Argentina: La bronca y la farsa de la epopeya
Claudio Della Croce |
Mayo es un mes cargado de aumentos que impactarán de lleno en el bolsillo de los trabajadores. En pleno avance del plan de desregularización de la economía que lleva adelante el mileinato, se anunciaron alzas en los alquileres, boleto de trenes en el área metroplitana de Buenos Aires y subterráneos, servicio de internet y telefonía celular, servicios que sumarán a la inflación, tras los aumentos en agua, electricidad y gas.
Que el gobierno trate de ignorar el clima extendido de bronca es un error, pero ello se entiende porque está comprometido con un modelo que expulsa a la mayoría. Su talón de Aquiles está en la clase media, en peligro de extinción. Lo cierto es que tanto el oficialismo como la oposición han naturalizado los linchamientos, la persecución y la violencia mediática a las que es afín el Mileinato.
Argentina vive la farsa de epopeya a lo que no es más que la entrega del país al capital trasnacional con todos sus habitantes adentro, y el empoderamiento de un presidente que no tiene legitimidad de gestión ni control sobre sí mismo. Sin el apoyo del expresidente neliberal Mauricio Macri y su Propuesta Republicana (PRO), Milei no duraba un mes, aventura Sandra Russo. Y no porque nadie conspirara. Milei conspira contra la Argentina.
El mileinato logró al menos media sanción de la Cámara de Diputados para su ley de Bases y su paquete fiscal, que ahora deberán pasar por el Senado, donde la cuesta es más empinada. No hay un solo artículo de la ley de Bases que beneficie a los trabajadores en vez de a los ricos, señala Horacio Verbitski, director de El Cohete a la Luna, quien habla de un proyecto Hood Robin
Fue explícito y significativo el consejo del ministro de Economía Luis Caputo ante empresarios: aprovechen el inesperado aguante social al ajuste, mientras en el Wall Street Journal Mary Anastasia O’Grady, señala que el ajuste tal como lo encara el gobierno ultraderechista es socialmente insostenible
El paquetazo
Ese paquete configura una Argentina más regresiva e injusta en el plano tributario y más desindustrializada y extranjerizada en su aparato productivo, a partir del régimen de Incentivos para Grandes Inversiones; el blanqueo fiscal, para quienes han escondido sus activos al fisco; la reducción a la insignificancia de lo que pagan las personas más ricas del país como impuesto a los bienes personales.
Mientras, se reduce el ingreso de los sectores medios con el impuesto a las ganancias de las personas físicas, maquillado con un nombre menos estridente; y se adelata la reforma al régimen de monotributo, que de ser aprobada también por el Senado, aumentaría los impuestos a sectores medios y medio bajos y empujaría a la informalidad a los sectores de bajos ingresos por la eliminación del monotributo social.
El laboralista Jorge Elizondo señala que la ley Bases premia a patrones incumplidores, blanquea a evasores y flexibiliza el trabajo. También detalla el insólito proyecto del radicalismo, que corrió por derecha al gobierno libertario y procuraba desfinanciar a los sindicatos de trabajadores estrangulando su recaudación y transformar la huelga de un derecho en un delito.
El salario perdió casi 57% de su valor
Tras el fracaso en la reunión con sindicalistas y empresarios, el Gobierno fijó que el salario mínimo, vital y móvil será a partir de mayo de 234 mil pesos (unos 234 dólares). En lo que va del mandato de Javier Milei, el salario tuvo un aumento del 50,2%, frente a una inflación del 107%. Las centrales sindicales habían exigido un salario mínimo de 400 mil pesos en mayo.
La Ley de Contrato de Trabajo, en su artículo 116, establece que el Salario Mínimo, Vital y Móvil «es la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión».
Derrumbe
La caída de la actividad durante los primeros meses de gobierno de Javier Milei, producto de la devaluación y la disparada inflacionaria, generaron un derrumbe en todos los rubros de importaciones, desde las de consumo masivo a las de bienes de capital.
El paquete fiscal y la ley ómnibus privatizadora y con reforma laboral, lleva el gen del modelo de país arrasado, con profunda desigualdad y casi sin clase media, señala Luis Bruschtein. Las medidas del gobierno achican a la clase media, que rápidamente está cayendo bajo la línea de pobreza.
La gran pregunta que se hacen el Fondo Monetario Internacional, la prensa mundial, Estados Unidos, más toda el séquito de entregadores seriales locales, es cuánta asfixia más soportarán los argentinos, que sobreviven en un país que, además de ser campeón de América y del mundo en fútbol, ocupa el primer puesto en el ranking regional del costo de la luz y la electricidad, el agua, el gas y el transporte para las familias.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos confirmó que las importaciones de bienes de capital bajaron un 15,4% interanual en el primer trimestre de 2024 medido en cantidades. Y las importaciones de bienes intermedios decrecieron un 10% en el mismo período, y las de bienes de consumo un 18,5%. Es decir, el derrumbe de la actividad no discriminó a ningún rubro.
También se registró una baja del 64,3% en la importación de combustibles y lubricantes. Aunque el consumo de combustible es un preciso indicador de la actividad, esta cifra tan abultada se da en contexto del mayor autoabastecimiento energético por la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner en julio pasado, en el gobierno anterior. De hecho, la exportación de combustibles creció un 18% interanual, según el informe.
El único rubro importador que creció fue el de automóviles con un aumento del 43% interanual en el trimestre, tras el fuerte parate que sufría este sector un año atrás. Evidentemente, este derrumbe importador tiene su correlato directo en los números de la actividad interna. La capacidad instalada de la industria se ubicó en un piso histórico del 54% en enero y del 57% en febrero, cayendo por debajo del 60% por tercer mes consecutivo tras un año por encima de esa cifra.
Los bienes de consumo (cayeron un 18,5%): el consumo masivo en supermercados y comercios de cercanía cayó un 5,1% interanual en el primer trimestre de 2024, en una tendencia que incluso fue profundizándose progresivamente para alcanzar un 7,5% en marzo. De este modo, la apertura de la importación de bienes de consumo masivo, puesta en marcha por el gobierno a mediados de marzo habilitando el giro de dólares a 30 días, no logró compensar la enorme baja en esta categoría.
El panorama es realmente desalentador, también para el gobierno, que tuvo dos malas noticias: que los productores de campo no están liquidando sus cosechas de soja y maíz y sus derivados (harina, aceite), y la gigantesca marcha del primero de mayo contra las políticas del Mileinato. El economista Horacio Rovelli habla de una nueva devaluación, dada la falta de dólares, ante la reticencia de los exportadores de cereales, lo que sería un golpe de muerte para la gestión del ministro de Economía, Luis Caputo.
*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)