México: defensa de la estatal Pemex, por una transición energética soberana
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador llamó a no escuchar el canto de las sirenas y seguir apostando por consolidar Petróleos Mexicanos (Pemex) como una empresa pública para beneficio y bienestar de la Nación.
Gerardo Villagrán del Corral |
En su discurso conmemorativo por los 86 años de la expropiación petrolera, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió sobre quienes propugnan el remate y desmantelamiento de la industria energética nacional para favorecer intereses privados y volver a sumir al país en la situación de dependencia energética en que lo colocaron los gobiernos neoliberales.
El mandatario mostró su satisfacción con los datos sobre la plena recuperación de Petróleos Mexicanos (Pemex) ofrecidos por su director general, Octavio Romero Oropeza, quien aseguró que para 2025, el primer año de gobierno de la siguiente administración, México tendrá autosuficiencia de combustible, es decir, que la totalidad de las gasolinas que se consumen serán producidas en territorio nacional.
Asimismo, López Obrador señaló que la fortaleza de Pemex puede aportar los recursos necesarios para financiar el cambio a energías alternativas o renovables, siempre pensando en no afectar la naturaleza y garantizar el bienestar de las nuevas generaciones.
Tras tres décadas de saqueos, endeudamiento, inviabilidad inducida y entrega al sector privado, el gobierno puso su esfuerzo en poner en pie a Pemex, con el que se revirtieron el enfoque realista, soberanista y con sentido social con que se visualiza la transición energética.
Decisión histórica
López Obrador recordó la decisión histórica tomada por el general Lázaro Cárdenas de nacionalizar el petróleo, con la que no sólo se recuperó este recurso natural para el país, sino que lo concibió como palanca de desarrollo. Y en alusión al proyecto de sus opositores en torno a la industria petrolera, convocó a dejar de lado el absurdo de exportar crudo e importar combustibles. Nada de cerrar o abandonar refinerías, dijo.
Ante las voces que insisten en privatizar el sector y dejar de priorizar el recurso con el argumento de la renovación de energías fósiles por las limpias, el mandatario señaló que el país debe calcular bien los tiempos de esa transición energética para no volver a caer en la dependencia del extranjero por dejar anticipadamente de invertir en la extracción de petróleo y en la producción de gasolinas y combustibles.
“Cuidado con los nuevos vendedores de cuentas de vidrio, con los que piensan que la riqueza de las naciones no depende de la producción y del trabajo, sino de la especulación financiera y de las bolsas de valores”, alertó el presidente.
Indicó que mientras no exista la certeza total de que se podrá sustituir el petróleo sin dificultades y en poco tiempo, México debe continuar con la estrategia adoptada en su mandato: no vender petróleo crudo, procesar toda la materia prima en el país y abastecer primero el mercado interno. “No a la dependencia”, insistió.
Un poco de historia
La falta de derechos y beneficios laborales para los trabajadores de la industria petrolera en México fue un problema recurrente durante muchos años. En 1937, los trabajadores decidieron tomar acción y llevar a cabo una gran huelga para demandar mejores condiciones de trabajo y derechos laborales.
A pesar de la valentía de los trabajadores, las empresas mantuvieron su postura inflexible, lo que llevó al presidente Cárdenas, en su compromiso con los derechos de los trabajadores, apoyar la creación del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y el 18 de marzo del año 1938 decretó la expropiación petrolera, una decisión que cambiaría el futuro de la industria petrolera del país, al poner ese recurso bajo control del Estado mexicano y garantizar la soberanía nacional.
La decisión histórica del general Lázaro Cárdenas, hace 86 años, permitió a México utilizar el petróleo como una herramienta de desarrollo y progreso.
Transición
López Obrador remarcó que la transición energética tomará tiempo, por lo que recomendó seguir potencializando Pemex a fin que se alcance la autosuficiencia energética y, con las utilidades generadas, crear un fondo que en un futuro se aplique en la reconversión a las energías limpias.
Y recordó las palabras del general Cárdenas según las cuales quien entrega los recursos naturales de México a extranjeros es traidor a la patria, ideario bajo el cual, dijo, ha basado su propia posición en torno a esta industria.
Pemex calcula que la demanda de hidrocarburos llegará a su máximo en 2035, lo cual confirma la necesidad de recuperar el sector y rechazar presiones corporativas que recurren a pretextos ambientalistas para forzar desembolsos multimillonarios de los estados en los productos y tecnologías que comercializan.
Según la Agencia Internacional de la Energía, la demanda global de combustibles fósiles seguirá en aumento por lo menos hasta 2028, siempre que se mantengan las predicciones más optimistas de ventas de vehículos eléctricos, las cuales dan señales de estancamiento en varios mercados.
El rescate de la industria energética permitió a México enfrentar los choques externos derivados de la pandemia de covid sin incrementos en los precios de la electricidad y los combustibles, y se ensanchó de manera apreciable la soberanía en la materia. En especial, se destaca la reducción de la dependencia respecto a Estados Unidos.
Con la rectoría del Estado sobre sus recursos naturales e industria energética están puestas las bases para echar a andar una política cuidadosamente planificada que articule una transición hacia energías limpias de manera ordenada, sensata, viable, soberana y, ante todo, orientada al bienestar de las mayorías, señala un editorial del diario La Jornada.
*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)