Una “gran coalición” en Francia para alejar el peligro de la ultraderecha
Maxime Doucrot
El último sondeo prevé que la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen. Encabezada por Jordan Bardella, lograría entre 210 y 240 escaños en la segunda vuelta electoral del domingo próximo, por lo que se quedaría lejos de la mayoría absoluta (289), pero puede acercarse si se alía con Los Republicanos (LR), afín a los lepenistas, que conseguiría entre 25 y 45 escaños.
El Nuevo Frente Popular, la opción de izquierdas, quedaría en segunda posición, con entre 170 y 200 diputados. Mientras, la actual mayoría del presidente Emmanuel Macron, con Gabriel Attal al frente, caerá a la tercera posición y obtendrá de 95 a 125 escaños. Por ahora son especulaciones que muy pronto pueden convertirse en realidad. Los asientos restantes en la Cámara serían para candidatos independientes o de pequeñas formaciones regionales.
Otros sondeos prevén resultados ligeramente peores para RN. OpinionWay apunta a que la ultraderecha conseguiría entre 205 y 230 diputados y los conservadores de 38 a 50. En cualquier caso, ambos estudios coinciden en la necesidad de unión de los conservadores y los de Le Pen para acercarse a la mayoría absoluta en las legislativas francesas.
Las fuerzas del presidente Emmanuel Macron y una coalición de amplia izquierda han retirado a más de 200 candidatos de la segunda vuelta del domingo en un esfuerzo conjunto por garantizar la derrota de la extrema derecha.
La líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, ha asegurado que está “muy confiada” en lograr todavía esa mayoría, ya que “los franceses han mostrado que quieren el cambio”. Su candidato a primer ministro, Jordan Bardella, prefirió apuntar a lo que considera falta de proyecto común de la “gran coalición” que se esboza en su contra. “El único proyecto y la única ambición que tienen todos mis adversarios en estas elecciones consiste en impedirme ganar”, dijo en una entrevista a Le Figaro.
Le Pen, que se espera que haga un cuarto intento de ganar el Elíseo en 2027, admitió que había tenido problemas con un puñado de candidatos de RN, uno de los cuales tuvo que retirarse después de una foto suya emergiera con un sombrero nazi Luftwaffe: “Hay declaraciones que han sido inadmisibles y conllevarán sanciones, también hay declaraciones que son simplemente torpes”, dijo.
El auge de la extrema derecha, cada vez más rodeada de polémicas, se está traduciendo más en racismo y xenofobia en las calles, aunque hasta ahora no se ha tenido que lamentar ninguna agresión grave. La campaña electoral francesa ha entrado en una nueva fase que enfrenta a dos bloques, la extrema derecha y los demás partidos, entre los que se perfila una difusa «gran coalición» todavía lejos de concretarse.
En las calles, mientras tanto, continúan las manifestaciones y concentraciones tras los resultados de la primera vuelta de los comicios. Según el ministro del Interior, Gérald Darmanin, se desplegarán un total de 30.000 policías durante el domingo, día de la segunda vuelta, para evitar posibles protestas violentas.
En los últimos días se hayan multiplicado los casos de agresiones físicas a miembros de partidos que hacían campaña. Hasta el grupo de la portavoz del actual gobierno, Prisca Thevenot, fue atacado mientras pegaba carteles el miércoles, mientras la diputada Virginie Lanlo, de la formación de Macron, sufrió una herida leve en un brazo.
Personajes de importancia como el futbolista Kylian Mbappé, estrella de la selección francesa de fútbol, pidió a los votantes movilizarse para “no dejar el país en manos de esta gente”, en referencia al partido de ultraderecha Agrupación Nacional, que logró el primer puesto en la primera vuelta con un 33,15% de los votos.
“Más que nunca debemos ir a votar. Hay una verdadera urgencia. No podemos dejar nuestro país en las manos de esa gente. Es realmente urgente. Creo que hemos visto los resultados, es catastrófico y realmente esperamos que vaya bien y que la gente se movilice”, destacó Mbappé.
Después de que más de 200 candidatos, sobre todo de la izquierda y del macronismo, se retiraran este martes de la segunda vuelta del domingo, para evitar la dispersión del voto y complicar una mayoría absoluta de la ultraderecha, las líneas del duelo aparecen más perfiladas, pero siguen siendo borrosas.
El sondeo de Harris Interactive cación asigna a RN entre 190 y 220 diputados, muy lejos de los 289 que marcan la mayoría en la Asamblea Nacional.El Nuevo Frente Popular (NFP) lograría 159-183 diputados de confirmarse el sondeo, mientras que el bloque macronista obtendría 110-136 y el conservador Los Republicanos de 30 a 50.
Tras las renuncias del martes, la segunda vuelta del domingo próximo se decidirá en 405 escaños que se disputarán entre dos candidatos (en la mayoría de casos, con un rival del RN frente a solo un rival). También habrá 89 escaños disputados por tres aspirantes y dos en los que luchen cuatro candidatos.
Los resultados de las elecciones europeas del 9 de junio no fueron inesperados, las proyecciones presagiaban ya lo que se venía. La ola ultra que colectivamente se había podido frenar en Europa, sin embargo en Francia se convirtió en tsunami.
El fracaso del macronismo como modelo político sostenido con un ingente narcisismo de su líder lleva arrastrando desde 2017 a la sociedad francesa al abismo ante la inoperancia e ineficacia de las fuerzas de izquierdas, que no entienden porqué la clase trabajadora no les hace caso. Pero su reacción –quizá tardía- surgió el Nuevo Frente Popular.
La polarización cada vez más obvia en Francia, puede llegar a complicar el resultado final de las legislativas que parece que van a depender, ya no tanto de la articulación de un frente republicano diseñado por las élites políticas, sino de la capacidad que éstas tengan para convencer a los “suyos” de que se movilicen para votar a opciones que no son la suya.
*Analista francesa, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)