Uruguayos campeones…del lavado de activos
Nicolás Centurión
Uruguay, ese enclave en la esquina sur de Latinoamérica, que apenas supera los tres millones de habitantes, la Suiza de América, un país tranquilo, de ritmo cansino, donde todo “lo malo y lo bueno” llega tarde. Pero hoy se lo señala como nuevo mercado de la droga y cadáveres quemados o desmembrados por las mafias del narcotráfico .
Lo que podría ser un defecto, por estar rezagados con respecto a los demás países y lo que podría ser una virtud, porque podría alcanzar para anticiparse a fenómenos externos y aprender de errores ajenos; hoy parece que ser incautos es la característica que prima en Uruguay.
Lejos parecían Tijuana, Juarez, Jalisco, Medellín, Cali, San Pablo, Río de Janeiro. La violencia de las bandas de narcotraficantes, su pugna por territorio, la manera de matar para demostrar poder de mando y de imitación de los cárteles más peligrosos del continente, son noticias en el día a día de los noticieros uruguayos.
Sabemos todo o casi todo de los narcos, los apodos, los barrios donde hacen sede, pero poco sabemos de los escuderos de cuello blanco que crean empresas fantasmas, coimean funcionarios en la aduana, hacen la vista gorda y no preguntan de dónde viene la plata y diseñan una arquitectura financiera que hace del lavado del dinero, una ingeniería casi artesanal.
¡Mirá al paisito!
Este fin de semana se reportaron 42 homicidios aunque el Ministro del Interior Luis Alberto Heber haya declarado que fueron 31. Las diferencias entre las cifras de homicidio entre las oficiales y las que publica la prensa varían entre uno o dos. Pero 11, es un número más que llamativo.
Financial Times señala a Uruguay como nuevo mercado de la droga y habla de los “cadáveres quemados o desmembrados” del narcotráfico y agrega: “Detrás de esta alarmante expansión de delincuencia violenta hacia los países más pequeños y antes más pacíficos de América Latina se encuentra el creciente tráfico de cocaína. Los jefes de los cárteles, siempre deseosos de expandirse, están ideando nuevas rutas para llegar a nuevos mercados.”
Según señalan distintos medios tanto nacionales e internacionales más investigaciones académicas, Uruguay está integrado al esquema del narcotráfico internacional. En esta división del trabajo, Uruguay ostentaba el lugar de guarida fiscal, de lavado de activos, incluso de lugar de veraneo de grandes narcos que pasaban desapercibidos en las costas esteñas.
Según el sociólogo Gabriel Tenenbaum, autor del libro “Los protectores del capital. Las conexiones entre el tráfico de drogas mexicano y el lavado de dinero en Uruguay”, el país posee cinco características atractivas para el lavado de activos.
1 – Su sistema financiero consta secreto bancario; alta dolarización de la banca nacional; banca off-shore; flexibilidad de los cambios de divisas; casinos del Estado y municipales; zonas libres de impuestos; sociedades anónimas de inversión exentas de tributos;entre otros factores
2 – intermediarios expertos que, además de conocer la legislación, saben las artimañas necesarias, legales o ilegales, para lavar dinero, evadir impuestos, etc. Los protectores de capital están conformados por escribanos, abogados, contadores –profesiones tradicionales históricamente vinculadas a la clase dirigente–, propietarios de casas de cambio, constructores, etc.
3 – Características geográficas: rutas institucionales y alternativas, vía terrestre y fluvial, fácilmente transitables y conectadas con dos mercados importantes como Brasil y Argentina.
4 – Características espaciales: proximidad con las zonas productoras de materia prima para la elaboración de sustancias psicoactivas (la región Andina con la hoja de coca y Paraguay con el cannabis).
5 – Características de la seguridad: Fronteras fluviales y territoriales permeables; espacio aéreo con dificultades de vigilancia (radares, aviones de intercepción, etc.), etc.
Un país con industria muy liviana, agropecuario, exportador de materias primas y sin grandes recursos naturales que lo vuelvan atractivo para el mercado.
Desde la década del 70 y sobre todo con la dictadura (1973 – 1985) se impuso un modelo económico a sangre y fuego que lo erigió como plaza financiera del continente, reducto imprescindible para el lavado del dinero.
En los últimos años de la dictadura militar, con Gregorio Álvarez en la jefatura del régimen, se instauró el secreto bancario (secreto profesional) con el artículo 25 del Decreto-Ley 15.322 del 17 de setiembre de 1982, norma declarada Decreto-Ley en democracia por la Ley 15.738 del 13 de marzo de 1985.
Las SAFI (Sociedades Anónimas Financieras) fueron creadas en 1948, pero tuvieron su boom en la década del 90 bajo el gobierno de Luis Lacalle Herrera. Las SAFI son una entidad offshore registrada en el país para operar en el exterior con exoneración de tributos y bajo la intermediación de los protectores locales del capital. Las SAFI dejaron de existir en el año 2011, pero su derrotero en los 90 ya había dejado surco.
Ayudamemoria
En el año 2009, se enfrentaron en el programa televisivo “Código País” José Bayardi por el centroizquierdista Frente Amplio (FA) y Luis Alberto Heber, hoy ministro del Interior, por el Partido Nacional (PN), quien dejó una perla para la posteridad al afirmar que en Uruguay no se lavaba dinero en los 90, en respuesta a Bayardi que dejaba como dato que el primer caso de condena en Uruguay sobre lavado de dinero recién había sido en 2005 en concordancia con el primer gobierno del FA.
Pero repasemos algunos casos que “caaualmente” se le escaparon al ministro Heber. En 1989 fue detenido en Maldonado Raúl Vivas, operaba el Cambio Italia en la calle Gorlero de Punta del Este, frente al casino del Estado. Desde allí, y en triangulación con el cambio Dyana de Montevideo, lavó mil millones de dólares para el Cártel de Medellín de Pablo Escobar.
“El Cambio Dyana era propiedad de Ariadna SA, cuyo presidente era Angel María Gianola, dirigente herrerista y cuatro años después ministro del Interior en el gobierno de Luis Lacalle Herrera. El cambio Dyana fue cerrado por el Banco Central, pero al no existir ley antilavado nadie fue procesado.” concluye el periodista Carlos Peláez.
En 1992 cayó en Punta del Este Ramón Puente Patiño, contador del Cártel de Cali, liderado por los hermanos Rodríguez Orejuela. Los documentos que le encontraron vinculaban al gobierno de Carlos Menem con el tráfico de drogas.
En 1999 el jefe regional de la DEA, Abel Reynoso, dijo que a través de sociedades anónimas uruguayas e importantes estudios jurídicos -refirió al Estudio Posadas, Posadas & Vecino- se lavaba abundante dinero del narcotráfico.
Este estudio es uno de los señalados como “protectores del capital” según el sociólogo Gabriel Tenenbaum. El estudio asesoró a la trama Odebrecht para crear empresas, tanto en Panamá como Uruguay e Islas Vírgenes en un esquema de muñecas rusas, sociedades fantasmas que aparecían y desaparecían de la noche a la mañana.
La cabeza a cargo de este estudio es el ex Ministro de Economía en el gobierno de Luis Lacalle Herrera (1990-1995), Ignacio de Posadas, del Partido Nacional. Pero todo esto se le escapó a Heber en sus propias narices…como la avioneta con droga que se le fugó en la cara. El Ministro fue avisado por la DEA y en un acto más parecido al filme Locademia de Policías, Uruguay perdió la confianza de este organismo internacional cuando se le escapó la avioneta con 450 kgs de cocaína provenientes de Bolivia.
Otra perla del ministro Heber, es cuando en la interpelación en el Parlamento, donde él fue uno de los interpelados junto con el canciller Francisco Bustillo, inquirió de manera contundente “¿Qué tiene que ver la política y el narcotráfico?” y agregó (con el beneplácito de todo el arco político) que los partidos políticos no estaban financiados por el narcotráfico.
Esta afirmación es por lo menos ingenua o arriesgada, ya que la ley de financiación de partidos políticos (Ley N°18.485) no la cumplen los propios partidos políticos y la Corte Electoral que es el organismo encargado de sancionar, tiene penas que generan cosquillas, por no decir otra cosa. Los montos son similares a los de una infracción de tránsito por exceso de velocidad.
Barrer con todo
A pesar de que por un lado se construye la figura de un Uruguay ejemplar y por el otro somos una plaza de lavados importante en la trama del narcotráfico, han habido políticas de Estado tácitas que se mantuvieron desde el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti (1994-1999) del Partido Colorado, hasta el tercer mandato consecutivo del Frente Amplio (2014-2019) que fue la de mantener a la plana mayor de la policía, la brigada antinarcóticos y otras dependencias. Allí se consolidó un equipo de trabajo por más de 20 años.
Pues el gobierno de Luis Lacalle apenas asumió barrió con toda esta gente y por ende con todo el trabajo, la experiencia, los contactos y la confianza que habían cultivado por más de dos décadas. ¿El argumento? Sospecha de frenteamplismo.
En 2020 los reportes de operaciones sospechosas de lavado de activos disminuyeron frente al año 2019 y marcaron el menor nivel desde 2017. En 2020 fueron 694 reportes frente a 775 en 2019 y 782 en 2018. La cantidad de reportes de operaciones sospechosas marca una baja que comenzó en el año 2019 cuando se quebró la tendencia creciente en la cantidad de reportes registrados entre 2011 y 2018, señala el informe de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) del Banco Central del Uruguay (BCU),
Esto se puede atribuir como consecuencia de las disposiciones que introdujo la Ley de Urgente Consideración (LUC), aprobada en 2020.
Si a esto le sumamos que, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del 2020 Uruguay es el mayor consumidor de cocaína per cápita de Latinoamérica y uno de los mayores del mundo.
Estamos armando un coctel explosivo de lavado de activos, narcotráfico, señores de trajes importados en grandes bufetes de abogados, que luego ven en las noticias cómo se matan entra bandas criminales por territorio y se asustan por cómo está la inseguridad en el país. Luego sus correligionarios de los partidos conservadores pediran mano dura y mayor presencia policial en barrios periféricos y la rueda seguirá girando.
Si seguimos pensando a Uruguay como excepción y aislado del continente, el problema lejos está de solucionarse; y si se sigue alimentando a la misma maraña de poder con su manto de impunidad, más lejos aún está la resolución.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)