Suiza vota un impuesto verde para millonarios

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Suiza votará el 30 de noviembre una iniciativa para crear un impuesto federal del 50% sobre herencias y donaciones que superen los 50 millones de francos suizos, destinado a financiar la política climática del país. La propuesta, impulsada por la juventud socialista, apunta a que los multimillonarios contribuyan más al costo de la transición ecológica.​

El proyecto, conocido como “Iniciativa por un futuro” o “para una política climática social y financiada de forma justa”, se someterá a voto popular y requerirá mayoría de ciudadanos y de cantones para entrar en vigor. El gravamen se aplicaría únicamente a la parte de herencias y donaciones que exceda los 50 millones de francos, con una tasa plana del 50%.​

Dos tercios de la recaudación irían a la Confederación y un tercio a los cantones, con la obligación de destinar esos fondos a medidas climáticas “socialmente justas” y a la transformación de la economía hacia la neutralidad de emisiones. Los promotores estiman ingresos anuales cercanos a los 6.000 millones de francos, que complementarían los aproximadamente 2.000 millones que Suiza ya dedica cada año a políticas climáticas.

Los jóvenes socialistas sostienen que las grandes fortunas tienen una responsabilidad especial en la crisis climática y en la creciente desigualdad de riqueza. “Quien hereda más de 50 millones puede aportar bastante más a la protección del clima sin ver amenazada su existencia”, ha defendido la JUSO en su campaña.​

El Gobierno federal y el Parlamento recomiendan rechazar la iniciativa, al considerar que rompe el equilibrio del federalismo fiscal y crea inseguridad jurídica, especialmente por su aplicación inmediata y efectos retroactivos sobre herencias y donaciones desde el día del voto. Expertos y representantes económicos alertan de una posible fuga de grandes patrimonios y de pérdidas recaudatorias para los propios cantones, que ya tienen sus propios impuestos sucesorios.

Suiza, que se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, ya financia su política climática en gran parte mediante gravámenes sobre combustibles fósiles y otros impuestos al consumo. Los sondeos previos apuntan, sin embargo, a un rechazo mayoritario de la nueva tasa sobre las grandes herencias, lo que mantiene a la iniciativa cuesta arriba en la recta final de la campaña.​