Venezuela, en el complejo camino de las elecciones presidenciales

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A medida que se acerca el 28 de Julio, la fecha dispuesta para las elecciones presidenciales en Venezuela, el clima político se tensa. Hay crecientes indicios de que algunos sectores de la oposición elegirán, de nuevo, la fracasada vía insurreccional, o al menos quieren intentarlo. Qué rol juega el plano internacional. El enojo en Caracas con Petro y Lula. 

Marcos Salgado | 

A cuatro meses de las elecciones presidenciales en Venezuela, está sucediendo lo mismo que en procesos electorales anteriores: el clima político se enrarece, se pone denso, y las acechanzas se dibujan con más claridad en el horizonte.

Y esas acechanzas, también, son más o menos las mismas. Como ya sucedió en 2018 y en elecciones posteriores, hay un sector de la oposición que se prepara para llamar a no votar en unos comicios que, saben, van a perder.

Esa estrategia no está definida ni anunciada, aún. Pero todo indica que al menos la furibunda antichavista María Corina Machado irá por ese camino repetido. Cada vez más aislada dentro de la oposición, su victoria pírrica de las deslucidas primarias de 2018 se demostraron demasiado escuálidas en la vida real.

María Corina Machado, cada vez más sola. (Vente Venezuela)

El interrogante es entonces quiénes dentro de la oposición agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática la acompañarán al despeñadero, y quiénes optarán, ahora sí, por llamar a votar. Esa es, en principio, la vía elegida por Manuel Rosales, gobernador del Zulia y anotado en la compulsa a última hora.

La otra tarjeta electoral que la PUD puede utilizar el 28J es la de Mesa de la Unidad Democrática. También a última hora ese sello anotó candidato: Edmundo González. Un analista político y ex embajador de Venezuela en Argentina, entre 1992 y 1999. De bajo perfil y desconocido para las mayorías.

Según coinciden analistas y medios agrupados en la oposición, se trata de un candidato “cuida puesto”, que podría ser reemplazado por otro dirigente del sector más adelante. Aunque ya desde el gobierno voceros pusieron en duda esa posibilidad. Insisten en que un cambio sería en verdad un nueva postulación, que debería ser habilitada por el Consejo Nacional Electoral.

Por ahora, lo que sí está claro es que el experimento Corina Yoris fue una carta de María Corina Machado que el resto de la PUD no acompañó. Por el contrario, fue ese sector (y no el gobierno) el que creó las condiciones para las postulaciones de última hora. La ausencia absoluta de dirigentes distintos al maricorinismo puro en la rueda de prensa de MCM el lunes 26, tras el cierre de las postulaciones, dejó claro este punto.

Tensión creciente y playas repletas

Mientras tanto, a la espera de las definiciones de nombres, la tensión política no para de crecer. Es, hay que remarcarlo, tensión política y no social. Las playas repletas durante el feriado de Semana Santa hablan por si solas, y muestran que las mayorías no se pliegan a movidas insurreccionales ni temen que éstas puedan suceder.

En los últimos días el clima político se enrareció con varios hechos. Primero, la detención de dos personas armadas en la plaza Diego Ibarra, antes que el presidente Nicolás Maduro llegara al lugar para encabezar un acto masivo, tras formalizar su postulación como candidato ante el CNE. Uno de los detenidos, Jerry Ostos, fue funcionario público pero al menos desde el año pasado se mostraba en redes sociales apoyando activamente a María Corina Machado.

La fiscalía imputó a Ostos y al otro detenido por los delitos de asociación, magnicidio en grado de tentativa, instigación al odio y porte ilícito de arma de fuego en lugares prohibidos.

El ministro de Comunicación venezolano, Freddy Ñañez, afirmó que se trató de una “operación terrorista” que tiene su costado mediático. Señaló a medios adscriptos a la oposición como Alberto News y a la periodista (con pedido de captura de la fiscalía) Sebastiana Barráez.

Más operaciones

Después, ya durante la Semana Santa y también en redes sociales. Se conoció la denuncia del ex vicealmirante Mario Carratú Molina, activo antichavista desde Miami. El aseguró que que se lo intentó vincular a una operación para contactar “militares en Estados Unidos para organizar un movimiento libertario“.

Desde el gobierno venezolano se tomaron en serio el deslinde de Carratú Molina. El ministro de Defensa y jefe militar, Vladimir Padrino López, declaró en X que a medida que se acercan las elecciones “aumentarán los intentos violentos y fratricidas que tratan de enlutar la vida política del país”.

El canciller Yván Gil,  por su parte, también mostró en sus redes el posteo del ex militar en Miami, y escribió: “a confesión de partes, relevo de pruebas, el desespero de violentos y terroristas los empuja a confesar sus planes. No hacen falta explicaciones: ¡la ultraderecha venezolana no cree en democracia ni elecciones!”.

El plano internacional

Otro aspecto que no es novedoso es la irrupción de un costado internacional en la previa de una elección en Venezuela. Mucho más si se trata, como ahora, de una presidencial. Impulsada por una circunstancial mayoría de vocerías de derecha en el continente, se vuelve a instalar la matriz mediática del gobierno autoritario de Maduro que impide elecciones libres.

La novedad en todo caso es que dos gobiernos no alineados automáticamente con los Estados Unidos, Colombia y Brasil, han adherido a la movida. Primero fueron comunicados de las cancillerías en Bogotá y Brasilia, bastante parecidos, en donde se daba por cierta la versión de Machado y sus cercanos sobre la traba oficial para inscribir a Corina Yoris.

La respuesta de Caracas fue fuerte, acusando a los dos gobiernos de adherir a la estrategia del Departamento de Estado. Lula contestó en una conferencia de prensa que compartía con el presidente francés, Emmanuel Macrón, donde al querer precisar sobre los supuestos impedimentos a la oposición dejó claro que no conocía a fondo los detalles.

https://twitter.com/CMonteroOficial/status/1773450842105897125

Petro, en cambio, prefirió una respuesta en redes en tono más ideológico. “No hay izquierda cobarde, hay la probabilidad de, a través de profundizar la democracia, cambiar el mundo”, escribió. Y continuó: “La magia de Chávez fue proponer democracia y cambio del mundo. La revolución de hoy es: transformar el mundo, profundizando la democracia”.

Desde Caracas, el presidente de la Asamblea Nacional y jefe negociador del gobierno con la oposición, Jorge Rodríguez, mostró enseguida que el gobierno de Maduro no está dispuesto a dar marcha atrás en la polémica.

“¿Saben el presidente Petro, el presidente Lula, Mujica, etc, del plan insurreccional y magnicida aquí revelado por el vocero principal del fascismo en Miami?”, se preguntó Rodriguez en la red X, haciendo referencia a un posteo de un periodista fuertemente ligado a la estrategia insurreccional de la oposición. “Desconocimiento? Ignorancia? Miedo? No nos metemos en los asuntos de nadie. Métanse sus opiniones por donde les quepan”, concluyó.

La dureza del gobierno con sus ¿circunstanciales? aliados revela que en el Palacio de Miraflores no contemplan ninguna marcha atrás, ni negociación alguna. El panorama irá quedando más claro con el correr de las horas. Ante el panorama actual, esta semana que comienza será clave para definir la estrategia de la oposición.