Trump, los bienes raíces y la privatización de Palestina

Gustavo Veiga

El presidente de Estados Unidos representa el afán de lucro que no reconoce soberanías, límites jurídicos, tratados internacionales ni fronteras. No es solo inmobiliario el negocio que olfatea. En el 2000, Yasser Arafat anunció los primeros descubrimientos de gas a los que se llamó Gaza Marine. También pretende apropiarse de los recursos naturales que hay cerca de la costa palestina.

Sobre la tierra yerma de Gaza se desparrama una nueva amenaza con poder más coercitivo que las bombas arrojadas sobre ella. Es la privatización de Palestina, ya no su partición y sí su disolución definitiva como estado-nación. Donald Trump la anunció el 4 de febrero sin sonrojarse. Lo acompañaba a su lado el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.

El agente inmobiliario Trump. El país hecho botín que intentan repartirse sobre sus muertos Estados Unidos, Israel y las corporaciones como Chevron que ya explota sus recursos, ya había sido explorado por Jared Kushner, el yerno de Trump.

El presidente de Estados Unidos tiene planes para la Franja de 360 kilómetros cuadrados con vista al Mediterráneo. Magnate inmobiliario al fin de cuentas, representa el afán de lucro que no reconoce soberanías, límites jurídicos, tratados internacionales y mucho menos fronteras. Ya había dado señales de tramar algo semejante en el pasado reciente. Incluso no podría atribuírsele el copyright de la iniciativa en forma exclusiva. Curtis Yarvin, un producto reaccionario de la blogosfera, ideólogo de la extrema derecha cercano al vice de EEUU, James Vance, ya hablaba de una propuesta parecida. Consiste en vaciar el territorio y expulsar a sus habitantes. Un plan que comparte con colonos judíos que ocupan ilegalmente una gran porción de Cisjordania.

Los casi 47 mil palestinos asesinados, los daños causados a la infraestructura en Gaza, la demolición de 170 mil edificios y el desplazamiento del 95% de su población – según datos de Naciones Unidas -, es muy posible que estimularan a Trump y sus asesores a pensar que una parte de la tarea ya está hecha. “Nos haremos cargo y seremos responsables de desmantelar todas las peligrosas bombas sin explotar y otras armas que hay en el lugar, nivelar el sitio y deshacernos de los edificios destruidos”, prometió el presidente como si hablara en un coloquio sobre bienes raíces.

Que Gaza se transformara en un páramo fue posible porque el gobierno sionista de Netayanhu aplicó sobre el terreno la estrategia de tierra arrasada, tal como la definió el general israelí Gadi Eizenkot. Es el uso “de una fuerza desproporcionada” que no repara en daños civiles y toma su nombre de un barrio de Beirut devastado por la fuerza aérea de Tel Aviv durante el conflicto del Líbano en 2006.

Boicot a Chevron! | American Friends Service Committee  “Me temo que la similitud entre el plan del presidente Trump para Gaza y el mío contribuye a la extraña fantasía de que estoy dirigiendo el mundo en secreto. No, en realidad, no le he hablado a nadie importante sobre Gaza; y de todos modos, es una idea obvia” explicó Yarbin.

El 7 de febrero, en un pormenorizado informe de la publicación digital Le Grand Continent editada en Francia y titulado Gaza Inc.: la influencia oculta detrás del plan de Trump, se describe la lógica rentística del presidente de EEUU basada en la desaparición de la Franja tal como la conocíamos hasta ahora: “Estamos hablando de 360 kilómetros cuadrados de tierra en la costa mediterránea, libres de cualquier título, demolidos y desbrozados con un coste de unos diez mil millones de dólares. Este territorio se ha convertido en la primera ciudad con estatuto especial (charter city) respaldada por la legitimidad estadounidense: Gaza, Inc. Las siglas en las bolsas mundiales: GAZA”.

El sitio que produce informes interdisciplinarios para el Groupe d’études géopolitiques señala también que para Yarvin “no hay nada especialmente innovador o perturbador en ‘privatizar’ Gaza y vaciarla de los palestinos. Al contrario, sería simplemente una nueva realidad a la que tendríamos que empezar a acostumbrarnos”.

Estas ideas supremacistas, aportadas por teóricos reaccionarios que ven en Trump a un instrumento, proponen una reformulación de la cuestión palestina. No importa cuánto se viole el derecho internacional, las resoluciones de Naciones Unidas y la autodeterminación del masacrado pueblo de Gaza y Cisjordania. Solo busca la rentabilidad capitalista por los recursos que esconde la Franja en su plataforma submarina. No es solo inmobiliario el negocio que olfatean. En el 2000, Yasser Arafat anunció los primeros descubrimientos de gas a los que se llamó Gaza Marine.

Según la publicación española Ecologistas en Acción, en su revista del 1° de diciembre de 2023,Naciones Unidas ha realizado estimaciones de lo que ha dejado de percibir el pueblo palestino por los recursos que Israel le ha impedido disfrutar. Además del gas de Gaza, en los territorios ocupados de Cisjordania se encuentra un yacimiento de petróleo, Meged, que se estima que contiene reservas de unos 1.500 millones de barriles. A precios actuales su valor supera los 120.000 millones. El campo es explotado por Israel desde hace años, sin ningún tipo de compensación a Palestina, contraviniendo la legislación internacional puesto que el 80% se ubica en territorio palestino”.

Dozens protest Chevron over 'complicity' in genocide in Gaza El país hecho botín que intentan repartirse sobre sus muertos Estados Unidos, Israel y las corporaciones como Chevron que ya explotan sus recursos, ya había sido explorado por Jared Kushner, el yerno de Trump. Hace un año, en un acto en la Universidad de Harvard, cometió un sincericidio: “El frente marítimo de Gaza podría ser muy valioso si la gente se centrara en crear medios de vida. La situación es un poco lamentable, pero desde el punto de vista de Israel, yo haría todo lo posible por sacar a la gente y luego limpiar el territorio. Además, construiría algo en el Néguev e intentaría trasladar a la gente allí. Creo que es una opción mejor, para que podamos ir y terminar el trabajo”.

Le Grand Continent recuerda que el gobierno de Netanyahu en mayo del año pasado, hizo público “un plan para la creación de una ‘zona de libre comercio Gaza-Arish-Sderot’: un megaproyecto inmobiliario al estilo NEOM en Arabia Saudí —que el proyecto también preveía unir por ferrocarril— con el nombre en clave de Gaza2035. Cubrir el enclave de rascacielos y convertirlo en un centro tecnológico y energético apoyado por plataformas de extracción de petróleo en alta mar”.

Contra todas las normas del decoro diplomático, Trump, percibido a sí mismo como un conquistador en vísperas de pisar la tierra prometida, designó como encargado especial para Medio Oriente a Steve Witkoff. Un empresario multimillonario que hizo su fortuna en bienes raíces, amigo del presidente y compañero de golf en las canchas de Palm Beach, Florida. Es el especialista que podría poner en práctica el plan de relocalización palestina al que se opone la comunidad internacional.

* Periodista argentino. Es docente por concurso de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la tecnicatura de Periodismo Deportivo en la Universidad de La Plata (UNLP). Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)