Agenda de acuerdos Washington-Caracas
Leopoldo Puchi |
El conflicto político venezolano, en sus dos dimensiones, la interna y la externa, ha venido experimentado modificaciones de importancia que se ponen de manifiesto de distintas maneras. Venezuela se ha vuelto de nuevo atractiva y la escasez del petróleo en los mercados ha hecho que se le comience a ver con nuevos ojos.
La delegación de la Unión Europea, hasta hace poco muy comprometida con una línea de asilamiento, dice ahora su nuevo representante, Rafael Dochao, que “la visión de la UE hacia Venezuela ha cambiado radicalmente”.
Por otra parte, Estados Unidos informa que retirará algunas sanciones económicas contra Venezuela, lo que permitirá a Chevron negociar con Pdvsa “los términos de posibles actividades futuras en Venezuela” y abre el camino para que las llamadas sanciones secundarias no sean aplicadas a la española Repsol o a la italiana ENI.
Panamá
Al mismo tiempo, una nota de AP reporta que “la facción opositora venezolana respaldada por Estados Unidos anunció sus planes de realizar unas elecciones primarias el próximo año para elegir un candidato presidencial para las elecciones previstas para 2024”.
La decisión fue tomada en una reunión celebrada en Panamá con la participación de James Story, representante de EEUU para Venezuela, en la que también fue designado Omar Barboza (UNT) como nuevo secretario general de la Plataforma Unitaria.
Entretanto, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y Gerardo Blyde, de la Plataforma Unitaria, informaban que habían sostenido una reunión de trabajo para el retorno del diálogo de México.
Dos hechos
¿Cómo interpretar estos movimientos en el tablero? Es muy probable que la explicación se encuentre en dos hechos que han tenido la suficiente fuerza para alterar el cuadro político que reinaba hasta hace poco tiempo: primero, el fracaso de la estrategia de derrocamiento adelantada por el equipo de Donald Trump durante 2017-2020; luego, el estallido de las acciones bélicas en Europa y la guerra económica que se ha desatado.
Ahora bien, la existencia de estas dos circunstancias no conduce de manera lineal al abandono de los objetivos que se ha planteado Washington en relación a Venezuela desde que fue declarada como una amenaza extraordinaria en 2015, es decir, la meta de reinsertar a Venezuela en la “esfera de influencia” estadounidense, asunto que está en la raíz de las tensiones y desencuentros entre los dos países.
Sin embargo, estas circunstancias sí han obligado a los equipos de Joe Biden a un rediseño de estrategias y a reprogramar para un plazo más largo la conquista de los objetivos propuestos.
Rediseño
El fracaso de la política de Trump trajo como consecuencia la dispersión y retirada de las fuerzas internas, sobre el terreno, y ha hecho improcedente continuar con la utilización del vector del poder dual. Ante esta realidad, se ha impuesto el repliegue en función de la recuperación de fuerzas, para lo que es indispensable la reincorporación a la vía electoral.
A esta política corresponde la sustitución paulatina del “gobierno interino” por la Plataforma Unitaria y de la figura de Juan Guaidó por la de Omar Barboza, en un diálogo Gobierno-Plataforma. En este marco, se ha pasado de los planes de derrocamiento a la organización de primarias para 2023 y participación electoral en 2024.
Rusia
El otro hecho que ha cambiado el cuadro del conflicto en Venezuela es la crisis energética derivada de la guerra en Europa y de las sanciones a Rusia. El mercado global necesita suministros y Venezuela dispone de petróleo y gas.
Esta necesidad de petróleo es la otra razón del rediseño de la política de Washington, que en este caso se refiere al vector de las sanciones. Para obtener el petróleo venezolano, o bien realiza una intervención militar o un plan de derrocamiento, lo que luce descartado, o bien llega a un acuerdo con Caracas. Después de todo, es verdad que Venezuela se separó del dispositivo geopolítico estadounidense, pero también es cierto que Venezuela no hace parte de ninguna alianza militar antiestadounidense.
Chevron
La agenda del acuerdo ha comenzado a andar, pero en una modalidad que le permite a Washington argumentar ante los factores reticentes cubanoamericanos que “se debe al reinicio del dialogo de México”. A su vez, la agenda tiene un ritmo lento, pero l sola mención de acuerdos ya ha tenido efectos, como lo revela Bloomberg: “El precio del crudo cayó luego del anuncio de EEUU que permite a Chevron negociar con Pdvsa”.