Argentina: Canje de deuda en pesos a dólares, polémicas por las vacunas

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Juan Guahán-Question latinoamérica|

Durante la última semana, el ministro argentino de Economía Martín Guzmán hizo pública una operación financiera más que polémica: canjeó títulos de deuda en pesos por bonos en dólares, mientras en el país sigue la polémica sobre las vacunas contra el Covid 19, los intereses, las urgencias y sobre todo, las dudas.

El monto del canje fue de 750 millones de dólares. Semanas atrás se había hecho otra operación semejante, siempre con títulos incluidos en el reciente arreglo con los bonistas. Se trata de deudas en pesos que comenzaban a vencer en el primer trimestre del año próximo y fueron canjeados por bonos en dólares con vencimientos dentro de algunos años.Otro “endulzante”, el gobierno rescata la deuda en pesos con bonos en  dólares

Si bien hay polémicas, la mayor parte de los especialistas estima que la tasa de interés a la cual se entregaron estos bonos en dólares es del 16% anual. Las ventajas de la operación es que aleja vencimientos del primer trimestre 2021 y contribuye a achicar la brecha entre el dólar oficial y el paralelo.

Las ventajas de esto último radica en que se trata de evitar situaciones que puedan impulsar una devaluación incontrolada. Una de las causas de la misma estaba en la posibilidad que los tenedores de títulos en pesos, al cobrar los mismos, se volcaran al dólar haciendo explotar al mercado paralelo, con las consecuencias inflacionarias que todos tememos. El Ministro trata de evitar esa  perspectiva entregándoles bonos dólar con tasas de intereses, inexistentes en el mercado mundial.

Los aspectos negativos son muy claros. Se pasa de una deuda en pesos, que tiende a licuarse por la desvalorización de la moneda, por un valor (dólar) que es mucho más estable y con altísimas tasas de interés.

Esto es otra muestra de los efectos del intento por seguir atados a la deuda que el país negoció y sigue negociando, un auténtico “barril sin fondo” que las generaciones venideras deberán seguir pagando.

Estas medidas constituyen uno más de los actos de irresponsabilidad social que caracteriza a varios gobiernos argetinos de las últimas décadas. Se toman medidas que transfieren al futuro los problemas actuales. Estas políticas pueden proseguir bajo dos condiciones: que la dirigencia tenga “aire” para seguir “aguantando”, para que el sistema de poder puede continuar saqueando.

Covid 19: vacunas, intereses, urgencias y dudas

 Argentina está recorriendo uno de los puntos más álgidos del Covid-19. Se trata del debate por las vacunas. Los factores que entran en el juego son innumerables.

Entre ese conjunto de variables podemos seleccionar algunas, entre las más importantes: El acceso de los países; los intereses económicos de las empresas; los factores geopolíticos; los apuros estatales por las vacunas y las presiones de la población. Ellos pueden aparecer separados o integrados y constituyen el berenjenal de cuestiones en las que el mundo está envuelto.

No todas las naciones van a tener un acceso equitativo a las vacunas. Desde la Organización Mundial de la Salud promovieron la creación del Fondo de Acceso Global (Covax), al que adhirieron 176 países y, en principio EEUU manifestó que no participaría.

Es un entendimiento para distribuir planetariamente la vacuna, con independencia de los recursos económicos de cada país. Se estima que unos dos mil millones de vacunas estarán a disposición de este Programa para fines del 2021.

Los grandes laboratorios en principio fueron subsidiados para dedicarse a esta investigación y ahora serán los gigantescos beneficiarios con la venta de esta vacuna. Las acciones de esos laboratorios tuvieron –en estos meses- subas exorbitantes, siguiendo la evolución de las investigaciones y los plazos para su entrega al público.

No quedan dudas que los intereses de los estados y los factores geopolíticos son una clave, casi nunca explicitada, que tiene que ver con la distribución de la vacuna. El tema de Pfizer y Agentina es probablemente una de las muestras más evidentes de lo dicho.

La urgencia de las vacunas está determinada por el interés de los estados por encontrar una respuesta a la actual pandemia y los riesgos de rebrotes que se vienen produciendo, con los consecuentes efectos económicos. El cansancio respecto a cuarentenas, aislamientos y distanciamientos motivan la prisa de las poblaciones y presiona sobre todas las variables ya señaladas, particularmente sobre los diferentes gobiernos.

Muchas cuestiones, sobre la cuales se ha reflexionado, han encontrado en las confusiones sobre la llegada al país de las vacunas Pfizer/BioNTech y la Sputnik V su muestra más evidente.

Los primeros anuncios de acuerdo para proveer vacuna vinieron de la mano de las conversaciones con el laboratorio Pfizer –estadounidense- asociado al alemán BioNTech. El gobierno, bajo la promesa que el país sería privilegiado en su distribución, permitió que usaran al Hospital Militar para sus ensayos con varios miles de voluntarios argentinos.

Luego demandaron una ley pidiendo privilegios económicos para el laboratorio (indemnidad patrimonial) y exigiendo que en caso de conflicto intervinieran tribunales extranjeros (“prorroga de jurisdicción”). Todo ello fue aceptado (Ley 27.573 del 13/11/2020). Ahora, según el Ministro de Salud, piden mayores garantías y un acuerdo con la firma del Presidente.

Mientras se sigue negociando, esta vacuna comienza su aplicación en Chile, Ecuador y otros países, entre ellos el Reino Unido, Canadá, México, Estados Unidos.

Es difícil no pensar que hay razones de índole política en estas decisiones, dado que el gobierno le dio el “paraguas legal” que solicitaron pero… no hubo lluvias de vacunas.

Sobre la vacuna rusa, una conferencia de prensa de Vladimir Putin -allá en Moscú- provocó en la Argentina una avalancha de rumores y confusiones. Noticias oficiales y extraoficiales, de todo color y calibre, invadieron las redacciones periodísticas. Lo concreto es que la vacuna rusa pasó de la esperanza a la incertidumbre.

El tema en debate es si ella se aplicaría a los mayores de 60 años, principal grupo etario de riesgo. Lo más cercano a la realidad parece ser que los rusos descubrieron que faltaba evaluar el resultado de algunas pruebas sobre la eficacia y los riesgos para su aplicación, en mayores de 60 años. Mientras se hacían las comprobaciones del caso, todo se transformó en un barrial. En el escenario, más que ese debate, se colocaban –de un modo encubierto- los temas geopolíticos y económicos que están  a la orden del día con las vacunas, sus compras y distribuciones. ¡Poderoso caballero es don dinero!

 

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)