Irán Cruza Nuevamente el Gran Charco
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, al frente de una nutrida delegación política, económica-empresarial y científica comenzó un periplo por tres países latinoamericanos.
Pablo Jofré Leal |
Raisi cruzará el Gran Charco (1) por primera vez desde su toma de posesión en agosto del año 2021, como continuación de una política de Estado ya consolidada.
Con este viaje del presidente iraní y el efectuado en el mes de febrero pasado por el canciller de la nación persa Hosein Amir Abdolahian, se consolidan los vínculos con esta parte del mundo que pugna por salir del influjo hegemónico de Estados Unidos. El eje principal de esta gira del mandatario persa es afianzar, entre otros, los lazos políticos con los tres países a visitar: Cuba, Nicaragua y Venezuela con quienes han estrechado puntos de coincidencia en el plano internacional, en temas tan fundamentales como el apoyo a Palestina, Siria, Yemen, Irak y su negativa a sumarse a políticas de sanciones contra Rusia por el conflicto que se desarrolla en Ucrania.
En el caso de Venezuela, las relaciones con Irán han tenido un desarrollo sostenido, convirtiéndolo en el país con más cercanía a la nación persa en el concierto latinoamericano. Hace un año ya el presidente venezolano, Nicolás Maduro Moro estuvo en Teherán donde suscribió una serie de acuerdos de cooperación en áreas de defensa, militar, energía, petróleo y gas entre otros. Un plan estratégico de cooperación por 20 años, aplicado en diferentes áreas que incluyen el energético, alimenticio, petroquímica, turismo, entre otros.
🔴 El presidente de Irán🇮🇷, Seyed Ebrahim Raisi, abandona este lunes Teherán, capital iraní, con destino a países latinoamericanos de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
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— NexoLatino (@Nexo_Latino) June 12, 2023
Este viaje del mandatario persa, es correspondiente con el valiente gesto solidario del gobierno iraní de enviar cinco supertanqueros de petróleo y repuestos para la industria energética venezolana, tras años de bloqueo e imposibilidad de acceder a suministros fundamentales.
Efectivamente, en mayo del año 2020 en un hecho histórico y sorteando todo tipo de dificultades, incluyendo las amenazas de Estados Unidos, el Fortune, el primero de lo cinco buques ingreso a aguas venezolanas el 24 de mayo de aquel año generando con ello un hito de enorme relevancia internacional.
Irán acudió en apoyo de un país amigo, socio en momentos de dificultad, tal como lo haría con Líbano y como lo ha hecho por Irak, Yemen y Palestina. Irán y algunos países latinoamericanos – con los viajes de autoridades de alto nivel como el caso del presidente Raisi – concretan la creación de puentes de dialogo y proyectos concretos. El continuar y enriquecer lo que años anteriores ya se ha forjado, tanto en lo político, económico, energético, cultura, industrial, investigación y tecnología reflejan que se avanza por caminos de reciprocidad, que se funda en intereses y objetivos comunes con enorme visión estratégica.
Con el envió de los supertanques, la República Islámica mostró su impronta de alcance mundial, dando un paso cualitativo en su decisión de defender sus intereses mucho más allá de las fronteras marítimas marcadas por el Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz o cualquier otro hito geográfico. El viaje del Fortune, Petunia, Forest, el Buque Faxon y el clavel mostró con contundencia – incluso ante las amenazas del Pirata estadounidense Donald Trump en ese momento – que la visión estratégica de Irán trasciende en mucho las ideas y planteamientos estadounidenses o de cualquier otro que piensa que puede detener las ideas y prácticas multilaterales de Irán. Washington, en mi entender no se imaginó nunca que sus agresiones, intervenciones y sus conflictos en general en Asia Occidental, le iban a explotar aquí mismo en nuestro continente, en sus barbas filibusteras.
La decisión de ampliar sus vínculos en el plano exterior por parte de Irán, permite observar con claridad, que existe un estudio geopolítico serio y profundo de la situación por parte de los gobiernos de la Revolución islámica, que en forma audaz y consciente de sus capacidades ha salido de la zona del Golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y alrededores con respuestas desde el mundo político, económico, diplomático, pero también militar.
Respuestas que hoy consolidan su presencia en parte importante del mundo. Latinoamérica es un paso importante. Y, prueba de lo señalado es el viaje de entrenamiento y presencia de la armada iraní por los mares del mundo como lo ejemplificó el periplo transoceánico de la 86.ª flotilla de barcos, compuesta por el destructor de fabricación nacional Dena, y el buque base avanzado Makran. Estos, zarparon de la ciudad portuaria de Bandar Abás, en el sur de Irán, en septiembre del año 2022 y que regresó a territorio persa el pasado 23 de mayo, después de una travesía por los océanos Índico, Pacífico y Atlántico que recibió el beneplácito transversal del mundo político y militar iraní.
Irán está en Latinoamérica con todo el derecho y la libertad que le cabe a un país soberano que puede acercar posiciones, establecer convenios, acuerdos y tratados con quien desee llegar a esa relación. Esto, duela o no le duela a los que se creen dueños del mundo o siguen creyendo que Latinoamérica representa la extensión traerá de su casa. Un patio que hace mucho tiempo dejó de ser parte de la casa Blanca y que busca a través de gobiernos soberanos, con políticos de visión amplia como era Hugo Chávez frías de Venezuela y hoy Nicolás Maduro. El ex presidente Rafael Correa de Ecuador, el Brasil de Lula antaño y el de hoy. La Bolivia de Evo Morales. Nicaragua, Cuba y ojalá ello se extienda para bien de nuestros pueblos, para ampliar el arco de relaciones, de abrirse a un mundo que salga de la unipolaridad que tanto daño nos ha hecho, que perjudica nuestras economías y nuestra independencia como países.
La visita de Raisi, así como de cada uno de aquellos altos funcionarios de cancillería y ex mandatarios persas son un bálsamo y un aliciente, una bocanada de aire fresco, frente a la contaminación de un Washington que asfixia. Y, en ese contexto los tres países latinoamericanos que son parte del recorrido del presidente Raisi comparten junto a la República Islámica de Irán una vivencia común de constante resistencia a la hegemonía estadounidense, desde el momento mismo del nacimiento de sus respectivas revoluciones.
Sometidos a una política de máxima presión y que se han sumado, junto a la República Popular China y la federación rusa a la conformación de un nuevo orden mundial basado en normas de respeto a la autodeterminación de los pueblos, una visión multilateral y, sobre todo, el poner fin a hegemonías belicistas y totalitarias que se presentan bajo prismas de democracias modélicas, sociedades supuestamente referenciales. Ideas falaces, pues a lo largo de la historia, esas sociedades y sus gobiernos occidentales han sido responsable de intervenciones, agresiones, golpes de estado, desestabilización y con ello la muerte de millones de seres humanos, la fragmentación de países y un desbalance del poder global.
En trabajos anteriores, donde he tratado el concepto de multilateralidad – vinculado a Irán, pero también a Rusia y China – como eje de la nueva política mundial de soberanía y dignidad, representa en el viaje del presidente Raisi a Latinoamérica una línea claramente visible. El trabajo en nuestro continente y en especial en los países visitados como Cuba, Nicaragua y Venezuela, en su relación con Irán es romper con los lazos de supremacía estadounidense, que desde una visión histórica “hunde sus raíces desde el momento mismo de nuestras independencias formales bajo la doctrina Monroe” y que necesitamos y debemos debilitar y hasta eliminar esa influencia, nefasta para nuestros pueblos, tanto en su política exterior, como también en política interior: intromisión en los asuntos internos de los países, dependencia económica, tecnológica y militar y, sobre todo, una política de presiones, que frente a conductas de independencia tiene como respuesta sanciones, bloqueos, embargos, acciones de desestabilización y hasta golpes de estado si lo anterior no es suficiente.
La República Islámica de Irán tras 44 años de revolución ha ido consolidando una presencia que trasciende el ámbito regional, que extiende sus vínculos por el conjunto de Asia y hoy ese objetivo es también Latinoamérica. Irán está en su legítimo derecho de ampliar ese abanico de relaciones y disputar palmo a palmo su derecho a salir del enclaustramiento, que los poderes hegemónicos le han querido imponer. Su presencia en América Latina es aire nuevo, necesario, sostén de proyectos de conseguir nuestra definitiva independencia “aquella por la cual hemos muerto más de una vez” como señaló premonitoriamente el fallecido líder cubano Fidel Castro Ruz en la Segunda Declaración de La Habana.
El viaje del mandatario iraní ya ha despertado la maquinaria manipuladora y desinformativa de esta parte del mundo, encabezada por cadenas como CNN que critica la visita, los objetivos que persigue y consigna opiniones de los clásicos ultrarreaccionarios, que llaman a impedir cualquier “intromisión” en áreas que se consideran de interés nacional estadounidenses. Ello en el marco de las vergonzosas y criminales declaraciones del ex presidente Donald Trump, que en un mitin en Carolina del Norte explicitó que su estrategia de apoyar a un títere como Juan Guaidó en Venezuela, llevar adelante una guerra híbrida, robar sus activos financieros entre otras medidas estaba destinado a usurpar sus riquezas naturales “Cuando me fui – afirmó el procesado ex presidente estadounidense – Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos habríamos apoderado de ella y habríamos conseguido todo ese petróleo. Pero ahora se lo compramos a Venezuela…”. A confesión de parte relevo de pruebas sostienen los abogados.
El viaje de Raisi y de todo aquel que se opone a estas políticas intervencionistas, que busca diálogo, cooperación, acuerdos, alianzas estratégicas es nuestro camino y ante ello bienvenido todo aquel que viene con esa ruta, como es lo que vislumbramos de países como la República Islámica de Irán, Rusia y China y que además de sumar a Cuba, Nicaragua, Venezuela, tiene a Brasil y su gobierno con Lula da Silva a la cabeza como eje fundamental, para impulso a este acercamiento que está dando curso a este nuevo eje geoestratégico de carácter soberanista y multilateral. Con esa perspectiva, bienvenido se ale presidente de Irán y que cruce este país el Gran Charco las veces que sea necesario.
(1) Esta expresión significa atravesar el océano, especialmente el Atlántico. El origen es cuando en el siglo XIX se produjo la gran ola de inmigración a América, al océano Atlántico se le llamaba charco como forma de autoconvencerse de que no estaban tan lejos de su hogar de nacimiento.