Deuda, fuga y colapso en Argentina: se aceleran los tiempos

48
El plan de negocios del capital financiero de Manhattan, con BlackRock y Vanguard en la dirección, era devaluar nuestra moneda violentamente, provocando una fuerte caída de los ingresos en pesos para después frenar el precio de las divisas. De esa manera, ingresaron capitales financieros al país para beneficiarse con una tasa de interés y/o de ajuste por inflación mayor que el cronograma cambiario, lo que les dejó una renta en moneda dura de no menos del 80% en el año 2024.
Detalle de “Alegoría del mal gobierno”, Ambrogio y Pietro Lorenzetti, siglo XIV.

Primero con un esquema del 2% mensual y después del 1%. Cuando el 11 de abril de 2025 colapsó, tras vender 6.300 millones de dólares de las reservas internacionales del BCRA, se acordó con el FMI una banda de flotación que, para ese mes, era de un piso de 1.000 pesos y un techo de 1.400, y a posteriori se ajustaba hacia arriba y hacia abajo en el orden del 1% mensual.

A su vez, decidieron levantar las restricciones para la compra de dólares a las personas físicas (levantar el cepo cambiario) y ampliaron el crédito con el FMI en 20.000 millones de dólares, de los cuales ingresaron a la fecha 14.000 millones y conforman las reservas internacionales brutas del BCRA.

El capital financiero de Manhattan puso al equipo económico que lideró el plan para generar la renta financiera y ahora para que esa renta se convierta en dólares y fugarlos.

El problema es que creyeron que el desgaste del gobierno de Javier Milei no iba a ser tan fuerte, y en la primera elección determinante, que fue la del domingo 7 de septiembre de 2025 en la provincia de Buenos Aires (aproximadamente el 35% del padrón electoral), derraparon. Con ello, los tiempos se aceleraron. Ahora que aumentaron la deuda pública en 83.555 millones de dólares, el rol que le cabe al equipo dirigido por Luis Caputo es el mismo que tuvo cuando fue presidente del BCRA en junio de 2018. En ese momento, ingresaba el primer tramo, por un total de 15.000 millones de dólares, del préstamo del FMI, que vendió a precio oficial a sus patrones, violando expresamente el estatuto del Fondo, que prohíbe que se emplee para operaciones cambiarias. Igual que ahora, se utilizó con el pretexto de mantener el tipo de cambio, para que no impactara en los precios internos (inflación).

Es más, sabiendo que iban a utilizar la ampliación de la deuda en fuga de capitales, el Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación (SPR) —cuya directora, Ceyla Pazarbasioglu, se excusó de firmar el acuerdo— advirtió en abril de 2025 sobre la capacidad de repago de nuestro país: “El margen de maniobra sigue siendo limitado, especialmente en el contexto de bajos niveles de reservas, elevadas obligaciones de servicio de la deuda cambiaria, un historial de volatilidad de los flujos de capital y un entorno externo más propenso a shocks”.

Vencimientos en dólares

La deuda en pesos —cuyo stock supera los 76,7 billones— se ajusta a una tasa en torno al 4% mensual. En la última licitación de la Secretaría de Finanzas de la Nación del miércoles 10 de septiembre de 2025, se emitieron pesos para pagar el cada vez mayor interés que la deuda devenga. Sin embargo, se terminan negociando y posponiendo los vencimientos con los brokers locales, principalmente los bancos y los agentes de liquidación y compensación de la Bolsa de Valores y Mercados.

El problema es la deuda en divisas de los acreedores del exterior y de los importadores. En lugar de dólares, les pagaron con BOPREAL (Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre), que es un título que se constituye en pesos, pero paga al vencimiento en divisas.

Los vencimientos de la deuda en divisas hasta enero de 2026 inclusive ascienden a 8.100 millones de dólares, de los cuales 3.800 corresponden a los pagos globales y bonares en enero de 2026; 3.100 millones, a organismos multilaterales, y 1.200 millones en Bopreal. Es obvio que no van a renovar la deuda con el sector privado y van a exigir su pago. El Tesoro de la Nación, que en las cuentas presentadas al 31 de julio 2025 tenía 1.540 millones de dólares para tal fin, hoy ya vendió gran parte de eso (tal vez queden unos 500 millones de dólares o menos, que es el 10% de esos vencimientos), de allí que pregonen que le van a pedir al Tesoro de los Estados Unidos la suma que les falte.

Pero eso es para enero de 2026; para todo ese año, la deuda que vence en divisas es por 19.400 millones de dólares, y hasta diciembre de 2027 (capital e intereses) vencen 14.800 millones de dólares más, conformando un total en esos dos años de 34.200 millones.

Es claro que en la época de bonanzas con superávit comercial y con blanqueo, no han logrado sumar reservas netas al BCRA. Es más, las reservas a mediados de septiembre 2025 son negativas en más de 8.600 millones de dólares.

Contabilizan como reservas brutas los yuanes de China por unos 13.000 millones y el encaje de los depósitos en dólares captado por los bancos al día 18 de septiembre de 2025 por 13.026 millones de dólares. También incluyen la ampliación del préstamo del FMI de 14.000 millones, los dos REPO (crédito con compromiso de recompra) por 2.000 millones y los créditos del BID-BIRF por 5.000 millones. Las reservas brutas del BCRA a esa fecha suman 39.259 millones.

Siempre supieron que iban a un default de la deuda, pero querían seguir generando renta financiera y aumentando la deuda pública y privada.

A los empresarios locales les prometieron que iban a invertir en la Argentina. No solo no lo hicieron, sino que incluso se retiraron de esas inversiones comprando un dólar barato.

Por ejemplo, Plus Petrol (familia Rey Rodriguez y familia Poli) compró la participación de Exxon Mobil en Vaca Muerta en 1.700 millones de dólares a fines de 2024 y la mayor parte la obtuvo con deuda que va a pagar con un dólar del que no se sabe cuál va a ser el precio final, tras la persistente y fuerte devaluación que comenzó a ejecutarse en la semana del 15 al 19 de septiembre.

De igual manera el grupo Clarín, que, con su socio David Martínez, se endeudó en 1.245 millones de dólares para que Telecom comprara Telefónicas Argentina (Movistar), y ahora debe pagarlo.

Según la Comisión Nacional de Valores, principalmente las empresas petroleras YPF, Pampa Energía, Tecpetrol, Compañía General de Combustible, Vista Oil & Gas (así se llamaba en el 2024), TGS, CAPEX-CAPSA (Familia Götz) y otras que no son precisamente petroleras, como IRSA, Cresud, Edenor, Gennei, Telecom, etc., colocaron en conjunto obligaciones negociables en dólares por 23.932 millones de dólares a julio de 2025.

Estas empresas locales que tienen sus políticos pagos y sus fundaciones, como la Mediterránea, pretenden, como hicieron en 1982 tras la derrota en Malvinas, pasarle su deuda al Estado nacional, mediante los seguros de cambio. Esto es, que ellos acuerden con el BCRA pagarlas en pesos (y acordar la tasa de interés) y que la Argentina aumente su deuda en divisas y acuerde con sus acreedores cómo lo paga.

Luis “Toto” Caputo

Han tratado de despegarse de Javier Milei y apoyan al engendro autodenominado “Provincias Unidas”, que eran seis gobernadores hace un mes y tal vez ahora sean cinco, y que llevarían a Juan Schiaretti (ex gobernador de Córdoba) como candidato a Presidente tras la segura derrota electoral de Javier Milei el 26 de octubre de 2025, el llamado a una Asamblea Legislativa para destituir al mandatario y el llamado a elecciones nacionales de quien asuma transitoriamente.

El capital financiero de Manhattan, que no tiene capacidad de mediar políticamente en la Argentina, al que Javier Milei ofreció sus serviles servicios y dejó que pusieran a todo el equipo comandado por Luis Caputo, va a resistir. Va a tratar de que continúe su capacidad predatoria de endeudamiento y fuga. Quieren seguir todo lo que puedan con la compra de dólares baratos. De allí que sea posible que se concrete el swap que le están pidiendo al Tesoro de los Estados Unidos para garantizar con esos dólares su compra y fuga.

De hecho, está demostrado que en los últimos tres días hábiles (17, 18 y 19 de septiembre de 2025), el BCRA vendió 1.110 millones de dólares. Los principales compradores fueron BlackRock Latin American Fund y el Banco Galicia, donde tiene participación accionaria BlackRock, que le hizo comprar el HSBC.

Para el pueblo argentino, lo que se espera es la cesación de pago, con un dólar “recontra alto”, una nueva estampida de precios y una mayor pobreza e indigencia generalizada. El límite, paradójicamente, es no dejarles a los empresarios locales que traspasen su deuda al Estado nacional (todos nosotros); de esa manera, ellos van a ser los primeros en tratar de frenar la devaluación de nuestra moneda porque, si no, quiebran.

Luis Caputo declaró el día jueves 18 en el stream Carajo que van a vender todos los dólares que hagan falta, dólares que son deuda del Estado argentino y/o encaje de los depósitos bancarios en dólares. Eso va a disparar la corrida bancaria, de donde van a retirar sus imposiciones. Cuando la corrida cambiaria se convierte en corrida bancaria, es difícil de frenar, más con un gobierno de salida. El único que pudo pararlo fue Domingo Cavallo en 1985 porque Carlos Menem ganó las elecciones presidenciales en abril de ese año.

La salida de la trampa

El camino lo realizó y ejecutó Néstor Kirchner; es cierto que el default y la cesación de pagos a los acreedores privados los había declarado a fines del año 2001 Adolfo Rodríguez Saa. Pero Kirchner lo continuó y, con lo que no se le pagó a los acreedores, se jubilaron quienes, teniendo la edad, no pudieron hacerlo por quedarse sin trabajo en el menemismo; se hizo obra pública y se aumentaron los salarios de los empleados estatales; se recreó el mercado interno; aumentaron los derechos de exportación (retenciones); se congelaron las tarifas de luz, gas, combustible, comunicaciones, etc.

El Foro Economía y Trabajo en diversos documentos publicados sostiene que se debe suspender todo pago de la deuda pública y auditarla integralmente. Que el principal objetivo del plan de un gobierno debe ser modificar la presente matriz distributiva que beneficia al capital especulativo y la renta de todo tipo, contra la producción y la distribución progresiva del ingreso, y ello se hace con los recursos generados por la economía argentina que se van en el pago de una deuda fraudulenta.

Además propone la inmediata recuperación del poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones, salario social complementario y asignaciones familiares, para mejorar las condiciones de vida y, en consecuencia, incentivar la demanda interna, base y punto de partida para reconstruir el país.

* Licenciado en Economía, profesor de Política Económica y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica. Analista senior asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).