A un año del “Golpe de Timón”: Corrupción y Cesspa
NICMER EVANS | Hace un año, un hombre que merece toda la admiración de quienes creemos en un mejor país, y que con errores y aciertos vivimos el esfuerzo que por durante 14 años libró para adelantar todo lo posible en ese sentido, dió uno de los más célebres y contundentes discursos críticos y rebeldes de esta revolución bolivariana.
Estoy seguro que ya el Presidente Chávez sabía de su fatal destino, y desde esa postura inmortal de quién sabe su final, pero está conciente que todo lo que haga será determinante para el destino de los suyos, decidió convocar a un giro definitivo en la conducción de su gobierno, dejando pautas claras de los centros nodales de una nueva etapa: Más y mejor Poder Popular, más y mejor eficiencia y eficacia, más y mejor trasnformación del modelo económico productivo, más y mejor participación comunicativa en el Sistema Bolivariano de información del pueblo denunciando sus problemas, más y mejor crítica y autocrítica propositiva para desarrollar la capacidad de rectificación, fueron entre otros los ejes transversales de sus peticiones a su equipo de gobierno, al cual increpó, pidiéndoles con amorosa fuerza que no permitieran caer la revolución bolivariana, sumando todos los día para la construcción del socialismo.