Amorim alerta por un “Vietnam” en Sudamérica

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Estados Unidos y Venezuela volvieron al centro del tablero geopolítico sudamericano después de que el principal asesor de política exterior de Lula da Silva, Celso Amorim, advirtiera que una invasión estadounidense podría convertir la región en un “Vietnam” moderno.

La frase llegó luego de que el presidente Donald Trump ordenara considerar “cerrado en su totalidad” el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela, decisión que el diplomático brasileño calificó como “un acto de guerra”.​

En una entrevista con el diario británico The Guardian, Amorim alertó que un ataque militar contra el gobierno de Nicolás Maduro no se limitaría a un choque bilateral, sino que arrastraría a varios países latinoamericanos a un conflicto prolongado y de difícil contención.

Según el ex canciller, incluso gobiernos críticos de Caracas podrían alinearse con Venezuela frente a una intervención externa, reactivando viejos reflejos antiimperialistas en la región.​

El cierre del espacio aéreo venezolano ordenado por Trump se produjo en medio de un creciente despliegue militar estadounidense en el Caribe y de operaciones contra embarcaciones acusadas de narcotráfico, lo que en Caracas se interpreta como un paso previo a una acción más agresiva.

El gobierno de Maduro denunció la medida como una amenaza “colonialista” que vulnera la soberanía del país y viola principios del derecho internacional, al tiempo que refuerza su narrativa de asedio externo.

“Si hubiera una invasión, una invasión real de Venezuela, indudablemente veríamos algo similar a Vietnam”, advirtió Celso Amorim.​

Amorim recordó que América del Sur se constituyó históricamente en resistencia a invasiones foráneas y advirtió que cualquier ataque podría desatar una ola de solidaridad regional con Venezuela, más allá de las diferencias con Maduro y de las dudas sobre las recientes elecciones. El asesor subrayó que Brasil no respalda cambios de gobierno impuestos por la fuerza.​

Las advertencias del Palacio de Planalto se suman a señales de preocupación de otros líderes latinoamericanos, que temen que una escalada militar en Venezuela se traduzca en desplazamientos masivos de población y una nueva ola de inestabilidad política en la región.

Mientras tanto, Washington mantiene la presión sobre Maduro con sanciones y demostraciones de fuerza, en un pulso que, según analistas, puede redefinir el equilibrio de poder en el hemisferio si se rompe el frágil límite entre coerción diplomática y guerra abierta.​