COP30: sin una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles

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Juraima Almeida

Luego de dos semanas de reuniones en la ciudad amazónica de Belém do Pará, la Cumbre Climática COP30 llegó a su fin este sábado tras negociaciones que llegaron hasta la madrugada y con un acuerdo ambiental concreto, pero sin una planificación gradual para abandonar el uso de combustibles fósiles. La cumbre finalizó sin establecer un plan concreto para dejar atrás el uso de gas, petróleo y carbón, pese a la presión internacional y las divisiones entre países productores y defensores de mayor ambición

A pesar de tratarse de un convenio que no logra dar una “hoja de ruta” para resolver el principal causante del calentamiento global que padece la Tierra, la sesión plenaria estalló en aplausos cuando el presidente de la COP30, el diplomático brasileño André Correa do Lago, marcó su aprobación al documento final.

Luego de  más de dos semanas de debates, protestas de los movimientos indígenas brasileños y hasta un incendio en la sede central del encuentro que obligó a frenar las actividades diplomáticas, la COP30 terminó con el acuerdo que fue posible conseguir. Quizás uno de los que más celebró el acuerdo fue el lprrsidentge bfrasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien había dicho que la Cumbre Climática en su país sería “la COP de la verdad”, y apostó un gran capital político en su realización.

El texto final, presentado por la presidencia brasileña, no incluye ninguna mención explícita a un calendario para dejar atrás el uso de gas, petróleo y carbón, uno de los puntos más controvertidos de la cumbre. Llama a acelerar la acción climática “de manera voluntaria” y mantiene los compromisos de financiación alcanzados previamente en la COP29 de Bakú: urge a los países desarrollados a mantenerse en el objetivo de aportar 300.000 millones de dólares anuales a las naciones emergentes y se decide avanzar hacia un aumento de la financiación climática hasta 1,3 billones de dólares anuales para 2035, recurriendo tanto a fondos públicos como privados.

El documento también toma nota de la propuesta de la hoja de ruta Bakú-Belém, que sugiere nuevas fuentes de recaudación, como gravámenes al lujo, la tecnología y el material bélico, aunque sin establecer obligaciones Organizaciones ambientales sostienen que elconcretas. Entre las acciones recomendadas, se destaca la necesidad de conservar y restaurar los ecosistemas, así como detener y revertir la deforestación para 2030.

En un sentido más político que ambiental, el entendimiento final también fue importante para valorar la cooperación internacional frente al unilateralismo de Donald Trump, ferviente negacionista del cambio climático al mando de uno de los países que más contaminó y contamina en el mundo. A esto se refirió el Secretario de Estado de Medio Ambiente de Alemania, Jochen Flasbarth, que lamentó que “tenemos que tener en cuenta el contexto geopolítico y, al final, no nos queda otro camino”.

La COP también fue un espacio para discutir riqueza: varios países en desarrollo, algunos de los que se negaron a dejar atrás los combustibles fósiles y propusieron un acuerdo menos restrictivo de su uso, pidieron a la UE y a otros países desarrollados ayuda económica para la adaptación frente al impacto del cambio climático en sus territorios, por ejemplo, contra las sequías o las inundaciones, e impulsaron una baja en emisiones de carbono.

Si bien los países europeos primero rechazaron estas posibilidades, el convenio firmado sostiene que deberán “al menos triplicar” la adaptación hacia el año 2035. De esta forma se sostiene el espíritu del aún incumplido objetivo La Amazonía ante la COP30: desafíos y oportunidades para un futuro ...de la COP29 en Bakú, Azerbaiyán, que apuntaba a que las potencias económicas aporten300.000 millones de dólares anuales a los emergentes con fines ambientalistas, incluso a través de gravar el lujo, la tecnología y el material bélico. “Las negociaciones intergubernamentales funcionan sobre un mínimo común denominador, pero nuestra lucha continuará”, advirtió un diplomático de Bangladesh.

La otra discusión alrededor del acuerdo final fue el área comercial, una exigencia de China y otros países emergentes para la UE. Este debate quedó integrado en el tratado, a nivel de exigir el diálogo sobre cuestiones comerciales. Li Gao, jefe de la delegación china, dictaminó que estaba “satisfecho con el resultado” de la COP30 en Brasil, y aseguró que “logramos este éxito en una situación muy difícil, lo que demuestra que la comunidad internacional desea mostrar solidaridad y aunar esfuerzos para abordar el cambio climático”.

Esto fue plasmado en el texto, que reconoce al cambio climático como “una preocupación común de la humanidad” y llama a sostener el Acuerdo de París.

El consenso de cierre fue apoyado por los casi 200 países que participaron de la Cumbre, que entre otras cosas pasará a la historia por la notable ausencia de Estados Unidos, decidida por Donald Trump. El bloque de la Unión Europea (UE), intentó exigir un camino para dejar atrás los combustibles fósiles (fundamentalmente petróleo, gas y carbón). Sin embargo, su objetivo no fue cumplido y el acuerdo de ocho páginas solo recomienda a los paActivistas indígenas participan en unaíses iniciar su acción climática de manera voluntaria.

La Ministra de Transición Ecológica de Francia, Monique Barbut, acusó a Rusia y a Arabia Sauditagrandes productores de petróleo a nivel mundial, y a India, reconocida productora de carbón– por priorizar uno de los principales elementos de su economía antes que el bienestar ambiental de la Tierra. Sin embargo, este sábado ella también firmó el acuerdo porque no hay “nada extraordinariamente malo en él”.

El consenso se sabía incómodo de antemano: ¿Qué países estarían dispuestos a abandonar en serio los combustibles fósiles? Los temores de que el encuentro terminaría sin un pacto eran fuertes, pero finalmente se firmó un documento licuado que no menciona planes consistentes para dejar atrás ni el gas, ni el petróleo, ni el carbón. 

La fragmentación en la reunión quedó clara. Por un lado destacó la creación de un bloque variopinto que exige medidas concretas, liderado por el presidente colombiano Gustavo Petro , quien exigió ir a fondo en el abandono de los combustibles fósiles. Contó  con el apoyo de Francia, Alemania, Kenia, Islas Marshall, México, Corea del Sur, España, Países Bajos y Reino Unido. Pero Arabia Saudita, India, China, Nigeria y Rusia se opusieron.

En el mismo encuentro se anunció para abril una Conferencia en Colombia, para debatir la transición energética sin petróleo, la que, prometen, será un nuevo capítulo en la historia climática mundial.

Descontento

El presidente de la COP30El presidente de la conferencia André Corrêa do Lago reconoció durante su intervención en la sesión plenaria de clausura que algunos países “tenían mayores ambiciones” y se comprometió a abordar sus preocupaciones a lo largo del próximo año. El texto principal de la cumbre, presentado por la presidencia brasileña, no menciona la necesidad de dejar atrás los hidrocarburos, pese a la insistencia de la Unión Europea y países como Colombia, Francia y España de que se incluyera.

Las medidas modestas están muy lejos de lo que se necesita después de un año con temperaturas por encima de 1,5 °C”, señaló el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). “El modelo tradicional de COP está bajo serias tensiones en un mundo fracturado y multipolar”, concluyó la organización global Climate Analytics .

Una transmisión accidental mostró a los negociadores nerviosos y el inicio de una acalorada discusión en una de las reuniones a puerta cerrada. Representantes de la India, por ejemplo, consideraron inadmisible que la presidencia brasileña quisiera incluir un cronograma para el abandono de los combustibles fósiles en el documento final. .

El descontento tras la publicación del segundo documento final se sintió en todos los ámbitos de la COP30. Las principales críticas son la ausencia en el borrador de una propuesta para acabar con la quema de combustibles fósiles, la falta de claridad sobre la financiación para la adaptación en los países más vulnerables y la ausencia de un plan de deforestación cero.

Antonio Guterres, secretario general de la Onu, participó en la Cumbre de Belen

La elección de Belem, una ciudad con una presencia tan fuerte de culturas y dinámicas políticas indígenas, quilombolas y ribereñas contrasta de lleno con la infraestructura típica de un evento de la ONU: frío, alfombrado y abrumadoramente blanco. El contexto geopolítico de guerras por los recursos —incluidos los materiales para la transición energética— aumentó las tensiones alrededor de un encuentro demasiado hermético e impopular.

Desde 1995

.En 1995, cuando se celebró en Berlín la primera Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la concentración atmosférica de dióxido de carbono era de aproximadamente 360,67 partes por millón. El entonces canciller alemán, Helmut Kohl, pronunció un apasionado discurso sobre la necesidad de reducir los gases de efecto invernadero para evitar el sobrecalentamiento del planeta.  

Hoy, el nivel de carbono  ha alcanzado las 426,68 partes por millón, muy por encima del límite considerado «seguro» por los científicos, de 350. Según ellos, el planeta se dirige hacia la destrucción. 

Se avanzó por Kioto, París y el ritual anual de los 30 años de Cops, y el mismo discurso que pronunció Kohl ha sido repetido, a veces casi palabra por palabra, por primeros ministros, presidentes y activistas año tras año.

Mientras, el nivel de carbono  ha alcanzado las 426,68 partes por millón, muy por encima del límite considerado «seguro» por los científicos, de 350. Según ellos, el planeta se dirige hacia la destrucción. 

 

*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)