Argentina: los narcos vienen marchando
Juan Guahán
Hay dos grandes preocupaciones de la sociedad argentina que da la impresión que se están arraigando en la conciencia colectiva. Inflación e inseguridad están a la cabeza de esas preocupaciones.
En materia de inflación, la política económica que dirige el ministro de Economía Sergio Massa está llegando a su punto crítico. Si bien cuenta con el aval de los principales referentes del poder económico y también con la simpatía del Fondo Monetario Internacional, las cosas resultan muy complicadas para salir del barrial en el que está metido.
Obviamente, el tema de la inflación no solo es la cuestión obligada que está presente en la mayoría de las conversaciones, sino que es motivo de sufrimiento para la sufrida población que vive del salario, que todos los días se desvaloriza. La reciente inflación del 6% para el mes de enero, no hace más que confirmar estas complejidades.
Es sabido que una buena parte de los problemas de inseguridad, agrandados por el sistema mediático, tienen que ver con dos temas recurrentes: alguna vinculación con el narcotráfico o con los generalizados problemas económicos.
Respecto a esta última cuestión hay varias investigaciones que concluyen que el número de delitos crece en la última semana de cada mes. Se trata del período donde los escasos recursos, productos de alguna changa o la asistencia estatal, se van agotando.
Si bien es cierto que el delito no puede considerarse como un hijo de la pobreza, es difícil negar que las carencias de todo tipo y las estridentes desigualdades generan una cultura que permite naturalizarlo.
Un fenómeno distinto se da en el caso del narcotráfico. Particularmente cuando éste alcanza los niveles que hoy tiene en la ciudad de Rosario y que dicha situación tiende a expandirse hacia otras geografías.
En estos días llamó la atención la declaración del Presidente del Supremo Tribunal de la justicia santafesina quien sostuvo: “En Rosario se ha perdido el control del territorio”. Como el que lo dice está al frente de uno de los poderes estatales, la pregunta que surge como lógica es: Pues entonces, ¿quién gobierna en esa provincia?
Un adelanto de la respuesta supone dar cuenta del desmembramiento de nuestra sociedad y de los modosa través de los cuales ese tráfico está ocupando un lugar cada vez más decisorio en el conjunto del sistema estatal.
Hasta ahora éramos testigos que el Estado estaba –por lo menos -anestesiado. Con el paso del tiempo ese Estado anestesiado va perdiendo funciones a mano del poder económico, y esa tendencia ahora se profundiza con estos avances del narcotráfico que, por cierto, tiene fuerte vínculos con el sistema financiero.
Esta afirmación de la primera figura de la justicia santafesina pone blanco sobre negro esta realidad apabullante. Nada de esto es gratuito, por detrás hay muchas víctimas, familias destruidas y una devastación colectiva. Que no sea un adelanto de la disgregación en marcha.
Hasta ahora -para muchos- todo esto era simplemente una indicación que dentro del Estado algunos funcionarios jugaban a tener una ventanilla extra para mejorar sus ingresos.
Sería bueno que tengan presente que la cuestión ha cambiado y que la droga apunta a destruir valores y debilitar a las sociedades. Hasta cuándo se lo va a tolerar es una pregunta cuya respuesta nadie conoce.
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)