La amenaza militar de Trump a Venezuela es hacia toda América Latina

Declaración del Grupo de Trabajo CLACSO "Propuestas para la integración regional"

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Clacso

A comienzos del siglo XX el presidente de EE.UU. Teodoro Roosevelt dio a conocer una nueva interpretación (Corolario Roosevelt ,1904), reformulando la Doctrina Monroe (1823) que se sintetizaba en la famosa frase “América para los americanos”.

El mandatario se refirió a una nueva y explícita definición impositiva conocida como “Big Stick” (Gran Garrote), cuyo significado pasó a ser que Estados Unidos “podría ejercer el poder de policía internacional.” Así, Roosevelt habilitó el justificar el intervencionismo unilateral en todo el continente que ya había comenzado a mediados siglo XIX con la usurpación de casi la mitad del territorio hasta entonces de México(1) y continuado a fines de ese siglo con las políticas del predecesor más homenajeado por el actual presidente Donald Trump, William McKinley (1897-
1901).

2 Éste, realizó la ocupación de Puerto Rico en el marco de su intervención en la Guerra hispano-norteamericana (1898), que en los hechos dio una nueva significación a la referencia monroista, dando lugar a “América Latina y el Caribe para los norteamericanos”. De esta manera, se justificó pasar de la defensa continental contra la intervención de potencias europeas y la colonización interna en América del Norte hacia el colonialismo externo en ALC.

Desde entonces, como ahora con Venezuela, no ha sido novedosa la excusa “democrática” para justificar la intervención militar directa de EE.UU. Así ha sido, entre otros eventos con:

* Ocupación de Cuba (1898-1902) para “liberar la isla” que derivó en la impositiva Enmienda Platt

* Separación de Panamá de Colombia (1903) para “garantizar la independencia”pero llevando a monopolizar la construcción y administración del canal “para el comercio mundial”

* Invasión de Haití en (1915) “para restablecer la paz y el orden”, cuando en realidad el objetivo fue proteger los intereses estadounidenses ante el avance de empresas alemanas

* La invasión de Guatemala (1954), para derrocar al gobierno nacionalista de Jacobo Arbenz para “combatir la infiltración comunista” y evitar la reforma agraria

Bahía de los Cochinos y la derrota del imperialismo
Bahía Cochinos y la derrota del imperialismo

* Invasión de Bahía de los Cochinos, Cuba (1961), para “apoyar fuerzas democráticas”

* Apoyo al golpe de Pinochet en Chile (1973), para “defender la democracia contra  el totalitarismo”

* Invasión de Panamá (1989), Para arrestar a Noriega y “combatir el narcotráfico “e imponer un gobierno afín, continuando de todas formas el narcotráfico.

* Ocupación de Haití (2004), para arrestar a Aristide y generar “una transición democrática ordenada”, que no sólo no ha llegado sino que ha empeorado.

Con una visión estratégica impositiva nuestra región sigue siendo considerada en forma subordinada solo como reserva de fuerzas de trabajo y de recursos naturales.  Como resulta evidente, las resistencias fueron desactivadas con invasiones, golpes de Estado, sanciones, bloqueos, instalación de bases militares, presiones financieras, la acción de los servicios secretos, control de grupos de gobiernos  afines para contraponerlos al grupo de gobiernos distantes y/o discrepantes.

Así ha sido la historia de nuestra región convertida en “área de influencia” de  Estados Unidos. Durante todo el siglo XX se ha ejercitado como superpotencia supremacista e imperialista respecto de ALC. Durante los 25 años del siglo XXI la superpotencia norteamericana, ya en decadencia, ha pretendido reafirmar su liderazgo auto concedido.

The war within the war
Jacobo Abenz

Las resistencias latinoamericanas y caribeñas a lo largo del siglo XX fueron importantes: Jacobo Árbenz en Guatemala, la Revolución Cubana, Salvador Allende en Chile, los gobiernos nacionalistas de Lázaro Cárdenas, Juan Perón y Getulio Vargas entre otras. No debe olvidarse que el pensamiento latinoamericanista fue formulado en el siglo XIX por personajes históricos como Simón Bolívar, José de San Martín, José Martí, José Artigas, Francisco de Miranda y otros.

Bolívar con el Congreso de Panamá (1826) buscó sentar las bases para la unidad de Hispanoamérica, pero la interferencia de Estados Unidos truncó este proyecto, permitiendo el impulso de las llamadas Conferencias Panamericanas (1889-1954), que derivaron en la fundación de la OEA en 1948, instrumento con reiteradas evidencias de control geopolítico de las Américas desde Washington.

Es fundamental por ello subrayar que en nuestra región, pese a todo, se ha seguido sosteniendo un pensamiento propio en la búsqueda de alternativas comunes tanto en lo político como lo económico y social. Dentro de la defensa del respeto al derecho elemental de los pueblos a decidir su destino, siguen estando plenamente
vigentes aportes reconocidos al derecho internacional generados en nuestros países (doctrinas Calvo, Juárez, Drago y Estrada) fundamentos para la incorporación del principio de no intervención establecido en la Carta de las
Naciones Unidas.

En el presente siglo XXI nuestras naciones deben seguir afrontando el enorme desafío de avanzar en la unidad y la integración regional. No solamente se ha observado un ciclo de gobiernos progresistas con avances limitados, sino que también se han desarrollado posiciones diferenciadas entre estas experiencias y gobiernos conservadores-neoliberales que no solo rechazan, sino hasta avalan e impulsan en forma patética una subordinación dependiente.

En un nuevo ciclo durante la década actual, de creciente polarización geopolítica mundial, Estados Unidos incentiva disputas intrarregionales que, de no contemplarse alternativas, pueden derivar en una peligrosa fractura regional.
Con el nuevo gobierno de Donald Trump se han sumado imposiciones unilaterales (ideológicas, comerciales, migratorias) contra los gobiernos progresistas de México, Brasil, Colombia, entre otros.

En lo inmediato, lo más grave es la amenaza de intervención militar directa contra Venezuela para imponer un gobierno afín. Huele a petróleo.

Los gobiernos que aceptan la subordinación aspiran al apoyo por parte del gobierno de Estados Unidos, suponiendo que, de tal forma, serán privilegiados, aunque su soberanía sea usurpada y sus pueblos maltratados. En la obsecuencia puede comprenderse la radicalidad política extrema de gobiernos como los de Bolsonaro en Brasil, Milei en Argentina, Noboa en Ecuador, Bukele en El Salvador. La acción norteamericana viene perturbando nocivamente la perspectiva regional con decisiones basadas en “América First” (Estados Unidos Primero).

Los barcos de guerra norteamericanos en el Mar Caribe y en las costas de Venezuela son una provocación extremadamente amenazadora no solamente contra la soberanía de Venezuela, sino contra la soberanía de a todos los países de ALC.

Entendemos por ello imprescindible el más amplio apoyo unitario hacia Venezuela contra las acciones intervencionistas abiertas o clandestinas. Debe rechazarse asimismo la continuidad de las sanciones y bloqueos estranguladores contra los pueblos como los que sufren Cuba, desde hace más de 50 años y Venezuela desde hace una década.

Es preciso denunciar las pervertidas acusaciones contra Venezuela por “colusión con el narcotráfico”, cuando la proliferación y el negocio de la droga es central y permitido justamente por la amplia distribución sin freno en Estados Unidos el mayor país consumidor.

Es evidente que para el gobierno de Donald Trump no hay derecho internacional, ni tratados, ni instituciones internacionales y regionales que tenga o deba respetar. Su posición en esta coyuntura histórica es abiertamente provocadora y amenazadora. Es imprescindible que nuestros países se posicionen unitariamente. Con tal
perspectiva debe destacarse la declaración unitaria por parte de 21 de los 33 países para mantener a América Latina y el Caribe “como tierra de paz” ante la amenaza guerrera (3).

Hay que parar el belicismo patoteril. No es posible ser indiferentes.

Notas

1 Texas (1845): 695.000 km². Cesión por Guadalupe Hidalgo (1848): ~2.000.000 km². Compra de La Mesilla (1853-54): 76.800 km².

2  https://www-newyorker-com.translate.goog/magazine/2025/06/23/why-donald-trump-is-obsessed-with-williammckinley?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=tc

3 Adhirieron al documento surgido partir de la iniciativa de la presidencia “pro-tempore” de la CELAC (Colombia Antiguay Barbuda, Barbados, Bélica, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Uruguay y Venezuela. No lo hicieron Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guyana, Jamaica, Paraguay, Perú y Trinidad Tobago