ALBA Movimientos: “EEUU ha logrado ganar gobiernos pero no nos ha derrotado”
Fernando Vicente Prieto-Notas
Entre el 15 y el 17 de mayo se reunió en Buenos Aires la Coordinación Política de ALBA Movimientos. En el encuentro participaron referentes de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Perú y Venezuela. Como invitado especial estuvo David Choquehuanca, secretario general de ALBA-TCP. Esta fue una de las notas salientes de la reunión, porque si bien se han realizado encuentros y debates con altos dirigentes de los gobiernos que impulsan ALBA, es la primera vez que un secretario general del bloque participa en una reunión de la articulación de los movimientos.
“La presencia de Choquehuanca es muy importante, porque nos permitió fijar algunos análisis en común para iniciar un plan complementario entre los gobiernos y los movimientos, con tareas articuladas pero diferenciadas de acuerdo a la naturaleza de cada uno”, señaló Gonzalo Armúa, integrante de la Secretaría Operativa de ALBA Movimientos. Las organizaciones confían en realizar una cumbre conjunta con los presidentes en el curso del presente año.
Armúa afirmó que la reunión “es parte de la maduración de un proceso. Hemos podido avanzar en el objetivo que nos pusimos en la II Asamblea realizada en Colombia en diciembre de 2016: comenzar a sentar las bases de un proyecto de integración grannacional y plurinacional”.
“En este sentido identificamos seis ejes estratégicos que estructuran nuestro proyecto: el internacionalismo solidario, la lucha ideológica por nuestra cultura e identidad, la defensa de la madre tierra, el impulso a una economía para el buen vivir, la democratización de nuestras sociedades y el feminismo popular”, agregó.
Uno de los debates que atravesó la reunión fue la disputa de poder en el marco de una gran diversidad de opiniones y líneas de acción sobre el plano institucional que recorren a los movimientos. “Necesitamos combinar lucha en las calles con propuesta electoral para modificar la correlación de fuerzas a nuestro favor”, entiende Armúa. “No puede obviarse la disputa institucional aunque la intervención pueda ser diversa: hay movimientos del ALBA que ya han incursionado incluso con legisladores o participando de partidos que están en el gobierno, como es el caso de algunas fuerzas en Bolivia o Venezuela”, especificó. Y añadió: “Hay movimientos que están en ese debate, otros que estamos desde hace un tiempo impulsando diferentes experiencias, pero a todos nos interpela”.
Y resalta que “coincidimos en que es preciso redoblar la lucha en las calles: cualquier proceso transformador tiene que basarse en la participación protagónica de nuestros pueblos y tenemos que encontrar la manera para que en cada país esto se exprese en cambios institucionales reales, profundos”.
Disputa de proyectos
El miércoles 17 por la tarde los movimientos ofrecieron una rueda de prensa en la Casa de la Amistad Argentina Cubana, previo a un Foro por la Paz y la Unidad de Nuestra América. Allí, representantes de diferentes países compartieron su mirada sobre la reunión y la actualidad del continente, pero antes leyeron la declaración acordada en la Coordinación Política.
“Nuestro continente enfrenta una disputa de proyectos hegemónicos, donde las derechas locales intentan a cualquier precio romper de manera definitiva con las alternativas soberanistas, populares y revolucionarias, para consolidar la posición del imperialismo yanqui en la región”, sostiene el texto, que también plantea que “la arremetida derechista en nuestro continente ha logrado ganar gobiernos, pero no nos han derrotado”.
En ese punto, el análisis destaca el ciclo de movilizaciones contra los gobiernos de Macri y de Temer, en particular en las últimas semanas. “Estos gobiernos no pueden ni podrán estabilizarse ya que no tienen una salida a la crisis sistémica del orden capitalista, que es la verdadera causa del malestar de nuestros pueblos, aunque los poderosos quieran desviar el malestar y rabia hacia los mismos oprimidos resaltando las diferencias nacionales, étnicas, religiosas y de identidades”.
“Analizamos que esta crisis genera a su vez una disputa interna entre la elite global por las formas de canalizar el reacomodo económico, geopolítico e ideológico para garantizar que paguemos la crisis con nuestros derechos, nuestros territorios y nuestras vidas. Podemos decir que vivimos en una etapa de incertidumbres”, añade la declaración.
“Somos conscientes de que se abre un nuevo periodo de disputa electoral en varios países, que -junto a la iniciativa por la Asamblea Constituyente en Venezuela- pueden marcar una oportunidad para construir una nueva correlación de fuerzas que permita retomar la perspectiva del ALBA como proyecto de nuestros pueblos para su liberación”.
Como en otras ocasiones, los movimientos ratificaron el acompañamiento al proceso de paz en Colombia. También respaldaron a la Revolución Bolivariana, “como momento defensivo y al mismo tiempo, estratégico”.
En ese marco, denunciaron al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, por “su doble vara e hipocresía”, ya que mientras se manifiesta preocupado por los derechos humanos en Venezuela, “hace oídos sordos e invisibiliza que miles de compañeros y compañeras en nuestro continente están siendo asesinados, criminalizados y desplazados”. Por esta razón decidieron impulsar “la conformación de un Tribunal Antimperialista que denuncie y juzgue los crímenes contra nuestros pueblos y la madre naturaleza, así como también impulsaremos una comisión de paz continental”.
La próxima reunión de Coordinación Política de ALBA Movimientos se realizará en Caracas en noviembre de este año. Además de debatir la agenda propia de la articulación los movimientos participarán en una Asamblea Internacional de los Pueblos que se encuentra en preparación y espera reunir a más de 2 mil delegados y delegadas de los cinco continentes.
Declaración final
“En el sur del continente, tierras de Evita y el Che, Buenos Aires-Argentina nos encontramos compañeras y compañeros de la Coordinación Política de ALBA Movimientos entre los días 15 y 17 de mayo de 2017, con el objetivo de perfilar el programa político para la integración de los pueblos, un mandato surgido de nuestra II Asamblea Continental, realizada en Colombia el pasado año. En estos días recordamos al internacionalista Chico Alejo, Joaco, asesinado por el fascismo de la derecha venezolana; pero también nos llenamos de alegría por nuestro compañero Oscar López Rivera, quien camina libre nuevamente por las calles de su natal Puerto Rico.
Saludamos el encuentro sostenido con el Secretario General del ALBA TCP, el hermano David Choquehuanca Céspedes con quien trabajamos de conjunto una agenda complementaria entre los gobiernos populares y los movimientos de nuestro continente, para continuar el proyecto de San Martin y Bolívar de la construcción de la Patria Grande y la liberación de nuestros pueblos.
Nos sentimos interpelados porque nuestra primera reunión de la Coordinación Política se empalma orgullosamente con un nuevo ciclo de movilización y lucha del pueblo argentino contra el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, fiel lacayo de las políticas del imperialismo yanqui. Un ejemplo más de que la arremetida derechista en nuestro continente ha logrado ganar gobiernos pero no nos han derrotado. Estos gobiernos, como el del golpista Temer en Brasil, no pueden ni podrán estabilizarse ya que no tienen una salida a la crisis sistémica del orden capitalista, que es la verdadera causa del malestar de nuestros pueblos, aunque los poderosos quieran desviar el malestar y rabia hacia los mismos oprimidos, resaltando las diferencias nacionales, étnicas, religiosas y de identidades.
Analizamos que esta crisis genera a su vez una disputa interna entre la elite global por las formas de canalizar el reacomodo económico, geopolítico e ideológico para garantizar que los y las oprimidas paguemos la crisis con nuestros derechos, nuestros territorios y nuestras vidas. Podemos decir que vivimos en una etapa de incertidumbres.
En este contexto, nuestro continente enfrenta una disputa de proyectos hegemónicos donde las derechas locales intentan a cualquier precio romper de manera definitiva con las alternativas soberanistas, populares y revolucionarias para consolidar la posición del imperialismo yanqui en la región.
Como ya mencionamos, se observa un crecimiento de la movilización popular en las calles, frente de lucha y defensa de nuestros derechos. Somos conscientes de que se abre un nuevo periodo de disputa electoral en varios países que junto a la iniciativa constituyente de Venezuela pueden marcar una oportunidad para construir una nueva correlación de fuerzas que permita desde el movimiento popular retomar la perspectiva del ALBA como proyecto de nuestros pueblos para su liberación.
Para colocarnos en condiciones de contraofensiva necesitamos priorizar en este momento el apoyo total a nuestra Revolución Bolivariana como momento defensivo y estratégico al mismo tiempo. De la misma forma, La Paz en Colombia no puede pensarse separado del ataque a Venezuela y el continente. Ambos procesos se interconectan. Por eso ratificamos nuestro acompañamiento militante y fraterno en la defensa de la paz con justicia social en Colombia.
Denunciamos a la OEA y a su Secretario Luis Almagro en su doble vara e hipocresía al hablar de su supuesta preocupación por los Derechos Humanos como estrategia digitada desde Washington para demonizar al gobierno legítimo de Venezuela, a modo de sentar las bases de la desestabilización y posibles intervenciones en nuestro hermano país. Mientras tanto hace oídos sordos e invisibliza que miles de compañeros y compañeras en nuestro continente están siendo asesinados, criminalizados y desplazados.
Convocamos a la conformación de un Tribunal Antimperialista que denuncie y juzgue los crímenes contra nuestros pueblos y la madre naturaleza, así como también impulsaremos una comisión de paz continental.
Para el debate de nuestros pueblos, la articulación en nuestras organizaciones de base, promover las luchas en las calles y la disputa de los programas institucionales de gobierno, estamos proponiendo el desarrollo de seis ejes estratégicos: 1. El internacionalismo solidario, 2. La batalla ideologica y cultural, 3. La defensa de los derechos de la madre tierra y la soberanía de los pueblos, 4. Nueva economía para el buen vivir, 5. La democratización y la construcción de poder popular y 6. Los feminismos populares.
Este programa se enmarca en el desarrollo de un proceso constituyente continental que ponga en debate cuál es el proyecto de sociedad que nos permita superar la crisis a favor de las mayorías oprimidas; y supone el despliegue de una agenda conjunta que dispute de manera simultánea en varios niveles para construir mayorías en Nuestramerica: el de la gobernanza y la institucionalidad, el de las fuerzas populares organizadas e iniciativas de unidad, y la diversidad humana en general que conforma nuestros escenarios nacionales.
El presente es complejo y lleno de incertidumbres, pero tenemos un acumulado de resistencia, luchas y victorias desde hace 500 años que nos dan la certeza de que la victoria está en el horizonte posible.
Venezuela: corazón de nuestramérica
Unidad, lucha, batalla y victoria”.