El largo camino de la oposición venezolana hacia una elección primaria
Marcos Salgado |
Un sector de la oposición venezolana anunció que realizará una primaria, una elección interna el 22 octubre de este año 2023, para tener candidato para las elecciones presidenciales del 2024.
El oficialismo, el Partido Socialista Unido de Venezuela, ya tiene candidato: es el presidente Nicolás Maduro, para un tercer mandato consecutivo. Maduro lleva casi diez años en el gobierno, y en un nuevo mandato superaría al propio comandante Chávez, quien gobernó desde 1999 hasta 2013.
Pero si para el chavismo el panorama de la elección de 2024 está claro, con Maduro en la puja para revalidar credenciales; para la oposición no lo está, para nada. Luego del fracaso de la estrategia de la Casa Blanca de Donald Trump de ahogar al gobierno venezolano y desconocer al presidente Maduro poniendo un presidente encargado, fueron los mismos opositores los que desbancaron a Juan Guaidó, y hoy se encaminan hacia una elección primaria.
Un proceso muy complicado, porque no hay liderazgos firmes, no hay candidatos que se recorten como favoritos, y como vienen de fracaso en fracaso tampoco conmueven a los suyos.
Y además como han faltado a varios turnos electorales es difícil medirlos, como sí se puede hacer con otro sector de la oposición, que sí participó en la última presidencial y que tiene representación en la Asamblea Nacional. Un actor del que la prensa internacional y muchos analistas no hablan.
A pesar que el cronograma para estas primarias ya está corriendo, y no falta tanto en términos políticos hasta octubre, lo que asoma por ahora son las diferencias. Hay precandidatos que quieren que el Consejo Nacional Electoral preste la asistencia técnica necesaria para que la elección se haga en los centros electorales habituales, otros que se niegan y no quieren ninguna participación del poder electoral.
Mientras tanto, ya aparecen algunas operaciones mediáticas para imponer la matriz de los candidatos supuestamente independientes que podrían surgir de esta elección. Hay encuestas que hablan de María Corina Machado, una furibunda antichavista que se mantuvo más o menos al margen de la estrategia Guaidó y hablan hasta de un humorista, Benjamin Rausseo, muy conocido popularmente como “Er Conde del Guácharo”, quien acumula una carrera política más bien discreta.
Pero cuando se hurga un poco en este supuesto fenómeno de los independientes, se ven manos interesadas, organizaciones no gubernamentales ligadas a encuestadoras de reciente aparición, ligadas a algunas universidades privadas, y así. Un análisis detallado de este fenómeno puede consultarse aquí.
Desde el partido de gobierno algunos dirigentes aseguran que no habrá elección primaria de la oposición, que se dividirán antes. Y es posible, al menos por lo que han mostrado hasta ahora, es difícil pensar en una oposición que resigne posiciones de grupo en pos de lograr un candidato que pueda enfrentar con cierta chance al favorito, a Nicolás Maduro.
Para eso tienen que lograr repolarizar a los suyos, algo bastante difícil cuando se anda de fracaso en fracaso.
Washington en su laberinto
Hasta ahora, Washington, que había impuesto cuatro años atrás a Juan Guaidó como “presidente interino”, no solo lo despidió a fin de año, sino que el 6 de febrero decidió asumir la “custodia temporal” de las sedes diplomáticas de Venezuela en su territorio, sin inclinarse –por ahora- por ninguno de los precandidatos opositores, que esperan su apoyo y financiamiento.
Cabe recordar que el 15 de mayo de 2019 agentes policiales ingresaron por la fuerza a las instalaciones de la embajada de Venezuela en Washington, e hicieron entrega de la sede a un grupo político opositor dirigido por Juan Guaidó. Ahora, con esta nueva decisión pudiera comenzar un proceso de normalización de las relaciones de los dos países, rotas desde enero de 2019.
Los cambios en el discurso de Washington se explican porque la administración de Joe Biden decidió recalibrar la política hacia Venezuela, al considerar que la estrategia iniciada durante la administración de Donald Trump no había logrado sus objetivos.
Ahora EEUU está explorando procedimientos distintos, planifica de una manera menos cortoplacista y reconoce que no hay posibilidades inmediatas para un golpe. Pero aún no tiene candidato para oponerse a Maduro. Obviamente, también toma en cuenta la situación global, la guerra en Ucrania y sus necesidades de petróleo y gas.
*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTV en Venezuela, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)