De salida, Biden amenaza con la guerra nuclear: ¿Trump quiere negociar la paz?
Mirko C. Trudeau
El aún presidente estadounidense Joe Biden quiere terminar su mandato con un acontecimiento extraordinario que podría comprometer la estrategia rusa de su sucesor, Donald Trump, y desencadenar una respuesta de Moscú que entierre a mediano plazo cualquier salida pacífica a esa guerra.
La autorización a Ucrania para usar misiles de largo alcane contra territorio ruso puede sentenciar la suerte de Ucrania en la contienda y cerrar todas las salidas a su polémico presidente Volodímir Zelenski, quien fanfarroneó: “Ahora serán los misiles los que hablen por sí mismos. Y lo harán”.
Si bien es muy grave el desafío directo que lanza Biden a Moscú, ni Ucrania tiene los suficientes misiles de ese tipo como para cambiar el curso de la guerra, que hoy está ganando Rusia, ni se conoce aún el teatro bélico donde serán empleados. Pero Biden es conocido desde hace tiempo por su falta de disciplina y por su indecisión.
Para calmar los nervios de la retórica bélica nuclear, la Casa Blanca comentó a la revista Newsweek, en respuesta a las advertencias del expresidente ruso y hoy vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitry Medvedev, que EU “no planea equipar a Ucrania con armas” que, en realidad, significa un rotundo desmentido a las especulaciones o las habituales fake news del New York Times al respecto.
Tres escenarios
Tres escenarios posible aparecen en los análisis: el inicio de la Tercera Guerra Mundial Nuclear; autocontrol y aplomo de Rusia, y esperar a que Trump acceda al poder el 20 de enero. Pero, aunque es muy grave, además de complicar la futura política exterior de Donald Trump a apenas 50 días de que éste asuma su cargo, para Rusia significa una afrenta que muestra el alcance de la implicación de Occidente en la guerra que no puede quedar sin respuesta. Para Moscú este paso cambia la “naturaleza” de la guerra
Biden trata de acelerar la ayuda a Ucrania, la relación entre EE UU y Europa . En especial con Alemania- fue muy importante para Biden. El término de su presidencia también representa el final de una era.
Para la experta Michelle Egan, de la American University de Washington, se lo podría llamar el último presidente transatlántico. “Eso se debe a sus muchos años de trabajo con la OTAN, la Confwerencia de Seguridad de Munich y el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, a través de los cuales llegó a conocer a muchos jefes de Estado europeos antes de convertirse en presidente”.
También Biden también es visto como el último gran representante de las relaciones transatlánticas porque Alemania desempeñará en el futuro un papel menos importante en la política exterior estadounidense que anteriormente y ya no podrá confiar tanto como antes en EEUU. como defensor de la seguridad europea, afirma Peter Sparding.
“EEUU. dirige su atención hacia el Indo-Pacífico y también está respondiendo a China como un serio competidor. Así que hay una expectativa por parte de EE. UU. de que países como Alemania asuman más responsabilidades en Europa y sus alrededores”, añade
Biden nunca ha vacilado en su apoyo incondicional a Israel, que se refleja en la entrega de un impresionante arsenal militar. Para el analista Mirko Trudeau, esa posición tenía el riesgo de ahuyentar a una parte de su electorado, y Gaza podría convertirse en su Vietnam y hacerle perder las elecciones.
El canciller alemán Olaf Scholz. «Gracias a Biden, la cooperación transatlántica es estrecha, la OTAN es fuerte y Estados Unidos es un socio bueno y fiable para nosotros. Su decisión de no volver a presentarse merece un reconocimiento».
En su reunión con Trump, Biden subrayó la necesidad de que “durante y después de la transición, Ucrania quede en la posición más fuerte posible en el campo de batalla para que pueda estar en las mejores condiciones posibles en la mesa de negociación”, dijo el actual consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Pero según el primer ministro eslovaco, Robert Fico, “el objetivo claro (de la autorización de Biden) es malograr o retrasar las negociaciones de paz”. Fico calificó la decisión como un paso “militarista”.
Las prioridades de la política exterior de Trump serían implementar la Doctrina Monroe en el continente americano, el inicio de la guerra contra Irán y el asedio económico y militar a China, por lo que Trump estaría sopesando la necesidad de firmar un Acuerdo de Paz con Rusia, quedando de paso Europa como convidado de piedra. Trump nombró al Teniente General retirado Keith Kellog enviado especial para Ucrania y Rusia.
El Plan Kellog consistiría básicamente en «congelar los frentes en su actual posición y condicionar el suministro de armas a Kiev a cambio de forzar a Zelenski a negociar». Así, Trump podría arreglar la guerra en 24 horas mediante un acuerdo con Putin, pero Vlodomir Zelenski sigue empecinado en involucrar a la OTAN en una guerra abierta contra Rusia, y se convirtió para EEUU en un lastre del que conviene desprenderse.
Para Global Times, el ataque crea obstáculos al manejo de Trump del conflicto entre Rusia y Ucrania, e incrementa la dificultad de orquestar charlas de paz. “Un ataque de Ucrania con armas occidentales de largo alcance brinda a Rusia amplia justificación para atacar las armas y las líneas de abasto que Occidente provee a Ucrania”, señaló el medio chino.
Después de la reunión de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO) –cino estados de la ex Unión Soviética (Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán) en Astana, Putin comentó que Trump no se encuentra a salvo de otro intento de asesinato, ya que sus oponentes “son peores que los gángsteres y el crimen organizado, tras alabar los intentos de paz de Trump para finiquitar el contencioso entre Rusia y Ucrania.
Pero también se explayó sobre el poder del misil hipersónico Oreshnik, que tiene la misma capacidad de un arma nuclear sin serlo, ya que alcanza 4,000 grados Celsius, equivalentes a la temperatura solar , y comentó que su uso inminente será en represalia a los ataques del régimen de Kiev, provisto de misiles de largo alcance por EU/Gran Bretaña/Francia.
En sincronía con la más reciente advertencia de Putin, Rusia colocó en estado de alerta al misil balístico Intercontinental que transporta 10 ojivas nucleares, el más letal de la Vía Láctea, el Sarmat, bautizado por la OTAN como Satán II, susceptible de alcanzar cualquier punto de Estaos Unidos, señala Alfredo Jalife Rahme.
Llama la atención que el rotativo británico The Telegraph haya publicado que Zelensky, bajo fuerte presión de Trump –quien acaba de nombrar a su emisario especial para Ucrania: el ex general de 80 años de edad Keith Kellogg–, aceptaría la cesión de territorio con Rusia para finiquitar la guerra. Asimismo, The Economist, revista de los banqueros Rothschild, conjetura sobre “el menor mal acuerdo para Ucrania: cómo hacer un éxito de las charlas de paz con Vladimir Putin.
La agencia británico-estadounidense Reuters, conjetura que un ataque nuclear es improbable pese a las advertencias de Putin, según la evaluación de las “agencias de espionaje de Estados Unidos. Para el diario francés Le Monde, “el momento es crítico para ucranios y europeos atentos a decisiones cada vez menos legibles de EEUU.
La guerra en Ucrania puede cesar, pero proseguirá la guerra híbrida de Occidente, que ahora se ha transmutado al campo de batalla geofinanciero: EEUU propició fuertes devaluaciones de las divisas de dos miembros del BRICS: Brasil y Bolivia
*Politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)