A los Comuneros

A los camaradas que participaron en la asamblea comunal realizada en Sarare el 6/6/21: Comunas Enea, El Maizal, Guatopori, Atarora, Río Cenizo, Valle de Moroturo,  Argimiro Gabaldón, General Jacinto Lara y Coronel Mariano Peraza

JM. Rodríguez|
Por estos días, el Presidente Maduro expresó lo siguiente: El futuro de la Revolución, el futuro de Venezuela, este ligado a la construcción de los nuevos órganos de poder de base, de democracia directa, de Poder Comunal…
Esto es absolutamente cierto y no se trata sólo de que el pueblo participe activamente en los procesos revolucionarios, se trata fundamentalmente de que, el pueblo organizado (bajo la conducción de su vanguardia, que es sin duda alguna, el Partido), construya el nuevo modo de producción que, junto al estatal en las empresas estratégicas, deberán equilibrar el peso del sistema de producción capitalista.
Con esto quiero puntualizar que las formas de organización que vaya alcanzando el pueblo, que no son las mismas formas que tiene que adoptar el Partido para cumplir su papel de vanguardia, no necesariamente lo convierte en parte de los poderes nacionales. Sólo cuando esas formas organizativas estén en capacidad de producir en colectivo, con los medios de producción necesarios y con control social en sus territorios respectivos, se convierte en poder. El sexto Poder, el Poder Comunal.
Chávez lo tenía clarito cuando, en el año 2007, sometió a referéndum su propuesta de reforma constitucional de “Nueva Geometría del Poder”. Allí les dijo a todos los venezolanos que con esa nueva geometría la ciudad se convertía en la unidad primaria de la organización territorial.
Para ello concibió un sistema progresivo de agregación comunitaria que estaba conformado por los Consejos Comunales: donde la gente se organiza para atender sus problemas y para, aprendiendo de la democracia, gobernar en colectivo. Las Comunas:  que son agregaciones de consejos comunales para asumir un control territorial más amplio, incluyendo áreas rurales, operando las empresas productivas generadoras de bienes y servicios. Y las Ciudades Comunales, en donde las comunas tienen que confederarse, para administrarla, atender las redes de vialidad y servicios y ordenar la producción, distribución y venta de los bienes requeridos por todos los ciudadanos de esa ciudad.
Y no solamente la historia de la humanidad ha dejado bien claro que la ciudad es el hecho cultural más significativo, luego del lenguaje, el Comandante Chávez convencido de la complejidad de la ciudad (independiente de su tamaño y población) y de que  ellas son los verdaderos territorios de la gente y los centros de la lucha de clases; dejo claramente definido que La Ciudad Comunal se constituye, por decreto del Presidente de la República en Consejo de Ministros, cuando en la totalidad de su perímetro, se hayan establecido las comunidades organizadas, las comunas y los Autogobiernos Comunales… (ver artículo 16 de la reforma constitucional del 2007).
Este sistema de agregación comunitaria progresiva, conforma efectivamente la verdadera y única línea democrática participativa y protagónica. Se elevaría desde el nivel más local de la sociedad organizada, el consejo comunal, hasta el nivel nacional, una Asamblea Nacional Comunal de verdad. Es un hilo que va tejiendo, a todo lo ancho del territorio, una red (y esto es clave), de decisiones colectivas tomadas y corregidas progresivamente por la sociedad organizada.
Ahora bien, más allá de parecer extemporánea la Ley de Ciudades Comunales que ahora se está discutiendo, sin que la organización de las comunas productivas y con control de sus territorios se haya extendido por todo el país; resulta preocupante que se esté abriendo la posibilidad que, las comunas existentes en los diferentes sectores de alguna ciudad se agrupen en una figura que desvirtúa lo que Chávez dejó claramente definido y que referí dos párrafos más arriba.
Que uno o varios sectores de la ciudad puedan constituirse como ciudad comunal (ver artículo 12 de la Ley que se está discutiendo) porque efectivamente unas comunas allí se confederaron, es una política que trastoca la agregación comunitaria progresiva planteada por Chávez y lejos de contribuir a avanzar hacia el poder popular, generará frustraciones. Ellas no podrán resolver de manera parcial, el manejo de los servicios básicos, viales, de equipamiento urbano, de viviendas, pues tal cosa forma parte de la red completa de la ciudad. Es decir, la estructura compleja de una ciudad no puede ser manejada por sectores segregados. Ellas existen como un todo y no como una colcha de retazos donde cada parte busca la manera de lograr ponerla a funcionar.
Es preocupante oír a un dirigente comunal, cuya intervención fue muy celebrada por el presidente Maduro, hablar sobre que en Carayaca ya tienen en construcción ocho ciudades comunales. Hace poco también se presentó en el programa del presidente (y con los aplausos correspondientes), a una dirigente comunera que le informó que estaban trabajando en convertir a Las Torres de La Vega en ciudad comunal.
Pero, algo peor, está en marcha un Consejo Presidencial del Poder Popular para las Comunas y un Parlamento Comunal Nacional (que no tiene ningún poder real para legislar), además de la creación del Consejo Político Nacional Comunal, y de los bloques de comunas municipales, para la elección luego de los voceros estadales y nacionales.
Esto está en marcha sin que los comuneros hayan podido avanzar del segundo nivel de agregación y que su actividad productiva y de control siga siendo precaria. Tal multiplicidad de organismos además de generar una estructura burocrática comunal manejada por el Partido, distrae a los dirigentes comunales de la tarea fundamental en la que ellos se encuentran: cómo ejercer el control social de sus territorios comunales y cómo avanzar en la producción masiva. Así no habrá verdadero poder popular.
Agradezco la atención que puedan prestar a lo aquí expuesto. ¡Comunas o nada!