La gentrificación, el problema que faltaba entre México y EEUU

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Gustavo Veiga

Sectores populares del Distrito Federal  de Mèxicosalieron a las calles a protestar por el alza de los alquileres que atribuyen a la especulación inmobiliaria y a los nómadas digitales. Hay otra movilización convocada para el 26 de julio en el DF. El chivo expiatorio son los turistas de EE.UU que empiezan a ser rechazados por habitantes de la capital mexicana con problemas de vivienda. 

La gentrificación es el fracaso del concepto de vivienda social. No es un proceso novedoso ni específico de determinada ciudad o país. Pero en la capital de México derivó en un serio conflicto que complica un poco más la relación bilateral con Estados Unidos. Sectores populares del Distrito Federal salieron a las calles a protestar por el alza de los alquileres que atribuyen a la especulación inmobiliaria y a los nómadas digitales. Encontraron en plataformas como Airbnb, controlada por un fondo de inversión neoyorquino, una de las causas de su problema.

El gobierno de Claudia Sheinbaum condenó los ataques a comercios de barrios acomodados del DF y las expresiones que consideró xenófobas (“Vuelve a tu pinche país, gringo”, decían algunas pancartas) durante una marcha que se realizó el 4 de julio. No hubo represión, solo la crítica oficial. Su postura contrasta con la cacería de inmigrantes en EE.UU que Donald Trump puso en marcha durante su segundo mandato. El presidente republicano se propuso deportar a un millón de personas en 2025 y reprimió las marchas de latinos que se oponen a su política de expulsión en ciudades como Los Ángeles. Hasta ahí envió a fuerzas federales.

La gestión de Sheinbaum tiene una posición más cautelosa con respecto a la población estadounidense en su territorio, que en porcentaje supera con holgura a la de mexicanos en EE.UU que representan el 23 % del total de inmigrantes. A 2020, el 65,80 por ciento de los extranjeros en México provenían de su vecino del norte. Hoy se estima que ya superan 1,5 millones de personas, de las cuales dos tercios viven en condición irregular.

Su mayor poder adquisitivo (cobran sus trabajos o pensiones en dólares y gastan en pesos) ha provocado la gentrificación que denunciaron grupos de inquilinos y militantes organizados en la marcha del Distrito Federal

Para el 26 de julio ya se convocó a una nueva movilización en la capital, pero que esta vez irá hasta la embajada de Estados Unidos. La consigna de una de las organizaciones que convoca, el Frente por la Vivienda Joven, señala: “Contra el despojo, la gentrificación, el imperialismo y el capital que nos expulsa de nuestros barrios y de nuestras vidas”. Otro colectivo de vecinos afectados, el Frente Anti Gentrificación CDMX difundió un comunicado en el cual declara:

QUÉ OPINAS DE LA GENTRIFICACIÓN? : r/Mazatlan“No estamos en contra de la migración, la cual es un derecho humano”, pero más adelante dice que “el Estado, instituciones y empresas tanto extranjeras como locales brindan un trato diferenciado a quienes cuentan con mayor poder adquisitivo, a quienes en realidad responden a un nuevo perfil de colonización”.

La gentrificación en el DF agravó los problemas estructurales de vivienda que ya existían, en una ciudad que sin contar el área metropolitana que la rodea tenía 9.209.944 habitantes a 2020. Esta situación, que desplaza a los habitantes originarios de las colonias (barrios) hacia la periferia, se ha dado en Condesa, Roma, Juárez, Chapultepec, Nuevo Polanco y otras zonas donde empresas como Airbnb fijan los precios de la vivienda.

La aplicación que domina el mercado, en una nota del 4 de junio de este año – un mes antes de la marcha – describió que “el problema de la vivienda en la Ciudad de México demanda soluciones de fondo y discusiones basadas en datos y evidencias. Se requiere una regulación no sustentada en prohibiciones, sino en el respeto de los derechos y la transparencia de las obligaciones”. Para la compañía, su volumen de casas o departamentos ofertadas en el DF asciende a 26.500 unidades. Según Airbnb esa cifra representa menos del uno por ciento de las 3 millones de propiedades que tiene la capital del país.

Detrás de la conocida empresa de servicios aparecen intermediarios que ofrecen viviendas como Blueground, también de capitales estadounidenses. Ambas pertenecen al fondo de inversión WestCap dirigido desde Nueva York por Lawrence Tosi, un ex CEO de Airbnb, según informó el diario mexicano La Jornada en un artículo del 9 de julio que define la causa del problema inmobiliario como “gentrificación selectiva”.

* Periodista argentino. Es docente por concurso de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la tecnicatura de Periodismo Deportivo en la Universidad de La Plata (UNLP). Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)