Barbies

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Luis Britto García

El problema de la cultura es saber si existe un hombre real o una mujer real y cuántas Barbies nos han impuesto o hemos nosotros inventado o nos complacemos en representar. Le propongo a transnacionales de la juguetería el lanzamiento de  la Barbie marginal, la Barbie excluida, la Barbie indocumentada, la Barbie violencia doméstica, la Barbie espalda mojada, la Barbie desahuciada, la BarVIH,  la Barbie maquila.

Y el desfile no terminaría, pues usualmente las Barbies son fabricadas en el Tercer Mundo por VIHs, desahuciadas, espaldas mojadas, excluidas, víctimas de violencia doméstica, indocumentadas, marginadas, maquiladoras. Inútil proponerles el lanzamiento de la Barbie real, enteramente como una mujer de verdad incluso en el tamaño, pues ya hay tantas Barbies que parecen reales o mujeres falsas que parecen Barbies que la confusión aumentaría sin remedio.

Año nuevo, vida nueva

Reunimos al fin valor para cambiar de identidad cada cumpleaños. Un año basta para experimentar todas las posibilidades de un modo de vida, y el día 366 es de una reiteración insoportable. Hay problemas legales pero con la confusión de la burocracia se pueden forjar documentos y destruir o fabricar archivos. La razón de que las autoridades nunca nos atrapen es que su verdadero problema es seguir el rastro y legalizar a quienes cambian de identidad política cada día.

Formas de perder el tiempo

No es nada fácil perder el tiempo de manera perfecta. Hasta durmiendo se reponen fuerzas mientras trabaja el inconsciente. Ninguna víctima de un amor contrariado preferiría no estar enamorada. Los crucigramas nos hacen aprender la décima quinta letra del alfabeto griego. La vagancia alienta a desarrollar filosofías y demás construcciones inútiles. Durante milenios se creyó que la mejor manera de perder el tiempo era el arte. El trabajo del creador es soñar. El único tiempo verdaderamente perdido fue el de Dios al crear el mundo, que es el nombre secreto del tiempo.

Impuntuales

Ya sabemos la razón de que haya impuntuales por adelanto o por atraso. Hasta ahora creíamos en la democracia del tiempo, que era igual para todos, pero resulta que para algunos corre más lento y para otros más rápido. Hay personas que llegan retrasadas una hora o un día y otras que se aparecen adelantadas un año. Cada día muchas se van quedando en el pasado y con ellas es que se hace la Historia. No tendríamos futuro de no ser por los atorados que con su premura ya están en él. Cada quien nace predestinado para una época y al poco tiempo retrocede o se adelanta hasta ella. Lo único que no tiene habitantes es el presente, que se va tan rápido. Es sólo lugar de paso de atrasados o adelantados.

Misión cuerpo

De repente desarrollan el método para leer los cuerpos y ya no es necesario escribir más libros. Cada organismo lleva escrita su historia capítulo por capítulo, cada ceño fruncido es un párrafo y cada mueca un índice y  la manera de caminar una literatura que define la concepción del mundo a pesar de que intente disfrazarla la mala encuadernación de las vestiduras. Felices nosotros que no sabemos qué nos quiere decir cada callo o cada cana. Analfabetos de nosotros mismos nos atrevemos a decir cosas sobre los demás y sobre el mundo. A medida que  vayamos siendo legibles  dejaremos las calles para acabar en bibliotecas, los inmensos anaqueles de carne clasificados alfabéticamente, esperando apaciblemente tener el valor de leernos nosotros mismos.

Pronto

Pronto la mitad de un país está inventando requisitos y la otra mitad tratando de cumplirlos a pesar de que cada vez que los cumplen hay que renovarlos o ha sido inventado un nuevo requisito. Pronto la mitad de un país está prometiendo cosas y la otra mitad esperando a que les cumplan. Pronto la mitad de un país predica que el pasado es el futuro y la otra mitad confunde el futuro con el pasado. Pronto la mitad de un país no sabe dónde ir y la otra mitad trata de convencerlo de que no hay dónde. Pronto un país es la mitad de un país y esa mitad la mitad de la mitad de la mitad.

Ideas

Yo no soy hombre de ideas sino de ocurrencias. Lo que distingue a la ocurrencia de la idea es su fugacidad. Las ocurrencias desaparecen con más velocidad que las ideas si no se las momifica con el formol de la tinta. Tengo una grieta en el entendimiento por la cual las unas y las otras escapan apenas concebidas, para no volver más que en forma de plagio de algún aprovechado que jamás tuvo las otras ni las unas. Ayer  noche estuve a punto de detener una fuga de ideas pero me arrollaron para correr cada cual por su cuenta. En vano tratar de recuperarlas, porque desde que se van no tengo la menor idea de cómo eran.

 

Encuesta

Se hizo la gran encuesta de percepción de inseguridad ciudadana ante la invasión de los extraterrestres y desde entonces vivimos aterrorizados porque quién más quién menos todos conocemos alguien que  ha visto un platillo volador y eso nos sitúa en el mayor nivel mundial de contactos próximos del Tercer Tipo.

Violencia en Venezuela: Récord de violencia en Venezuela, con 28.000  asesinatos en un año | EL MUNDOUna encuesta de ese tipo es muy buena porque desde que también los homicidios se cuentan a través de encuestas de percepción, todo es cuestión de opinión o percepción subjetiva. Ahora se plantea elegir a las autoridades por encuesta de opinión, lo cual sería muy bueno porque ni gobierno ni oposición necesitan contar cuántos platillos u homicidios o votos hay en realidad y mucho menos presentar uno de verdad verdad no vaya uno a tirárselos por la cabeza.

 

La realidad

La gran fábrica lanza los juguetes que no desconectan al niño de la realidad, sino que lo preparan para la vida. No más fusiles que disparan corchos o pelotas de ping pong, en su lugar puedes elegir entre las balas dum dum o las de uranio empobrecido. No más estilizados cazas o drones que no producen más que ruido: ahora vienen disponibles los que asestan bombas de termita o se fragmentan en nubes de  cuchillas cortantes.

Barquitos o submarinos vienen con cabezas nucleares; hay mascotas que contaminan virus mortales. Sólo que es preferible no dejar al niño jugar dentro de casa: el único capaz de soportar tanta realidad es el vecindario.