La apuesta europea por biocombustibles podría seguir causando deforestación de la Amazonía
Ecologistas en Acción
Ecologistas en Acción lamenta que la soja no haya sido eliminada junto al aceite de palma por la orden ministerial, recientemente publicada, que regula los biocombustibles. Aunque la orden sí limitaría su uso, se podría estar permitiendo la entrada de aceite de soja para producir biodiésel a sabiendas de los impactos de estos cultivos en la deforestación, los derechos humanos y la inseguridad alimentaria. Impactos que sí están recogidos en la Directiva Europea contra la deforestación (EUDR). Para la organización ecologista es una buena noticia que la norma adelante la eliminación del biodiésel de aceite de palma a 2025 (la Comisión Europea ordenó su eliminación gradual para 2030). Pero el Gobierno español ha perdido una gran oportunidad para proteger la biodiversidad al no eliminar también la soja, como ya han hecho otros países como Bélgica y Francia.
El pasado 16 de julio se publicó la Orden TED/728/2024, por la que se desarrolla el mecanismo de fomento de biocarburantes y otros combustibles renovables con fines de transporte. En ella, el aceite de palma y sus derivados no podrán transformarse en biodiésel a partir de 2025. Una prohibición que ya recogió la Directiva Europea de Energías Renovables ordenando su eliminación gradual para 2030.
Para Ecologistas en Acción, se trata de una buena noticia que el Gobierno español haya decidido adelantar su eliminación cinco años, reconociendo los graves impactos de la trampa de considerar como renovables a los agrocombustibles mal llamados “bio”. Sin embargo, se ha perdido la oportunidad de frenar la deforestación al no incluir también la eliminación de la soja.
En un estudio encargado por la propia Comisión Europea, se demostró que los biocombustibles producidos a base de aceite de palma y de soja generan tres y dos veces más emisiones de gases de efecto invernadero que el diésel fósil, respectivamente. Por este motivo, en 2019 se catalogó el aceite de palma como materia prima de alto riesgo de cambio indirecto del uso de la tierra (ILUC por sus siglas en inglés) y la Comisión aprobó su eliminación. Sin embargo, la soja se quedó fuera y, por este motivo, la orden ministerial tampoco elimina la soja en 2025 junto a la palma.
Una oportunidad perdida de prevenir la deforestación
La evidencia científica que relaciona los cultivos masivos de soja con la deforestación de ecosistemas clave como la Amazonía o el Cerrado en Brasil es amplia. Tanto es así, que el mismo Gobierno está trabajando en la aplicación del Reglamento Europeo sobre deforestación (EUDR), el cual prohíbe expresamente la importación de soja de partidas que no hayan sido certificadas como libres de deforestación.
Según Ecologistas en Acción, desgraciadamente, el EUDR es insuficiente: entre las materias incluidas en el texto se encuentran la mayoría de los derivados y productos de la soja, pero no todos, como es el caso del aceite y los biocombustibles. A su vez, el borrador de la actualización del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) sí propone la eliminación de la soja.
Las importaciones de soja en Europa para producir biocombustibles aumentaron cinco veces de 2015 a 2022, según un estudio de Transport & Environment. Pese a que el Parlamento Europeo, varios Estados miembros de la UE, organizaciones de la sociedad civil y la comunidad científica han manifestado claramente su oposición a los biocombustibles de soja, la Comisión Europea continúa sin revisar el Acto Delegado que podría catalogarla como alto riesgo ILUC.
Marta Orihuel, portavoz de Ecologistas en Acción, ha declarado: “Son los Estados miembros quienes pueden y deben ponerle freno al biodiésel de soja, como han hecho ya Francia y Bélgica. Es una lástima que el Gobierno español no haya aprovechado la oportunidad para demostrar coherencia, corregir una laguna en la legislación europea y, con ello, blindar la entrada de soja procedente de deforestación”.
Silvia Fernández, también portavoz de la organización ecologista, ha añadido: “Ecologistas en Acción seguiremos reclamando, tanto a nivel estatal como europeo, que se prohíba que el biodiésel producido en España contenga ningún componente cuyo origen sea palma o soja. Hay que salvaguardar los bosques tropicales más biodiversos y contribuir así a la seguridad alimentaria de las comunidades locales”.