Hambre en Europa: Reino Unido, de una grave crisis alimentaria a una crisis sanitaria
Isabella Arria
En el Reino Unido en los últimos tres meses se registró un aumento del 57% en la cantidad de familias que reducen los alimentos o se saltean comidas por problemas económicos, debido al incremento del costo de vida, la inflación, la suba en los precios del gas y la electricidad y la falta de respuesta del gobierno conservador de Boris Johnson a la crisis.
La culpa no la tiene ni la pandemia de la Covid-19 ni la guerra en Ucrania. Los recortes del gobierno en el gasto social, de acuerdo con su modelo neoliberal, han provocado que decenas de miles de familias pobres en Inglaterra se queden sin alimentos suficientes para comer, una clara violación del deber del gobierno de garantizar una alimentación adecuada, denunció Human Rights Watch (HRW).
Según los pronósticos del Banco de Inglaterra, la inflación en el Reino Unido superará el 10%” a fin de este año. El descontento social por la crisis ya comenzó a mostrar sus consecuencias: en las elecciones locales celebradas el jueves, el Partido Conservador de Boris Johnson perdió 398 escaños. Johnson enfrenta nuevas presiones de su partido para presentar su dimisión.
El informe de 115 páginas, “Nada en la despensa: austeridad, recortes en el gasto social y el derecho a la alimentación en el Reino Unido”, examina cómo los grandes recortes en el gasto social motivados por la austeridad y exacerbados por la implantación del sistema de Crédito Universal y otros cambios, provocaron que muchas familias con niños pasen hambre y dependan de la ayuda alimentaria de organizaciones benéficas.
Muchas de estas familias son monoparentales y están encabezadas por mujeres. Human Rights Watch denunció que el gobierno del Reino Unido no está cumpliendo con su deber en virtud de la ley de derechos humanos de garantizar el derecho a una alimentación adecuada.
“La forma en que el gobierno del Reino Unido ha gestionado su reducción en el gasto de asistencia social ha hecho que los padres se vean incapaces de alimentar a sus hijos en la quinta mayor economía del mundo”, dijo Kartik Raj, investigador de HRW. “El gobierno debería garantizar el derecho a la alimentación de todos en lugar de esperar que sean las organizaciones benéficas las que intervengan y llenen el vacío”.
“Todos los dedos apuntan a que el gobierno del Reino Unidos está detrás de este incremento del hambre”, dijo Raj. “Mantenerse al margen y confiar en las organizaciones benéficas para que recojan los restos de sus perjudiciales y crueles políticas es inaceptable. El gobierno debe tomar medidas urgentes y concertadas para garantizar que sus residentes más pobres no se vean obligados a pasar hambre”, añadió.
De acuerdo a los datos relevados por The Food Foundation, alrededor de siete millones de adultos han reducido el tamaño de las porciones o han dejado alguna de las cuatro comidas del día porque no podían pagar u “obtener acceso a los alimentos”. En abril, 4,6 millones de adultos (8,8% de los hogares) aseguraron que no han comido en algún momento del día a pesar de tener hambre porque no podían pagar o acceder a los alimentos.
También hay un fuerte aumento en la proporción de hogares con niños que experimentaron inseguridad alimentaria: en el último mes fue 17,2% frente a 12,1% en enero de 2022. Esto representa un total de 2,6 millones de niños menores de 18 años que viven en hogares que no tienen acceso a una dieta saludable, lo que los pone en alto riesgo de sufrir enfermedades.
El gobierno está implementando una reforma al sistema de asistencia social, conocido como Crédito Universal, que ha exacerbado la crisis del hambre al retrasar el acceso a los pagos iniciales, haciendo que los beneficiarios deban esperar semanas enteras a recibir los fondos. Para acceder al sistema se deben cumplir estrictos requisitos para demostrar que tienen o buscan trabajo, a menudo imposibles de cumplir, especialmente para los padres solteros.
El gobierno ha ignorado la creciente evidencia de un marcado deterioro en el nivel de vida de los residentes más pobres del país, incluido el vertiginoso aumento en el uso de los bancos de alimentos y los múltiples informes de funcionarios escolares de que muchos niños llegan hambrientos a la escuela y son incapaces de concentrarse.
En concreto, el gobierno del Reino Unido ha realizado pocos esfuerzos para abordar los significativos problemas estructurales que tiene la política de bienestar que hacen que las familias se vean incapaces de poner comida sobre la mesa, concluyó HRW. Los sucesivos gobiernos del Reino Unido no han tratado el derecho a la alimentación como un derecho humano.
“El aumento extremadamente rápido de la inseguridad alimentaria desde enero apunta a una situación catastrófica para las familias. La inseguridad alimentaria somete a las familias a un estrés mental extremo y obliga a las personas a sobrevivir con las calorías más baratas, lo que provoca problemas de salud”, dijo Anna Taylor, directora Ejecutiva de The Food Foundation.
En ese marco, Food Foundation instó al gobierno británico a tomar medidas urgentes para evitar una mayor escalada de la crisis, entre ellas el aumento de los niveles de beneficios en línea con la inflación y la ampliación del acceso a las comidas escolares gratuitas y al programa “Healthy Start”.
Taylor señaló que la situación está pasando rápidamente de una crisis económica a una crisis sanitaria. “No se puede esperar que los bancos de alimentos resuelvan esto. El gobierno debe darse cuenta de que el barco se está hundiendo para muchas familias y debe repararse. El rescate con paquetes de alimentos de emergencia no va a funcionar”, remarcó.
Michael Marmot, del University College London, recordó que la comida es básica pero también lo es la seguridad. “Ambos son vitales para una buena salud. Si 1 de cada 7 hogares tiene inseguridad alimentaria, la sociedad está fallando de manera fundamental. Estas cifras sobre la inseguridad alimentaria son tanto más escalofriantes cuanto que el problema tiene solución, pero lejos de solucionarse se agrava”, dijo Marmot.
Por su parte, Vic Borrill, director de Brighton & Hove Food Partnership y de la Red de Alimentos de Emergencia de la ciudad, reconoció que la cantidad de comidas y paquetes de alimentos entregados por los miembros de la red continúa aumentando a medida que aumenta el costo de vida y disminuyen los ingresos familiares.
“Estamos viendo un número cada vez mayor de personas que nunca antes han necesitado un banco de alimentos y estamos recibiendo más solicitudes de ‘alimentos sin cocinar’ a medida que las personas se desconectan de sus medidores de energía para administrar su dinero. Esto no es sostenible, y la situación es desesperada”, subrayó.
Mientras, la Brigada de Bomberos de Londres advirtió que por el incremento de los precios de la calefacción están aumentando los incendios en los hogares. “Con más de cien incendios relacionados con chimeneas, estufas de leña y calefactores solo en los últimos meses, tememos que las costosas facturas de energía provoquen más accidentes, ya que la gente recurre a medios alternativos para calentar sus hogares”.
* Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)