esto fuera poco va comprobando en carne propia que ser crítico del macrismo “paga bien” en materia comunicacional, tanto en la prensa gráfica, radial o televisiva. Sabe que allí estaba su principal apoyo y que el mismo se va diluyendo.

Las denuncias y el fantasma de la venta de armas

Resultado de imagen para armas de eeuu para argentinaEn estos días ha tomado estado público la denuncia sobre negociaciones, en los que estaría involucrado el gobierno, sobre la compra de armas a los Estados Unidos por más de dos mil millones de dólares. La misma fue formulada por seis legisladores cristinistas, entre los cuales se encuentra el ex Ministro de Economía Axel Kicillof.

Está suficientemente difundido que el negocio de las armas junto a los productos farmacéuticos y las drogas forman parte de esos oscuros rincones de la humanidad donde se gestan las grandes fortunas que alimentan al sector financiero y –también- juegan con la vida y la muerte de miles y miles de personas. Esto es así desde hace mucho tiempo y prácticamente todos los estados, el nuestro entre ellos, nunca están ajenos a los mismos.

También es sabido que en torno a cada uno de estos negocios se mueven intereses de todo tipo. Ellos tienen por protagonista a mucho dinero, con sus suculentas comisiones. Los juegos estratégicos con sus alianzas, secretos y correlaciones de fuerzas también asoman en cada una de estas operaciones. Todo ello, más allá que se hable de su carácter público, se desarrolla en medio de reservadas gestiones que tienen que ver con el volumen del dinero y los otros intereses en juego.

Eso genera el halo de misterio y desconfianza, justificado o no, que rodea a estas operaciones. De allí, por ejemplo, que sea posible que un misil vendido por Estados Unidos termine siendo usado contra las propias tropas de ese país. Los cruces de estrategias y los intereses de fabricantes, vendedores e intermediarios de todo tipo hacen posible este negocio y muchos otros semejantes que forman parte de las guerras de todos los tiempos.

Es por eso que se multiplican los acuerdos y regulaciones internacionales, ciertamente poco eficaces. Pero cada nueva arma que aparece obliga a nuevos debates, tal como hoy ocurre con los drones (vehículos no tripulados, sobre los que aún no hay regulación militar) que se usan para cometer todo tipo de tropelías guerreras y que generan un negocio de más de 10 mil millones de dólares anuales.

En el caso concreto que nos ocupa han sido denunciados el Presidente de la Nación; el Jefe de Gabinete, Marcos Peña; el Ministro de Defensa, Julio Martínez; el embajador en los Estados Unidos, Martín Lousteau y los diputados oficialistas Eduardo Amadeo y Luciano Laspina. Según los denunciantes se trata de la compra de aviones de caza, tanques de guerra, misiles de mediano y largo alcance y helicópteros similares a los utilizados en la Guerra de Malvinas.

Según los denunciantes sería la mayor compra de armas de la historia de la Argentina y se estaría realizando de un modo secreto. El destino de las armas sería el “combate al narcotráfico, terrorismo y crimen organizado”. Es  bueno recordar que las Fuerzas Armadas, hasta el día de hoy, tienen que abstenerse de realizar actividades vinculadas a la seguridad interior. Los denunciantes señalan el riesgo que tales armamentos tengan un destino de represión interna y si hay una “hipótesis de guerra” con algún país vecino piden que se informe de qué se trata, para justificar tamaña compra de armamentos.

Más allá de los juegos entre oficialismo y oposición es bueno tener presente que las armas también son imprescindibles para la defensa nacional y en nuestro caso concreto en relación al tema de las Islas Malvinas. A la par de estas denuncias deberíamos preocuparnos por el plan político y estratégico en el que esta compra se inscribiría y la doctrina militar que regiría su eventual utilización.

De todos modos, de concretarse, sería un gesto hacia los Estados Unidos. Se inscribe dentro de la lógica de los “Programa de Asistencia Militar” que consisten en vender a los países satélites armamentos de segunda y aprovechar esa dependencia tecnológica para fortalecer los demás vínculos que nos atan al centro imperial.