Colombia: Iván Cepeda, elegido para continuar el camino de Petro
Camilo Rengifo Marín
En Colombia, más de 2,7 millones de personas participaron en una consulta para definir el candidato para las elecciones 2026 del progresista Pacto Histórico, el partido del presidente Gustavo Petro, en la que competían por la candidatura la exministra de Salud del actual gobierno Carolina Corcho y el senador Iván Cepeda, que fue el favorito con una amplia ventaja.
Cepeda, de 63 años, es una figura muy conocida que integra el Parlamento desde 2009 y es senador desde 2014. Desde varios años antes de ocupar una banca, ha trabajado en materia de derechos humanos y ha denunciado los vínculos de grupos paramilitares con políticos y empresarios.
Se prevé que en marzo Cepeda, que es senador por el Polo Democrático, compita en otra consulta para definir un candidato común de una alianza de izquierda que hoy se llama Frente Amplio, y que Petro propuso llamar Frente Humano. Esta elección no puede reducirse, como algunos sugieren, a escoger al candidato del presidente Petro. El Frente Amplio debe ir más allá del actual mandato presidencial, como lo hicieron en su momento la Concertación chilena o el Frente Amplio uruguayo”, dijo el exministro del Interior Juan Fernando Cristo.
El ascenso de Cepeda, respaldado por la votación más alta en la historia de una consulta interna de la izquierda, confirma que Colombia ha iniciado un nuevo ciclo político.
Petro y Cepeda simbolizan la continuidad de un proceso que pasó de la resistencia al poder, y del poder a la responsabilidad de transformar la nación. Lo ocurrido este domingo no es solo una victoria electoral: es una señal de madurez democrática y de reafirmación histórica del proyecto progresista colombiano.
“Tenemos todas las condiciones para construir un segundo gobierno progresista”, dijo Cepeda cuando se conocieron los resultados. “El Pacto Histórico, sin duda, es la fuerza política más grande y poderosa que hay en el país. Hemos demostrado que somos una fuerza que no le teme a la democracia y que se ha medido en las urnas”, agregó.
Cepeda agradeció a las bases y en especial a los campesinos, los indígenas, los afrodescendientes y los habitantes de los barrios más pobres, que pese a las dificultades acudieron a votar, informó la agencia Efe. El candidato también transmitió su gratitud a “ese grupo humano que son las víctimas de este país”, en referencia al conflicto interno.
El Partido de la U debate cómo presentarse en las elecciones de 2026, y algunos de sus legisladores defienden la posibilidad de unirse al Frente Amplio y respaldar la candidatura de otro dirigente, Roy Barreras, actual senador y líder de la organización política Fuerza de la Paz. Otro de los aspirantes a competir en marzo por la candidatura de esa alianza, Gustavo Bolívar, del partido Colombia Humana, dijo que está dispuesto a abandonar su candidatura y apoyar a Cepeda. “Había dicho que si ganaba Iván yo lo apoyaba”, recordó.
Antes de ser legislador, Cepeda estuvo exiliado desde 1998 hasta 2004, después de recibir amenazas de muerte por su activismo. En 1994, su padre, Manuel Cepeda, que era integrante de la Unión Patriótica, fue asesinado a tiros por la derecha.
El Parlamento de Colombia se renovará el 8 de marzo, y para el 31 de mayo está prevista la primera vuelta de las elecciones presidenciales. En caso de que sea necesaria una segunda vuelta, se celebrará el 21 de junio.. Se prevé que la lista del Pacto Histórico al Senado sea encabezada por Corcho, por haber quedado en segundo lugar en la consulta del domingo, o por María José Pizarro, actual senadora y una de las figuras más relevantes del oficialismo.
Cepeda: el relevo natural

Iván Cepeda , hijo del histórico dirigente comunista Manuel Cepeda Vargas, asesinado en 1994, ha forjado su trayectoria desde la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de verdad y justicia para las víctimas del conflicto armado. Durante los años más duros de la persecución política, fue una voz firme en defensa de la paz y de las libertades democráticas. Su coherencia lo ha convertido en una referencia moral y política dentro del progresismo latinoamericano.
Se proyecta como la figura capaz de conducir la segunda etapa del proceso, caracterizada por el diálogo, la estabilidad institucional y la defensa del Estado social de derecho. Su perfil, más sosegado y conciliador, amplía el horizonte del Pacto Histórico y puede atraer a sectores moderados que valoran la ética, la coherencia y la capacidad de concertación.
La fortaleza del movimiento también se expresa en la amplitud de sus alianzas. Una fracción del Partido de la U, vinculada al expresidente Juan Manuel Santos, ha manifestado su respaldo a Cepeda y al proyecto progresista, reconociendo en él una figura de diálogo y compromiso ético. Ese apoyo confirma que el campo del cambio político supera ya las fronteras tradicionales de la izquierda, avanzando hacia un frente más amplio de unidad nacional por la paz, la soberanía y la justicia social.
Mientras, la derecha…
Mientras la izquierda exhibe cohesión y crecimiento, la derecha colombiana atraviesa su peor momento político en décadas. El Centro Democrático, debilitado tras el desgaste de sus gobiernos y la pérdida de credibilidad de su discurso de “orden y seguridad”, carece hoy de una figura capaz de unificar su base. La fragmentación interna, los escándalos judiciales y la ausencia de liderazgo real mantienen al bloque conservador en una posición defensiva.
A la crisis de identidad de la derecha se suma la falta de propuesta. Su narrativa de miedo frente al cambio ha perdido eficacia y vigencia en una sociedad que demanda soluciones concretas a los problemas estructurales de desigualdad y violencia. En contraste, el Pacto Histórico ha sabido articular un discurso de esperanza, capaz de conectar con las demandas populares y de proyectar una visión de país basada en la inclusión, la productividad y la soberanía.
*Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)