Ministro de Costa Rica visita megacárcel de El Salvador para replicar el modelo

(Xinhua/Alexander Peña)

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El ministro de Seguridad de Costa Rica, Gerald Campos, visitó este viernes el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la megacárcel de máxima seguridad de El Salvador, con el objetivo de analizar la implementación de un sistema similar en su país. Durante el recorrido por el penal ubicado en Tecoluca (sureste), Campos observó las condiciones estrictas del recinto, donde 15.000 presos —la mayoría acusados de pertenecer a pandillas como MS-13 y Barrio 18— permanecen en celdas de concreto con catres de acero sin colchones.

Acompañado por el director del Cecot, Belarmino García, el funcionario costarricense señaló que buscará adaptar “las buenas prácticas” del modelo para reformar su sistema penitenciario, destacando la necesidad de “cárceles nuevas acordes con el nivel de criminalidad actual”. La visita ocurre en un contexto de aumento de homicidios y narcotráfico en Costa Rica, país que históricamente se destacó como el más seguro de Centroamérica.

 

El Cecot, inaugurado en 2023 como parte de la “guerra contra las pandillas” del presidente Nayib Bukele, opera bajo un régimen de excepción que permite detenciones sin orden judicial. Más de 86.000 personas han sido arrestadas bajo esta medida, aunque 8.000 fueron liberadas por inocencia. Organismos de derechos humanos denuncian que aún hay detenidos injustamente.

Unos 1.000 agentes penitenciarios, 600 soldados y 250 policías, todos fuertemente armados, custodian el penal que el presidente Nayib Bukele inauguró el 31 de enero de 2023 como parte de su “guerra” contras las pandillas, que también es fuertemente criticada por organismos de derechos humanos. En las celdas de concreto con gruesos barrotes de acero, los reclusos duermen en catres sin colchón. El agua para beber la sacan de un barril de plástico.

Durante la visita, Campos no accedió al área donde están recluidos 238 venezolanos deportados por Estados Unidos en marzo, acusados sin pruebas de integrar la banda Tren de Aragua. Washington pagó $6 millones a El Salvador por servicios penitenciarios, según la Casa Blanca. Previamente, el 26 de marzo, la secretaria de Seguridad Interior estadounidense, Kristi Noem, advirtió en el Cecot a migrantes indocumentados sobre los riesgos de llegar a EE.UU., amenazando con deportarlos a esta prisión.

El gobierno de Bukele, aliado de la administración Trump para recibir deportados, ha rechazado las críticas. “Los hemos mandado al carajo”, declaró este viernes el ministro salvadoreño Gustavo Villatoro, en referencia a los defensores de derechos humanos.

Costa Rica, por su parte, enfrenta cuestionamientos tras deportar en febrero a 200 migrantes —principalmente asiáticos— enviados por Washington, encerrándolos en un albergue fronterizo con Panamá. El país, antes reconocido por su tradición humanitaria, ahora explora medidas más duras ante el deterioro de su seguridad.