ABC de la infamia

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Eduardo Rothe – Aporrea

A pesar de eso, hasta el más curtido lector quedó espantado cuando el “director de opinión” del diario ABC de Madrid, Jaime González, comienza su respuesta al presidente de Venezuela diciendo: “La exclusiva de ABC en la que se apunta al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, como la mano que mece la cuna del narcotráfico en el país bolivariano ha desatado los más bajos instintos de Nicolás Maduro…” continúa con “colocarnos al frente de «una campaña de la ultraderecha internacional y factores del imperio estadounidense» nos llena de orgullo y supone un estímulo para seguir denunciando los excesos del régimen” y cierra con “imagínese lo bestias y vulgares que pueden llegar a ser quienes pervierten y degradan la democracia convirtiendo a su pueblo en rehén de un sistema cada vez más totalitario”, y remata con “ABC se reitera punto por punto en lo dicho y aguarda, impaciente, su próxima invectiva” y “recuerdos al pajarito” en burlona referencia a un ave en la que Maduro, hombre sencillo y religioso, dijo sentir la presencia de entonces recién desaparecido Chávez, lo que, desde luego, es más inocuo que un Jefe de Estado que mata una elefanta preñada.

No gastaré caracteres en Jaime González, anodino como el mal, más allá de recordar su afirmación de que “Quien vote a ‘Podemos’ estará votando a lo que representa lo peor de la condición humana”, y concluir que la falta de respeto por los millones de venezolanos que elegimos y apoyamos a Maduro no es nada comparado con lo que vomita contra los millones de españoles que apoyan a un partido perfectamente legal y favorito en las encuestas. Que Jaime González considere a tantos de sus compatriotas como “lo peor de la condición humana” encaja bien ahora que conmemoramos la liberación del campo de concentración de Auschwitz.

El ABC, fundado en 1903 por Torcuato Luca de Tena, es un diario “de línea conservadora, monárquica y católica” (Wikipedia) que, según el gran historiador e hispanista francés, Jean Michel Desvois, en la primera mitad del siglo pasado “era el diario de la oligarquía, es decir, de la aristocracia, de la gran burguesía, de la Iglesia y, seguramente, de buena parte de la pequeña burguesía reaccionaria de provincias que se sentía solidaria de la clase dominante». Durante la Primera Guerra Mundial fue germanófilo, justificó la invasión de la Bélgica neutral por el Kaiser, y aunque Portugal combatía contra Alemania, el ABC apoyó siempre al dictador Salazar, como al dictador Miguel Primo de Rivera, lo que le valió a Don Torcuato el Marquesado de Luca de Tena en 1929, año en que aparece el ABC de Sevilla.

Rabiosamente enemigo de socialistas, anarquistas y sindicalistas, el ABC siempre fue enemigo jurado del proletariado y el campesinado español. Favorable a la conspiración que termina en el golpe de Estado de Franco el 18 de julio 1936, y viendo el triunfo popular en el Cuartel de la Montaña, el 20 de julio los redactores abandonan el periódico y se refugian en embajadas o se esconden. Justo a tiempo: los republicanos capturan y fusilan al subdirector, Alfonso Rodríguez Santamaría. El jefe de redacción, Luis de Galinsoga, logra escapar y asume la dirección del ABC Sevilla, a las órdenes del genocida Queipo del Llano, mientras el ABC de Madrid sale bajo la gestión de Unión Republicana. Al terminar la guerra, Galinsoga pasa a dirigir el diario Vanguardia Española de Barcelona, hasta 1960 cuando Franco tiene que destituirlo por proclamar: “Todos los catalanes son una mierda”.

En la segunda mitad del siglo 20, el ABC mantiene una posición ¡a la derecha de Franco! Pero siempre apoyando la represión en España y al imperialismo en todos los conflictos internacionales. En la democracia resurgió el diario bajo la dirección de Luis María Anson.

El nuevo milenio lo encuentra, como a toda la gran prensa, agobiado de deudas. El Banco Santander se vuelve accionista, y a través de él las transnacionales de la información dominan al ABC, que entra al libre mercado de la calumnia y consigue ser peor de lo que siempre fue. En lo que respecta a Latinoamérica, el ABC es hoy un instrumento de los laboratorios de operaciones de guerra psicológica de Miami (la CIA). Esto en gran parte obra de Luis María Anson, que integró ABC a la red de Televisa Mexico, y que en 1997 abandonó la dirección del ABC después de 14 años para ser presidente de Televisa España, y vicepresidente del grupo Internacional Televisa.

Hoy el ABC está dirigido por Bieito Rubido Ramonde, del clan de caciques gallegos Rubido Ramonde, de Cedeira, ciudad que su hermano Leopoldo gobernó durante 32 años y donde hizo levantar un monolito a la memoria de Franco, después de muerto. Bieito es famoso por haber reemplazado “La verdad os hará libres” con su frase: “El beneficio nos hace libres”, que es la mejor definición de la línea editorial del ABC.

Con todo lo anterior, nada de extraño tiene que los artículos que ofrece el ABC tengan una intencionalidad canalla que va más allá del periodismo, y que sea un embuste la afirmación de Guillermo Luca de Tena, accionista y editor, con motivo del 75 aniversario de ABC (1980): “consagramos todo nuestro esfuerzo a una ardiente y sincera voluntad de concordia»; muy al contrario, el texto del felón Jaime González es sólo la punta del iceberg de fascismo, racismo, inhumanidad y soberbia del capitalismo neoliberal que arruina al mundo.

El ABC ya no es conservador, monárquico y católico, sino mucho peor, de la calaña de Aznar y sus guerras, del servicio dócil a los gringos de Miami, a esos los que desnudaron y registraron a la hoy Reina Leticia. Y para los venezolanos, tanta abominación, tanta ignominia del ABC puede resumirse en la presencia de Ludmila Vinogradoff como su “corresponsal en Caracas”.

Los sudacas decimos “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Los europeos, cansados de guerras de los 100 años, inquisiciones, nazismos y neonazismos, son menos optimistas. De hecho, ABC con sus 111 años parece una excepción que confirma la regla. Pero vientos nuevos recorren a la Europa agobiada, y parece que en España, finalmente y de verdad “comienza a amanecer”. No puedo predecir el futuro de las demandas legales contra ABC, ni todo lo que cambiará con el inevitable triunfo de ‘Podemos’, ni lo lejos o cerca que está una República Española Socialista. Pero gracias a la vileza del enemigo y a las redes sociales, cada vez más gente sabe y sabrá, que ABC es al periodismo lo que la pedofilia al catolicismo, y podemos, podemos, podemos dejarlo atrás como un mal sueño.