Brasil y China reforzarán cooperación y colaboración en temas bilateral y global, dice Lula

(Xinhua/Gao Feng)
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó en entrevista exclusiva con Xinhua su ilusión de tener un diálogo “muy productivo” con China y profundizar los estrechos vínculos existentes entre los dos países a nivel tanto bilateral como global.

“Tras cuatro años de aislamiento, Brasil vuelve a la escena internacional y quiere reanudar el diálogo con el mundo. Estoy seguro de que tendremos un diálogo muy productivo con China, con quien compartimos muchos puntos de vista”, aseveró el mandatario brasileño poco antes de su partida hacia China.

Se trata del primer viaje del líder brasileño fuera del hemisferio occidental desde que asumiera el cargo el 1 de enero, y la tercera visita oficial a China como presidente luego de las realizadas en 2004 y 2009.

Acompañado de una nutrida delegación de ministros, parlamentarios y empresarios, Lula arribó el miércoles a Shangai, donde asistió el jueves a la ceremonia de asunción de Dilma Rousseff como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS, que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Después de este compromiso, el gobernante brasileño y su comitiva viajarán a Beijing, donde serán recibidos el viernes por los líderes chinos.

Lula subrayó en la entrevista por escrito que, desde su primer mandato (2003-2007), los vínculos entre los dos países crecieron a dimensiones que pocos imaginaban, tanto en el plano económico como político, destacando la convergencia de visión entre las partes.

“Cuando visité Pekín por primera vez, pocos analistas imaginaban que la asociación chino-brasileña adquiriría la relevancia que tiene hoy. Desde entonces, nuestro comercio se ha multiplicado por 16 y China se ha convertido en el principal socio comercial de Brasil. Más allá de las relaciones económicas, nuestra relación se ha profundizado políticamente, al reforzar nuestra coordinación en instancias como los BRICS”, señaló.

Sobre las relaciones económicas entre China y Brasil, consideró que existe aún un amplio campo de expansión, al tener en cuenta que China ha sido el mayor socio comercial de Brasil durante 14 años consecutivos, y el volumen de comercio bilateral superó los 140.000 millones de dólares en 2022.

“El valor de nuestras exportaciones a China es superior a la suma de nuestras exportaciones a Estados Unidos y a la Unión Europea. Brasil suministra insumos estratégicos que son fundamentales para el crecimiento económico de China y para la seguridad alimentaria de la población china. China es un gran motor para la agroindustria brasileña”, dijo.

Lula detalló que le gustaría que China también fuera un gran motor para la reindustrialización de Brasil, de forma sostenible y con una matriz energética limpia y socialmente justa, a través de mayores ventas de productos manufacturados brasileños.

“Hay espacio para iniciativas conjuntas en biocombustibles e hidrógeno verde, por ejemplo. También queremos redoblar esfuerzos en ciencia, tecnología e innovación, desarrollando aplicaciones prácticas a partir de las fronteras del conocimiento científico”, expuso.

Además, destacó que muchas de las inversiones chinas en Brasil tienen un perfil semejante a aquellas de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y resaltó que existe un amplio margen para expandir esas inversiones.

“Muchas de las inversiones chinas existentes en Brasil tienen un perfil similar a las promovidas en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. El Gobierno brasileño viene promoviendo un programa de asociación e inversión destinado a mejorar las infraestructuras del país, con una amplia cartera de proyectos en áreas como puertos y aeropuertos, carreteras, ferrocarriles y energía”, dijo.

Resaltó que “existe un amplio margen para la expansión de las inversiones chinas en estas áreas, preferiblemente en asociación con empresas brasileñas. Las inversiones chinas son aún muy tímidas en relación al nivel que podrían alcanzar. Si en comercio ya conquistamos marcas sin precedentes, en inversiones aún tenemos mucho por construir”.

El líder brasileño dijo que la experiencia de China en el combate a la pobreza “sirve de inspiración” a todos los países en desarrollo.

“China es el país que más personas ha sacado de la pobreza en toda la historia. Cientos de millones de personas en los últimos 40 años. Es algo extraordinario y sirve de inspiración para todos los países en desarrollo. El país es un ejemplo impresionante de desarrollo que ha beneficiado en este proceso a varios socios comerciales del mundo, entre ellos Brasil”, afirmó.

Señaló además que la “modernización al estilo chino” ha mostrado que cada país debe seguir su propio modelo de desarrollo.

“Creo que el éxito del camino chino hacia la modernización demuestra que no existe una receta única para el desarrollo y que las buenas soluciones pueden estar en todas partes, no sólo en Occidente. Cada país debe seguir su propio camino, de acuerdo con sus retos históricos y sus potencialidades”, acotó.

Según Lula, Brasil se ha comprometido a crear una “vía brasileña a la modernización” que pueda combinar el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y las desigualdades sociales, la sostenibilidad de los extraordinarios recursos naturales y la eliminación del racismo y la discriminación racial que provienen del pasado colonial.

“Queremos crecer con justicia social, sostenibilidad medioambiental y respeto de la democracia y los derechos humanos”, ahondó.

El mandatario brasileño consideró también que China puede tener un rol muy positivo para la integración regional de América Latina, en especial en materia de infraestructura.

“La integración de América Latina y el Caribe, y especialmente de América del Sur, es una gran prioridad para nosotros. Pero no hay integración regional posible si no hay carreteras, ferrocarriles, líneas de transmisión, telecomunicaciones y conexiones aéreas y marítimas que unan a nuestros países”, sostuvo el gobernante.

Para Lula, “una integración efectiva necesita una base material. China puede desempeñar un papel muy positivo en la integración de las infraestructuras de la región”.

Según el líder brasileño, China y Brasil deben reforzar la cooperación y la colaboración en las áreas más importantes para la sociedad global, como la defensa de la paz y el multilateralismo, el combate al hambre y la pobreza, y la lucha contra el cambio climático.

“Estas cuestiones, promover el desarrollo, reforzar el multilateralismo y mantener la paz, siguen siendo más relevantes que nunca. Es importante que Brasil y China sigan sumando sus voces a estas cuestiones. A ellos añadiría, hoy, la lucha contra el cambio climático”, señaló.

Sobre este último punto, el presidente brasileño anotó que “se trata de una amenaza concreta que afectará especialmente a las poblaciones más vulnerables y podría hacer retroceder nuestros esfuerzos para erradicar la pobreza y el hambre”.

En su entender, “Brasil y China pueden predicar con el ejemplo, avanzando en la transición hacia una economía baja en carbono. Brasil tiene una matriz energética limpia, que puede ser ampliada e integrada con inversiones chinas”, agregó.

Lula destacó también el papel del grupo BRICS para un orden internacional más democrático e inclusivo.

“No hay que subestimar la importancia global de los BRICS. Juntos, tenemos un PIB (medido por paridad de poder adquisitivo) y una población mayores que la suma de los países del G7”, sostuvo.

El mandatario subrayó que “es importante mantener la identidad y la coherencia de la agrupación, lo que significa apoyar el multilateralismo, promover un papel más significativo de los países en desarrollo en el sistema internacional y trabajar por reformas en las instituciones globales para hacerlas más democráticas y representativas, incluso en el Consejo de Seguridad de la ONU”.

El líder brasileño sugirió reforzar la cooperación entre China y Brasil en los mecanismos de gobernanza mundial, haciendo énfasis en los temas que más interesan a las sociedades, como la lucha contra el hambre y la pobreza.

“Cada foro tiene sus particularidades y requiere una estrategia específica. Pero la Agenda 2030 sigue siendo una buena guía para orientar nuestras acciones en estos diferentes foros. Es exhaustiva y aborda de forma articulada las tres dimensiones, económica, social y medioambiental, del desarrollo sostenible, traduciendo un ideal de sostenibilidad con inclusión y prosperidad para todos”, dijo.

Propuso una mayor concertación entre los dos países en organismos internacionales, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“Podríamos coordinarnos más con organizaciones como la OIT, la UNESCO y la FAO para promover iniciativas de cooperación trilateral”, propuso.

Lula también recordó que Brasil y China valoran la lucha contra el hambre, puntualizando que “es un tema que me interesa mucho. Me gustaría mucho lanzar una gran iniciativa de lucha contra el hambre centrada en África, con el apoyo de China y de la FAO”.