Honduras: el primer conteo marca triunfo de Rixi Moncada

(Xinhua/Rafael Ochoa)
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Rubén Armendáriz – CLAE

Las primeras cifras del recuento de votos de las elecciones presidenciales en Honduras dan ganadora a la candidata oficialista Rixi Moncada, con el 38,63% de los votos, seguida de Salvador Nasralla con 31 por ciento y por Nasry Asfura, el candidato favorito del presidente estadunidense Donald Trump, con 25 por ciento de los sufragios. Los votos rurales le dieron el triunfo a la postulada por Libre.,

Fue un proceso en el que el presidente estadounidense Donald Trump decidió intervenir de manera explícita, para direccionar el resultado en contra del gobierno de Xiomara Castro. A escasos días del proceso electoral, Trump realizó un posteo en su red Truth Social, en el que manifestó que en Honduras la democracia se encuentra “en tela de juicio” y apoyó la candidatura de su amigo Nasry «Tito» Asfura,

Con un Estado frágil, una región expectante y un presidente de Estados Unidos dispuesto a imponer agenda, esta elección revela hasta dónde puede llegar el nuevo intervencionismo estadounidense y cuánta resistencia queda en la región. Y, cuando Trump interviene de modo tan directo, no está apoyando a un candidato: está proyectando su poder.

La presidenta del Consejo Ncional Electoral, Ana Paola Hall, afirmó que la jornada transcurrió sin incidentes mayores y contabilizó la participación de más de 2,8 millones de votantes.

Días atrás liquidó con un tuit al liberal Salvador Nasralla, presentador de televisión durante décadas y candidato presidencial por cuarta ocasión. El viernes previo a los comicios le tocó el turno a Nasry “Tito”Asfura. Fue obra de Donald Trump y eso, por supuesto, impactó sobre el último tramo de la campaña electoral por la presidencia de Honduras.

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“Tito y yo podemos trabajar juntos para combatir a los narcocomunistas y brindar la ayuda necesaria al pueblo hondureño”, expresó y agregó que Asfura “defiende la democracia y lucha contra (el presidente venezolano Nicolás) Maduro”. Trump amenazó con recortar la ayuda financiera al país centroamericano si Asfura no gana.

Esta elección, es pequeña en geografía pero enorme en impacto. Por primera vez en años, Trump no operó entre líneas sino que operó de frente, probando hasta dónde llega el poder de Estados Unidos cuando decide dejar de disimularlo.

Honduras es un punto clave para externalizar el control migratorio: un gobierno alineado significa un muro político antes de que el migrante llegue al muro físico. Y es el escenario perfecto para medir cuánto poder puede proyectar su segundo mandato en América Latina. Asì, un triunfo de Asfura sería presentado por el republicano como su primera victoria internacional: el retorno del sheriff al hemisferio y quizá la puerta de entrada a un nuevo ciclo de disciplinamiento regional.

Asimismo, Trump, propuso otorgar un indulto al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022), condenado el año pasado en Estados Unidos a 45 años de cárcel por narcotráfico. Siguiendo ellibreto de Trump, el libertario presidente argentino Javier Milei también manifestó su apoyo a Tito AsfuraJ

Estas maniobras de EEUU buscan impedir el triunfo de la candidata oficialista Rixi Moncada y evidencian la verdadera agenda de Estados Unidos, en la que la fachada de lucha contra el narcotráfico se utiliza para criminalizar a Estados libres y las opciones políticas contrarias a su narrativa.

Diversas organizaciones sociales de América Latina hicieron un llamado urgente para respetar la soberanía de Honduras, en medio de denuncias sobre presiones externas y operaciones de guerra cognitiva que buscan influir en el proceso electoral de ese país.

La presidenta Xiomara Castro, quien concluirá su mandato de cuatro años el 27 de enero de 2026 , señaló que ejerciendo el voto los hondureños demuestran «soberanía». Acompañada de su esposo, Manuel Zelaya, coordinador general del gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), Castro ejerció el sufragio en el barrio El Espino, del municipio de Catacamas, departamento de Olancho, al este del país, donde ha vivido la familia presidencial. Expresó que las elecciones son una fiesta cívica para su país, y que estas se celebran en un momento que calificó de «crucial» para la democracia.

Castro, del partido Libre, una fuerza de izquierda que nació como respuesta al golpe de Estado de 2009 y que combina progresismo social, anti-neoliberalismo y una fuerte narrativa de soberanía nacional, asumió en enero de 2022 prometiendo refundación, justicia histórica y el desmantelamiento definitivo del narcoestado.

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Los comicios de este domingo se desarrollaron sin mayores incidentes, con largas filas para ejercer el derecho al voto y cánticos partidistas de los simpatizantes. El jefe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), Francisco Assis, afirmó este domingo que las elecciones generales en Honduras se desarrollan en un clima de «fiesta cívica» y con una participación ciudadana «admirable».

«Estamos observando este día tan especial para el pueblo hondureño, este día siempre es una verdadera fiesta cívica de la democracia», dijo Assis a periodistas durante un recorrido por un centro de votación en Tegucigalpa.

Destacó la presencia de ciudadanos de «todas las edades» acudiendo a las urnas, y subrayó el ambiente de civismo en los centros de votación y la notable presencia de observadores nacionales.

Honduras puso en juego la posibilidad de profundizar el ciclo de transformación iniciado por el gobierno de Castro, cuando se han logrado avances significativos en áreas como pobreza, seguridad y políticas sociales, dando lugar a un nuevo rumbo para el país, luego de un oscuro período en el que la dictadura terminó por fusionarse con un narco-estado.

Durante la campaña el gobierno denunció en reiteradas ocasiones intentos de desestabilización por parte de sectores de la derecha, que de acuerdo con las denuncias, organizaron maniobras para desacreditar el proceso electoral, incluyendo la manipulación mediática y la búsqueda de apoyo externo para presentar un relato de crisis.

Estaban en disputa 449 cargos, incluyendo la presidencia y más de 300 alcaldías. La Constitución prohíbe la reelección presidencial, garantizando que ningún presidente en el cargo pueda aspirar a un nuevo período. Este marco normativo establece un mandato de cuatro años, lo que resaltaba la importancia de esta elección en el camino hacia el futuro político de Honduras.

*Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)