Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, bajó triunfal las escaleras de la Casa por la Identidad. La sonrisa no  le cabía en el rostro. Había recorrido el mismo camino tan solo tres semanas atrás, y con el mismo objetivo: anunciar que las Abuelas  seguían encontrando a los bebés robados durante la dictadura, a pesar de los pesares y del avance del negacionismo hasta convertirse en la política oficial. En este caso, anunció que habían hallado a la nieta 139, hija de Noemí Macedo y Daniel Alfredo Inama, secuestrados en noviembre de 1977 y desaparecidos desde entonces.

“Inexorablemente, la verdad sobre los crímenes de la dictadura sigue saliendo a luz”, celebró la presidenta del organismo de derechos humanos. La mujer nació «entre enero y febrero del año 1978» y sus padres habían sido secuestrados «el 2 de noviembre en 1977», añadió Carlotto. «No está claro si ella fue secuestrada en La Plata o en el mismo operativo que él en la ciudad de Buenos Aires, en Barrio Norte. Ella estaba embarazada de 6 o 7 meses», relató Carlotto sobre los padres de la nieta recuperada, que permanecen desaparecidos.Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de la nieta 139 | TN

Y señaló que «la madre de Daniel transcurrió toda su vida en La Plata y falleció en 2013. Pero nunca dejó de buscar a su nieto o nieta. Inexorablemente, la verdad sobre los crímenes sigue saliendo a la luz», celebró. «Una vez más, debemos subrayar que no hubiéramos podido lograr nada solas. Esta es una lucha colectiva, la continuidad de las políticas de Estado es fundamental para terminar con delitos de lesa humanidad como lo son las apropiaciones de nuestras nietas y nietos, así como es central el papel de la Secretaria de Derechos Humanos, que es una de las herramientas construidas en estos 41 años de democracia ininterrumpidos», subrayó.

La titular de Abuelas remarcó que ese organismo y sus políticas deben ser «sostenidos por el Gobierno con la totalidad de sus trabajadores y trabajadoras y mantener sus instrumentos para poder continuar con el proceso de Memoria Verdad y Justicia, que nos tiene como ejemplo en el mundo».

Por su parte, Ramón Inama, hermano de la nieta recuperada, sostuvo que se trata de «un acto de justicia y una reparación que no va a ser más incertidumbre. Porque Noemí y Daniel la desearon, la quisieron», evocó. «Hace poco vimos cómo una persona que pertenece a la política, que no hace falta decir su nombre, y que lo que hizo fue una salvajada, de ignorante, negacionista y estúpido. Por estas cosas hay que seguir hablando, porque lo que borró es parte de nuestra historia. Si quiere borrar los 138 que hay, que borre el 8 para que podamos poner el 9», planteó, en referencia al legislador porteño libertario Ramiro Marra, que había tapado un graffiti sobre la cantidad de nietos recuperados.

“Hoy sabemos un poco más quiénes somos, no solo ella, sino todos y todas porque, a veces, la realidad nos pasa por encima. Otras nos regala un abrazo, una certeza, una alegría de que el mundo y este país es un lugar de encuentro”, celebró  Ramón Inama.

Abuelas encontró a la nieta 139: es hija de una marplatense - Noticias de Mar del PlataEn tanto, la titular de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Taty Almeida, quien llegó en una silla de ruedas que empujaba Horacio Pietragalla Corti, exsecretario de Derechos Humanos de la Nación y uno de los nietos que encontraron las Abuelas, elevó una pregunta a la vicepresidenta Victoria Villarruel y a sus «amigos negacionistas». «Si va a negar que encontramos a una nieta como la que encontramos, que es evidente», dijo y completó: «A (Javier) Milei y compañía: ojo con seguir negando. Están haciendo un papelón tremendo, no solo acá sino internacionalmente. Vamos a seguir buscando y van a seguir apareciendo nietas y nietos», cerró.

En diciembre de 2024, Abuelas había comunicado que habían encontrado al nieto 138, hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, militantes secuestrados en 1976 y que aún continúan desaparecidos.

Son pocos los datos que se conocen, por el momento, de la mujer que está por cumplir 47 años. En noviembre, la contactaron desde la Conadi porque Abuelas tenía denuncias anónimas que indicaban que podría ser hija de desaparecidos. Ella accedió a testearse en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). La confirmación llegó mucho antes de lo que esperaba, tanto que la novedad la sorprendió de vacaciones fuera del país. “Es un acto de justicia, un acto de reparación”, celebró Ramón, que el lunes por la tarde recibió una visita de Goncalves en su casa de La Plata para anunciarle que habían encontrado a su hermana.

Los padres

Daniel Alfredo Inama nació el 12 de noviembre de 1951 en La Plata. Era hincha rabioso de Estudiantes. Sus amigos y compañeros le decían Pablo, Pelado o Loco. Militaba en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML), una organización muy golpeada por la represión. Como cuenta Ramón en el libro Ahora siempre, Daniel fue, al menos, por unos meses colectivero en una línea de La Plata. De dos parejas anteriores tuvo dos hijos, Ramón y Paula.

Con Noemí se conocieron en Mar del Plata. Ella era menor. Había nacido el 8 de febrero de 1955, y había hecho sus estudios en colegios católicos. Sus compañeros la llamaban Noe o Negrita. Daniel y Noemí fueron secuestrados en los primeros días de noviembre de 1977. Hay testimonios que los ubican en el centro clandestino conocido como Club Atlético, ubicado en la zona de Paseo Colón y Cochabamba, en el Bajo de la Ciudad de Buenos Aires. Al momento del secuestro, Noemí cursaba un embarazo de seis o siete meses. Por lo que se estima que su hija debió nacer entre enero y febrero de 1978. Para entonces, ya no estaba en funcionamiento el Atlético y sus prisioneros habían sido trasladados al Banco.

En el juicio conocido como Jefes de Área, se juzgó lo que había pasado con la pareja. Allí, el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 reconstruyó que se había producido un secuestro de varios militantes del PCML en un edificio ubicado en Arenales al 2300. Entre ellos estaban Teresa Mabel Galeano, Jorge Manuel Giorgieff, Beatriz Noemí Longhi, Oscar Dionisio Ríos. Los jueces estimaron que también se hallaban en el departamento Daniel y Noemí, particularmente porque Darío –el hijo mayor de Galeano y Giorgieff– declaró haber visto a “Daniel”, un compañero que vivía en su casa, maniatado y vendado cuando llegó de la escuela.