Donald Trump, de presidente a caso criminal 71543-23
Mirko C. Trudeau |
El expresidente estadounidense Donald Trump compareció en la Corte criminal, sufrió un breve arresto, se declaró no culpable de los 34 cargos que se le imputan, y ya está libre: todo fue un show de mal gusto. Además de ser exmandatario, ahora es el caso criminal 71543-23.
Trump llegó este martes al tribunal en Nueva York para comparecer ante los cargos en su contra por un soborno a una actriz de cine porno, en la primera imputación penal a un expresidente estadounidense en la historia. Antes de que se efectuara la lectura de cargos, había sido puesto bajo arresto y en custodia policial, mientras .
Los 34 cargos son todos delitos graves, por falsificación de documentos de negocio para ocultar y emplear de manera ilícita diversos pagos. En la declaración oficial de hechos en apoyo de la acusación, los fiscales afirman que Trump repetidamente y de manera fraudulenta falsificó documentos empresariales en Nueva York para ocultar la conducta criminal que ocultó información dañina del público votante durante la elección de 2016.
Todo el proceso ante el juez duró aproximadamente una hora, se estableció un calendario preliminar para proceder hacia un juicio, el cual, si se realiza, sería el próximo año. La siguiente cita en el proceso judicial incluye intercambios de argumentos en agosto, y posiblemente una solicitud para cambiar de tribunal a otro distrito y otra para anular todos los cargos.
Lo dicho por Stormy Daniels, la estrella porno, cuando primero se anunció la acusación contra el expresidente el jueves pasado, se ha vuelto una de las consignas de los opositores del magnate: En referencia a la famosa grabación de Trump donde le comenta a un periodista del programa Access Hollywood que cuando uno es famoso puede agarrarle el coño a cualquier mujer, Daniels declaró: este coño te ha agarrado de vuelta.
Frente y alrededor del tribunal, brotó una especie de entre circo y carnaval que comenzó desde la mañana, cuando decenas de simpatizantes trumpistas compitieron contra manifestantes antitrumpistas por la atención de un mar mucho mayor de periodistas y turistas, todo rodeado por policías. Los dos bandos fueron separados por vallas, y se gritaban obscenidades y consignas de un lado al otro. Un triste y decadente espectáculo.
El expresidente se entregó a la Fiscalía de Manhattan para que le lean los más de 30 cargos por los que ha sido imputado en relación con el pago a la actriz Stormy Daniels para que no difundiera su relación sexual. Pasó primero por la sede de la Fiscalía, en una operación que incluye la toma de huellas dactilares y la fotografía de frente y de perfil, antes de comparecer ante el juez.
De regreso a su mansión y club Mar-a-Lago, en Florida, Trump declaró que no hay nada en los cargos que se le imputan: El criminal real es el fiscal distrital; él debería ser enjuiciado. Tengo a un juez que odia a Trump, con una esposa que odia a Trump, cuya hija trabajó para (la vicepresidenta) Kamala Harris, dijo. También denunció los otros casos legales pendientes en su contra en Georgia, Nueva York, y a nivel federal.
El 30 de marzo, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump fue acusado por un gran jurado de Manhattan sobre la base de los cargos presentados contra él por el fiscal del distrito de Manhattan Alvin Bragg. Estos cargos están relacionados con el dinero que Trump supuestamente pagó a la actriz porno Stormy Daniels para encubrir una aventura cuando Trump era candidato a la presidencia. Este dinero podría constituir una donación ilegal a la campaña de Trump.
Aunque los presidentes estadounidenses en ejercicio son legalmente inmunes a las acusaciones, los ex presidentes no lo son; sin embargo, nunca se ha acusado de un delito a un ex presidente estadounidense. Los dirigentes estadounidenses han cometido muchos delitos, pero durante más de 200 años los presidentes han estado básicamente por encima de la ley. Esto acaba de cambiar.
Sin embargo, es notable que de todos los muchos actos delictivos de Trump, sea esta infracción relativamente menor la que podría llevarlo a prisión. Además, Trump puede continuar su campaña presidencial incluso desde la cárcel. Uno de los abogados de Trump, Todd Blanche, afirmó: hoy es un día muy triste para este país y, repitiendo el guion que Trump ha empleado, acusó que el fiscal distrital ha convertido un asunto completamente político en una persecución política.
A lo largo del día continuó el circo afuera del tribunal, con antitrumpsitas coreando: encarcélenlo, encarcélenlo, mientras del otro lado se quejaban de que Trump era víctima de una cacería de brujas, pero pronto descendían a insultos antigays, o acusando a sus contrincantes de ser comunistas.
Algunos mensajes eran muy sencillos: Fuck Trump, se leía en unas banderas, mientras del otro lado era Fuck Biden. Una persona sin techo quería que todos se fueran de mi patio (el parque), cuando de pronto apareció un predicador que declaraba que tanto Trump como sus opositores necesitan a Jesús.
Nunca antes había llegado un acusado a un tribunal escoltado por agentes del Servicio Secreto. Adentro no hizo comentarios, y su expresión se mantuvo sin revelar nada. El juez Merchan advirtió a Trump y a los abogados que evitaran hacer declaraciones que probablemente incitaran a la violencia o disturbios civiles o tener un comportamiento que ponga en peligro el imperio de la ley. El fiscal y el juez han recibido unas 50 amenazas de simpatizantes de Trump consideradas serias por la policía.
Antecedentes
Un informe de People Dispatch , recuerda que Trump incitó a un motín el 6 de enero de 2021, cuando afirmó que las elecciones de 2020, que perdió frente a Joe Biden, le habían sido «robadas» y enfureció a una multitud de sus partidarios que procedieron a llevar a cabo un ataque mortal contra el edificio del Capitolio. Aunque algunos insurrectos sin poder político enfrentaron algunas consecuencias legales por sus acciones, los artífices más poderosos del motín, como Trump, nunca rindieron cuentas.
Trump, durante su mandato, supervisó numerosas operaciones que violan directamente el derecho internacional y la Carta de la ONU, como el asesinato del general iraní Qasem Soleimani, el intento de invasión de Venezuela, el respaldo al golpe de ultraderecha en Bolivia, la declaración de Jerusalén como capital de Israel, la escalada de sanciones contra países como Cuba y Venezuela, y el aplastamiento de las aspiraciones de los pueblos de Palestina, el Sáhara Occidental y Yemen.
También supervisó una vasta redistribución de la riqueza hacia los ya ultrarricos a través de los recortes fiscales de 2017 para los ricos, que costaron a la nación al menos mil 500 millones de dólares. Se trata de fondos públicos que se podría argumentar que fueron efectivamente robados al pueblo de EEUU, la mayoría de los cuales tiene dificultades para pagar los gastos semanales de supervivencia.
Su tardía respuesta a la pandemia, en la que socavó los esfuerzos de su propio gobierno para contener el virus, convirtió a Estados Unidos en el líder mundial en muertes por Covid-19, un título que la nación sigue ostentando.
Esta lista no hace más que arañar la superficie de los crímenes de Trump contra los trabajadores y los pobres de todo el mundo. Por ellos, no se enfrenta a ninguna amenaza de arresto. Aunque los expresidentes estadounidenses ya no están de facto por encima de la ley que rige el resto del país, la pregunta sigue siendo si Trump está siendo realmente llevado ante la justicia, señala People Dispatch.
*Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)